Categoría: "CONTEMOS CUENTOS 5"

La revelación. De Naza

Mamá, no quiero dormir en esa habitación, déjame dormir aquí contigo.
No hijo. —La madre no quería concesiones.
Por favor. —Repetía entre mimos y pucheros
No seas bebé. Vete a dormir a tu cuarto.
Ese no es mi cuarto, -protestó
Quiero hacer pis. —El niño buscó una nueva estrategia.
Ahí tienes el orinal. Y deja de molestar. Vas a despertar a todos.
Mami, es que tengo miedo.
¿Miedo, a qué tienes miedo?
A los hombres del cuadro.
Pero...Si es Jesús y los apóstoles en la última cena. Jesús te protegerá siempre, no debes tener miedo.
Pero le brillan los ojos en la tiniebla.
¿En la tiniebla? ¿Quién te ha enseñado a ti esa palabra? ¿Lo ves? Eres un fantasioso y sólo tienes cincos años. Vaya elemento estás hecho.
Mañana quitamos el cuadro y ya me voy a dormir. ¿Vale? —El pequeño jugaba sus últimas bazas.
Sabes que no podemos quitar ese cuadro, tu abuela es muy devota de la Santa Cena, y estamos en su casa, se molestaría si hiciéramos eso. Estás temblando hijo, vete a dormir, estás acabando con mi paciencia.
No puedo mamá, además de brillarles los ojos todos me miran. —Aducía entre sollozos.
No insistas niño, te he dicho que hoy no dormirás en mi cama. Y deja de inventarte historias. Hoy no cederé.
Mamá, —el niño compungido llamó a la madre— es que además de mirarme, me hablan.
¿Te hablan? ¿Y que te dicen? —La mujer se sorprendía de la capacidad por inventar de su hijo.
Hay uno de los que no tiene barba, ese hombre llora y me dice; ¡no he sido yo! tienes que saberlo antes de que te engañen.

Esa frase confundió a la mujer. ¿Cómo podía tener su hijo tanta inventiva?

¿Y dices que te habla uno de los del cuadro? ¿Si vamos a tu habitación me dirás quién es?
Si, pero no es mi habitación. —respondió el niño.

Sobre una pared hecha a base de mortero, encalada hasta el suelo, un cuadro se sostenía gracias a una alcayata también blanqueada.
Cuando la madre pellizco el interruptor los ojos dejaron de brillar.

Señálame quién es el que te habla.
Éste mamá. —Con su pequeño dedo índice el niño señaló a Judas.
¡Jesús! —dijo la madre sobresaltada.

Un niño dormía feliz, tenía su pequeño brazo echado sobre el vientre de su madre y sonreía.

Naza 22/04/06

Santos sin aureola. De Mon

Paseando borrachos como cubas iban Crisosforo y Mentescaldo intercambiándose cachetes a lo largo de la gran avenida central.

No sabes distinguir entre un devoto y un patán, Mentescaldo… hace tres años que murió tu tía harta de comer pasteles de Estepona y aún sigues presentando cierto cariño hacia esos empalagosos dulces.
Si es que no hay nada como darle un buen tiento a la mistela y después rellenar los huecos de las encías con unos buenos azucarados…
“¡Cochino! espetó Mentescaldo, eso es lo que eres”

Ambos se conocían desde la infancia, una época dejada atrás entre tinieblas de represión y hambruna de la post guerra. Eran vecinos y buenos amigos, no les gustaba trabajar y les encantaba el tango, tierna melodía de arrabal.

Crisosforo, ¿te acuerdas de Neni, la hija del butifarrero?, ¡aquello si que eran pechos, eh! ¿Te acuerdas cuando se agachaba para recoger con mimo las hojas de eucalipto?
¡Claro que me acuerdo! Eran redondas como una botella de anís, grandes como una manzana reineta y seguramente duras como un canto de rodeno. Ay madre, ¿qué habrá sido de ella?
¡Menudo elemento estas hecