Esfuerzos de escritor. De Suprunaman
Estaba casi tumbado en la mesa de su despacho, desolado, esperando a que le llegara la inspiración.
“… y entonces le dijo que era pariente suyo y le dio un espada de acero. Le explicó que aquella arma había sido utilizada por el mismo Crom para vencer a sus enemigos y que la usara con honor.
¿Qué quien es Crom?, el Dios de la Guerra, Crom concede un don a todos los recién nacidos: fuerza de voluntad y tesón para luchar.
… El muchacho se había convertido en un hombre, y aquel pariente suyo que un día le dio su bendición, se había convertido en un ruin fantasma hipnotizado por los señores de la noche.
…Había hecho un escalo en el muro y había pillado por sorpresa a su pariente. Lo tenía rendido a sus pies, levantó la espada de acero para darle el golpe de gracia. Su pariente comprendió su sino y le dio su plácet para que terminara con su perra vida.”
— Robert, sal, la comida está en la mesa, dijo su madre.
Robert salió a regañadientes, no había hecho ningún logro.
Era el años 1932, Robert E. Howard, había creado un nuevo personaje, un héroe con fuerza, un gigante bárbaro al que bautizó como Conan. Pero eso es ya otra historia.
Suprunaman 29/09/06
El Rock'n'Roll de Miss Samuels
La música llegaba con fuerza desde la calle. La ventana abierta permitía aquella intrusión que pronto fue interrumpida por la rápida intervención de Miss Samuels, que reclamaba la atención sobre el cálculo matemático que Carol intentaba desentramar.
A los alumnos les había resultado graciosa la penetración en clase de aquella antigua canción.
Miss Samuels, se acercó hasta el encerado y comenzó a correguir los errores de su alumna, antes de concluir el ejercicio.
El timbre que avisaba del final de la clase sonó. Los alumnos abandonaron el aula como locos. Carol, aún en pie, esperaba algún comentario de su profesora.
— Aproveche el fin de semana, señorita, la juventud no dura siempre, no corra el riesgo de perderla.
Los sones volvieron a violar el silencio. El vehículo, un Buick descapotable, un clásico, aparcado en la calle, volvió a la carga con el volumen a mayor potencia.
Miss Samuels tomando el bolso salió. En el ambiente seguía flotando aquel Rock’n’Roll. Miss Samuels, comenzó a generar chasquidos rítmicos con sus dedos. Los que se cruzaron con ella, tuvieron que esquivarla, pues aquella tranquila mujer, ahora se desplazaba ligera contoneando el cuerpo siguiendo el ritmo de la canción. Su rostro sonriente parecía haber recuperado la lozanía.
Pasados unos minutos, y antes de alcanzar su destino —la sala de profesores—, la música paró, y ella comenzó a palidecer de nuevo.
Entró como pudo en el aseo donde se encontraba Carol, preocupada por disimular las espinillas de su piel.
— Tiene mala cara. ¿Llamó a su esposo?
— No, pequeña, no. No estoy casada. Abre mi bolso, por favor, y si encuentras un pequeño monedero dámelo.
Miss Samuels extrajo de él una diminuta medalla de plata, que besó antes de colgársela del cuello.
— San Zadkiel, me devuelve la alegría y las ganas de vivir. Esta es la medalla de mi novio. Murió días antes de nuestra graduación. Aquel día íbamos a asistir a un concurso de baile. Bailábamos el Rock’n’Roll como nadie, pero un accidente de coche se lo llevó.
La voz y el ritmo pegadizo del rey, sonó de nuevo. Miss Samuels cerró su bolso, pellizcó cariñosamente el moflete de la joven, y se marchó.
Dos días más tarde, encontraron a Miss Samuels muerta en su domicilio. Calzaba unos hermosos zapatos de gamuza azul, y el disco de Elvis seguía sonando en el tocadisco con su inconfundible voz.
CRSignes 17/01/10
Chiquiteces.* De Edurne
El gran plácet que me aporta el sostener entre mis brazos aconchados el cuerpecito chiquitito de un bebé, inflama mi corazón hasta lo indecible, esa cosita tan tierna y blandita que escala con sus deditos mi pecho, mientras sus ojitos miran y no ven, mientras su pies desnuditos se debaten en el aire…
Permanecería así una eternidad porqué despierta en mi alma esa inspiración, pariente de la felicidad, que se mezcla con mis sentidos y me aturde. Reproduce los mismos gestos una y mil veces, sin fatigar mis ojos ni agotar mis deseos de seguir observándole, caritas extrañas y movimientos espasmódicos sin lograr comprender a qué se deben.
Su mente en blanco, respondiendo sólo a estímulos externos que le agradan o le enojan, tímidas sonrisas que se escapan por la comisura de su boquita y que aparecen sólo en un rictus momentáneo, para desaparecer de nuevo entre sus diminutos labios y troquelarse por un llanto repentino que nos sorprende y acongoja.
Maravilloso poder el de la vida que anida en todos nosotros, majestuosa calidad de seres supremos que adquirimos en el momento de asomar por esa ventanilla de la existencia y, sin embargo, cuán frágiles nos despertamos ante la pericia ruin de la experiencia. Nosotros, los únicos animales que nacemos desolados ante el mundo que nos aguarda, incapaces de sobrevivir sin una protección, sin una atención constante, necesitados de caricias y mimos que nos construyan una niñez sana y provechosa.
Y en nuestro corazón anidarán para siempre esas chiquiteces que se esmeraron en regalarnos cuando no las podíamos apreciar, pero seguro que en algún momento de nuestro largo deambular, notaremos un pinchacito ahí, en lo más hondo y sabremos que nos achucharon, que nos mimaron y que nos siguen queriendo.
Edurne 29/09/06
*Chiquiteces: La palabra no está en el diccionario, pero... suena tan bien.
Desolada. De Edurne
Me retiro en la penumbra de mi mente soñadora y con gran plácet me entrego al arduo trabajo de tamizar mis sueños. Sólo consigo vislumbrarlos en la oscuridad y el silencio que me ofrece ese momento tan esperado, unos minutos a solas conmigo misma, un corto espacio que le he robado al reloj del tiempo… corto pero intenso. Espero con ansiedad que llegue mi inspiración, alocada y ardiente, a escalar con frenesí mis neuronas hasta lograr filtrar mis mejores recuerdos.
Siempre estás en ellos, navegas por mis enredaderas endulzando cada axón de mi sistema nervioso, balanceándote entre los haces de mi deseo. Iluminas mi sendero desde tu austeridad y tu silencio, con una luz tan suave que apenas se apercibe, lánguida y serena cautela en la que me pierdo cuando me acompañas y consigues fluctuar mi inspiración hasta el último extremo.
Te sueño, te retengo y te cautivo entre mis yemas, desesperadas por no perderte. Mas mi ambición es pariente del infortunio, se debate entre esa ruin impotencia del destino y aquella inmaculada pasión que en mí despiertas.
Mi pecho desborda un suspiro a cada imagen tuya en mi retina; me miras y me derrites, te ríes y me enrojeces, me besas y… me condenas.
Edurne 28/09/06
Pasó la mañana y llegó la tarde. De Belfas
El camino de la vida a veces es complicado y sinuoso, por eso es importante tener siempre alguien que te pueda retener, enseñar, o acompañar en su trayecto. Son los avatares del destino y la mente humana la creadora de elementos de discordia, “problemas en potencia” que permiten que entusiasmo y amor no fluyan como ríos, en pos de un mar de luces y armonía.
Hoy la vi desolada, se asomada al precipicio del desanimo a punto de saltar, esperando un halo de luz ausente que iluminara su alma de poeta, observé como indagaba en su mente creativa de niña inquieta, en busca de una respuesta en el océano del desdén. El plácet de amigo me permite aproximarme con cautela, sin dejar entrever ningún atisbo que indique compasión. Logro con tiento ganar su confianza y trazar sobre su pesar un manto de esperanza, que avive la llama ardiente que posee en su mirada. Después, una plaga de dudas escalan sobre mi pensamiento, turbando el ánimo y cambiando el rumbo de la brújula que indica bienestar.
Siento despertar su corazón de la penumbra y, con su sonrisa sincera, me indica que todo ha sido un sueño efímero diluido con el agua del afecto. Mi inspiración se contagia de esa bruma que deja la tristeza cuando emprende viaje a un destino todavía por descubrir. Hoy me siento unido por la cadena del sentir, como un pariente cercano que solamente aspira a sembrar de gozo el campo de amapolas de una buena amistad.
Belfas 28/09/06
El atleta. De Chajaira
El corazón le suena en los oídos, le palpitan las yugulares mientras el pecho se le oprime y se seca, ya el aire no parece ni entrar ni salir de sus pulmones, ni siquiera el diafragma parece encontrar los movimientos que le ayuden a dar un paso más.
Juan es un hombre sencillo, dedicado a la dura tarea del escalo en la superación física y personal, sin más aliciente que el ruin sacrificio que le dejan los días de esfuerzo y fuerte entrenamiento. Aún así, su constancia es admirable. Cada día recorre veinte kilómetros de parajes desolados, sin más escucha ni ritmo que su corazón fondista.
Su secreto está en la inspiración que busca, para hacerle a Flor, su esposa, poemas que alimenten su fragilidad, ella lo es todo, la que condena en silencio y por la que sufre al entender que no habrá más logro en cada meta, que ser el primero. Cuando llega a casa busca su merecido plácet a cambio de unos versos, como si con ello pudiera aplacar el sufrimiento de una soledad que nada tiene que ver con los momentos dedicados al deporte.
El oxígeno se resiste en bombeos forzados, su visión es cada vez más tenue, a unos cincuenta metros adivina el fin, unos metros para acabar con su pobre vida y enmarcarla bajo una copa de alpaca que mostrará a algún pariente, ganará esta carrera pero en casa, Flor perece marchita.
Chajaira 27/09/06
Un encargo desde la tumba. De Mon
— ¿Qué nueva, cruel y ruin me traéis indigno caballero? ¿Cuál es el alma malvada que os obliga a cometer semejantes atropellos? Sed portentoso y valiente, habladme, no permanezcáis en la penumbra, se quien os envía y debéis responder por él.
— Desolado me hallo espada que me hablas, si por inspiración divina he de confesar, séllense mis labios para siempre que a mi señor no voy a traicionar.
Sois malvado y rufián, ¿quien se atreve a levantar la voz ante mí? Responded a mi pregunta o vuestro logro habrá quedado en quimera.
— Soy un pariente de vuestro señor, por quien estáis dispuestos a batiros.
— No se os ocurra hablar de mi noble señor o válgame Dios que no pronunciaréis otra palabra en vuestra vida, ¿Quién sois, bellaco? —Grita acaloradamente
— Soy el Capitán de la Guardia Real, Román de Gandía, dadme vuestro plácet y me mostraré ante vos.
— Agarraos subid aquí. ¡Capitán, pensaba que habíais muerto!
— Es lo que todo el mundo debió creer por el bien de la seguridad de nuestro señor. Dadme la mano y escalo el muro para veros más de cerca.
— Ahora no me cabe ninguna duda, quien hasta mi viene ha de ser por una causa más que justa, pensé que nadie conocía esta entrada, pero claro…vos habéis servido en palacio muchos años. Decidme, ¿de qué se trata mi capitán?
— Se trata de vuestra muerte, todo el mundo sabe lo vuestro con Lady Amparo, tengo ordenes precisas sobre vuestro porvenir y creedme que es bien efímero.
— ¡Venís a darme muerte?
— Así ha de ser, la muerte por un muerto es agravio sutil e inexistente, nadie me buscará…pero vos…
¡Guardias! Vocea el capitán Roman, venid, aquí hay un hombre muerto. Al terminar su dolorido encargo se marcha, enfundando su sanguinolento metal, con la sombra que le acompañó, para descansar en paz en el lugar desde donde nadie regresa.
Mon 27/09/2006
El precio de la fama. De Aquarella
Solamente los sollozos de un hombre desolado se atreven a interrumpir el silencio de la lujosa suite del hotel. A pesar de la penumbra reinante, puede apreciarse el desorden de la habitación... es obvio que ha habido una pelea. Un murmullo se apodera de la estancia
— ¿Por qué lo has hecho cabrón? ¿Por qué? ¿Cómo has podido ser tan ruin conmigo? ¡Éramos amigos, confiaba en ti! —Unos golpes en la puerta interrumpen el monólogo
— ¡Policía! ¡Abran!
— ¡Joder, qué rápido han venido! Está claro que a los ricos os cuidan mejor... habría que ver cuanto habrían tardado en llegar a mi barrio después de un único disparo —una irónica sonrisa termina la frase —seguro que ni habrían aparecido.
Alberto no tiene ninguna intención de abrir, no hasta que termine la conversación con el desgraciado que, tirado en el suelo y muerto de miedo, suplica por su vida con la mirada de un cordero degollado.
— Siempre he celebrado tus logros como si fuesen míos, compartía la alegría de tus éxitos y lo hacía de corazón... no habría confiado más en ti aunque hubiéramos sido parientes y tú ¿Cómo me lo pagas? ¡Cómo un vulgar ladrón de escalo! Amigo... tú no tienes ni idea del significado de esa palabra.
A duras penas, su interlocutor balbucea un “lo siento” que sólo consigue enfurecerle aún más
— ¿Lo sientes? ¡Ah bueno, entonces ya está todo arreglado! ¿Tú eres imbécil? Me robas mi novela, la haces pasar por tuya y yo me entero por los periódicos del éxito de la nueva obra de mi mejor amigo ¡Mi novela! ¿Qué esperabas, mi plácet para seguir con el juego?
clararé las cosas.
— ¡Claro que las aclararás capullo! Te va la vida en ello... pero lo haremos a mi manera. Ahora, cuando entren los polis, diremos que esto ha sido un lamentable accidente. ¿De acuerdo?
— De acuerdo
— Y en cuanto al pago de mi inspiración... ya lo arreglaremos. No sería rentable reconocer ahora que se trata de un plagio, perderíamos ventas, así que en cuanto te recuperes seguirás con la promoción... todos los beneficios serán para mí. ¿Está claro?
— Sí... pero deja que entren, por favor, necesito un médico.
— Por supuesto, no vamos a dejar que se muera la gallina de los huevos de oro —le guiña un ojo y adopta un gesto compungido antes de abrir la puerta.
Aquarella 26/09/06
Revista Digital miNatura 100
Revista Digital miNatura 100. Dossier: Más de 100 motivos para seguir adelante.
Directores: Ricardo Acevedo E. y Carmen R. Signes Urrea
Portada: “s/t” por Carmen R. Signes Urrea (España)
Diseño de portada: Carmen R. Signes Urrea
Logo: José Castillo Arias (Colombia)
Colaboraciones: minaturacu@yahoo.es
De todos los dossier que vengo preparando, éste quizá es el más especial y personal de todos. Mirar hacia atrás deja un gusto dulce gracias a la satisfacción de ver que el proyecto aquel que comenzara con una sola hoja, impresa a ambas caras, se ha convertido en lo que es hoy, una revista que no ha parado de crecer desde el primer día.
Como siempre ocurre cuando se hace una recopilación, quedan algunos buenos cuentos en el camino. Esperamos que nadie se sienta ofendido al no encontrar alguna de sus aportaciones en este especial, pero es muy difícil ser juez de tu propia obra, y más cuando la calidad sobrepasa la media. Así que aquí os dejo con el sumario de la revista que encontraréis para descargar más abajo.
Gracias a ustedes por estos 100 motivos para seguir adelante.
Sumario:
2/ Editorial
4/ Sumario
5/ Cataclismo/ Yailín Pérez Zamora (Cuba)
5/ Eppur si Muove/ Roy Jorge, seud. (Cuba)
6/ El Charco/ Lourdes Rojas Perol (Cuba)
6/ Tortura/ Otamy Lam Rubio (Cuba)
6/ Estás sin rumbo/ Michel E. Fú (Cuba)
6/ Abadú-Lebreck-Budar/ Gerardo Chávez Spinola (Cuba)
7/ Espécimen/ Erick Mota (Cuba)
7/ Vocación/ Erkins Rumayor Fleixas (Cuba)
8/ Maternidad/ Rafael Barrionuevo (Cuba)
8/ .evil/ Abel Oliva Menéndez (Cuba)
9/ Campanadas/ María Josefa Simón (Cuba)
9/ El fin/ Víctor Hugo Pérez Gallo (Cuba)
10/ Relato VI/ Calixto, seud. (Argentina)
10/ Locos/ Nora Noemí García (Cuba)
10/ Instante Fatal/ Carlos Higgie (Uruguay)
11/ Amor a Mariana/ Alberto Menéndez Enríquez (Cuba)
11/ Ahora que es de noche en La Habana/ Lien Carrazana Lau (Cuba)
11/ El Mensajero/ Polina Martínez Shvietsova (Ruso-Cubana)
12/ Mundo subterráneo/ Silvia Estela Mottes (Argentina)
12/ La venganza/ Sandra Becerril Robledo (México)
12/ Rosetto/ Victor Hugo Valledor (Argentina)
13/ El zombie eléctrico/ Sergio Gaut vel Hartman (Argentina)
13/ No es primera vez/ Gina Hasbún (Chile)
14/ El comprador de alfombras/ CR Signes Urrea (España)
15/ El troll bajo el puente/ Erath Juárez (México)
16/ Real Mente/ Tily Burgos (Argentina)
16/ Vómito/ Luís Carbajales (España)
17/ La muerte es dulce/ Almudena López Cano (España)
17/ MKTLOVE/ Juan Guinot (Argentina)
18/ Derrotero/ Adam Gai (Israel)
18/ Advertencia de posible invasión catódica/ Juan de Madre, seud. (España)
19/ Eva/ Elaine Vilar Madruga (Cuba)
20/ El último mar/ Carla Palacios (México)
21/ Un espectro en la Máquina/ Vladimir Hernández (Cuba)
21/ Crisis de identidad/ Daniel Frini (Argentina)
22/ Brujas/ Bruno Henríquez (Cuba)
22/ John Seal/ Annabel Miguelena (Panamá)
23/ Ovejas o Cabritos/ Pablo Martínez Burkett (Argentina)
24/ Dragones/ Ricardo L. García Fumero (EE. UU.)
25/ Comic: Tarot/ Eliete Lorenzo Vila & Istvan Bent (Cuba)
30/ La Biblioteca del Nostromo: Los ojos del mar/ José L. Victoria Lozano
Sobre las ilustraciones:
Pag. 3 s/t/ M.C. Carper (Argentina)
Pág. 5 Dragón de papel/ Duchi Man (Cuba)
Pág. 6 Rubik de la locura/ Carmen Rosa Signes U. (España)
Pág. 7 Eternity_Z/ José Luís García
Pág. 8 Estatua de Juan Clemente Zenea (detalle)/ Carmen Rosa Signes U. (España)
Pág. 9 s/t /Ricardo Acevedo E. (Cuba)
Pág. 10 Guardián de los sueños/ Dino Masiero (Argentina)
Pág. 11 Cortejo/ Carmen Rosa Signes U. (España)
Pág. 12 Diosa/ Jesús Rodríguez (Cuba)
Pág. 13 Vampiros vegetarianos/ Remedios Varo (España, 190- México, 1963)
Pág. 14 s/t / José Castillo Arias (Colombia)
Pág. 15 s/t Carmen Rosa Signes U.(España)
Pág. 16 El Diablo/ Carmen Rosa Signes U. (España)
Pág. 17 Nacimiento/ Ray Respall Rojas (Cuba)
Pág. 18 El Rapsoda/ Remedios Varo (España, 190- México, 1963)
Pág. 19 Cartel Iº Certamen Internacional de Poesía Fantástica miNatura 2009/ Carmen Rosa Signes U. (España)
Pág. 20 Swam Cementery/ M.C.Carper (Argentina)
Pág. 21 Conspiración por los hijos de los demonios/ Miquel A. Rivera Santibáñez (Perú)
Pág. 22 Bruja/ David Díez García (España)
Pág. 23 Mortal Zombie Apocalipsis/ M.C.Carper (Argentina)
Pág. 24 Dragón/ Pedro Belushi (España)
Y para el próximo número:
CIBERPUNK
Fecha máxima para la recepción de colaboraciones 20 de abril.
Os recordamos que el II Certamen de Poesía Fantástica miNatura 2010, se encuentra ya en fase de calificación, y dará a conocer el fallo del jurado el próximo 1 de abril.
Conquistas y reconquistas.* De Suprunaman
El príncipe moro estaba desolado, había perdido una de las zonas estratégicas más importantes. Casi llorando, entró en el castillo de su padre y le explicó lo sucedido.
Le contó que el ruin Conde Bencagat, seguido por sus soldados hicieron un escalo en el muro y allí en el campamento los sodomizaron.
El padre entró en cólera y juró venganza.
Por otra parte, el Conde Bencagat llegaba satisfecho a su castillo, su logro merecía una recompensa. Inspirado por el jugo de la vid, le mandó una paloma mensajera urgente a la condesa que se encontraba en la torre norte haciendo sus labores. Al saber de su presencia corrió escaleras abajo. Ya delante de él puso las tetas sobre la mesa. El conde se las tocó. Ella le dio su plácet para que siguiera más abajo y juntos disfrutaron de la victoria.
Habían pasado tres días de sexo y desenfreno cuando sonaron las trompetas. El Conde, subiéndose los pantalones ascendió hacia la muralla.
— ¿Quién sois vos? Preguntó el Conde.
— Soy el rey moro.
— ¿Y que queréis?
— He venido con algunos de mis parientes en busca de venganza. Abrir la puerta.
— Una merda. [una mierda]
— Si no abris la puerta, entraremos por la fuerza, quemaremos vuestras cosechas y violaremos a vuestras donas. [mujeres]
— Un altra merda. Trompeta, toca lo que sapies [toca lo que sepas]
Caguera de bou cuan plou se reballa, Caguera de bou... [mierda de toro cuando llueve se resbala, mierda de toro... ]
Al final los moros, vencidos y humillados se marcharon de la Península. La reconquista había finalizado.
Suprunaman 25/09/06
*Nota del autor:Este texto es la unión de varios cuentos que mis padres me contaban cuando yo era pequeño.
Palabras para el "contemos cuentos 17"
Ya entrado el otoño de 2006, se seleccionan las siguientes palabras para el Contemos cuentos 17, en La Gran Calabaza:
DESOLADO
ESCALO
INSPIRACIÓN
LOGRO
PARIENTE
PLÁCET
RUIN
Los temas que se encuestaron para seleccionar el que daría forma a nuestras historias la segunda semana de la quincena fueron:
Bélico
Erótico
Ciencia Ficción
Histórico
Romántico
Con cuatro votos cada uno, por vez primera se empató. Decidimos que cada jugador decidiera tomar el que más le inspirara. Por lo que se escribieron historias de CIENCIA FICCIÓN e HISTÓRICAS.
HABÍA UNA VEZ...
Hay un comienzo, un inicio del suceso, una idea que se proyecta sobre tu escritorio sucio (la mesa de la cocina) con virutas de goma de borrar, de tabaco de liar y cenizas.
Te observo, toda la vida igual, mientras enjabono el filtro de la cafetera y las borras de café se meten bajo las uñas ¡Mujercita! me aúllas - dame el olorcito de la inspiración. Ahora de espaldas sigo en la rutinaria labor de la cocina y pongo el artefacto al fuego de gas mientras el agua aún me chorrea por las manos.
Das un golpe contra la mesa y la primera idea se te ha esfumado, toca encender el cigarrillo, pero antes te planto la taza humeante que hueles tan fuerte hasta quedársete humedecidos los orificios nasales ¡Ya sé! vuelves a aullar y con la segunda idea te tragas la primera para hacer un borrón entre los folios manoseados y ahora con una gotita marrón.
Te quito la pequeña porcelana y me bebo el fondo abandonado por la segunda, me siento frente a ti y sigo observándote, levantas tu hocico apretado al no caberle tantas palabras sueltas a la mente y escribes rápido sin poner los ojos en lo que haces, los pones en mí.
Cojo el paño que me cuelga en el lado izquierdo del delantal y te lo paso por la boca, protestas apretando los labios ¡Es magnífico! vociferas entusiasmado. Sé que mi gesto se ha tragado a las dos ideas y ahora es una tercera la que lo engloba, te brillan las pupilas, alucinan.
Me levanto y vuelvo al fregadero, ahora me siento sobre el poyo y juego balanceando los pies que me cuelgan. Te miro atentamente mientras la rapidez del lápiz me impresiona, -será un gran cuento- me digo. La sonrisa se me escapa.
¡Ajá! Lanzas tu pedacito de madera creador de historias sobre la mesa, te levantas de un salto y te diriges hacia mí ¿Ya está? – Te pregunto, pero tú me subes la falda y el delantal, me acaricias los muslos y me contestas: -No, Mujercita, es ahora que vamos a empezar el cuento:
- Había una vez un escritor licántropo en la cocina de un burdel en el bulevar de la 27…
CHAJAIRA 28 de febrero de 2010
Las mujeres que amó
Alejarse del hogar ya fue todo un logro. La soledad forjó su especial forma de sentir, de creer, siempre en oposición a sus pensamientos. No podía seguir así. Debía descubrir, conquistar, convertirse en el ser ambicioso que hubiera querido aquella madre que murió demasiado pronto entre sus brazos. “Hijo mío, algún día conquistarás a una mujer”. Y ¿cuándo será eso?—Le preguntó. “Tú sabrás cuándo”. Su madre, hermosa como pocas, no había tenido tiempo de educarlo, quizás se precipitó. Sabía que de ella había heredado el cabello rubio y la sonrisa, pero no los ojos. ¿De dónde le venía aquella penetrante mirada de azul intenso? Si hubiera conocido a su padre, seguramente éste le habría dicho aquello de que las mujeres son engañosas y falsas, y se lo habría creído.
Le tiraba la piel, tenía frío. El sol estaba levantándose. Agradeció la llegada de tan cálido aliado.
Una noche en vela dando vueltas a su deseo le animó. Apareció a tientas por la esquina de la casa. Desde el quicio de la ventana, el humeante pastel dejaba escapar su aroma en dirección a sus pasos. Lo tomó presto, era su primera conquista.
Vociferando, aquella mujer salió buscando al ladronzuelo. ¿Gruñía? ¿Qué extraño lenguaje era ese? Le recordó a su madre. Los ojos azules eran la señal que estaba buscando.
Lo había tramado minuciosamente. La llevaría a casa, más adelante ya pensarían en mudarse. Aunque él era reacio a abandonarlo todo.
Apenas sintió el tacto frío y escamoso alrededor de su tobillo, se desmayó. La tomó en brazos, ya podía regresar. Sintió alivio al notar el húmedo fango bajo sus pies. Poco a poco se fue adentrando en la ciénaga. Tenía ganas de despertarla, de enseñarle todas sus cosas, de explicarle la razón de su conquista, de su necesidad.
El agua del pantano no llegaba nunca a calentarse, el sol con dificultad apenas si alcanzaba el fondo. El frío húmedo pudo más que la impresión, y despertó.
Miró el tímido pero aparentemente complacido rostro de aquel monstruo rubio, sin comprenderlo, antes de gritar y convulsionarse desesperadamente. Los decepcionados ojos de un azul intenso de la bestia se desdibujaron del reflejo del agua cuando se sumergió con ella entre sus brazos.
En el fondo pantanoso de la ciénaga ahora descansa la bestia junto al los restos de las dos única mujeres que ha amado.
CRSignes 060209
La habitación de los clavos. De Fledermaus
Notaba las sacudidas del corazón en el pecho y en la garganta. Como oleadas de un océano enfurecido. Y la boca seca, y una necesidad de ir al baño que podía devenir en vital. Eran las doce del mediodía. Estaba en la que fue mi casa. En la que fue mi habitación. Algo había arrancado el papel de la pared, en una esquina, abajo, a la izquierda de la ventana. Alguien había estado clavando clavos en esa esquina hasta la extenuación. Clavos. Viejos, oxidados, casi negros. Clavados en la pared, en la esquina. Decenas. Centenares, puede que mil. Estaba lúcido, no soñaba, y oía el murmullo de la calle.
¿Qué ser ofuscado podía haber hecho aquello? Ni rastro de puertas o ventanas forzadas. Sólo la llamada hacía unos días de una vecina. “Se oyen ruidos en su casa”. Ruidos. Esperaba encontrar polvo, moho, hasta musgo. Había esperado encontrar una estantería caída, una mesa rota por el peso de artilugios abandonados encima, y encontré clavos clavados en una esquina de mi habitación.
Y ante los clavos, en el suelo de la que fue mi habitación, una silueta. Humana. No era algo pintado, era rugoso, algo pegajoso que se había quedado seco.
Intentaba evitar extrapolar una hipótesis, porque la idea que acudía a mi mente era que alguien había sido quemado allí.
Fledermaus 22/09/06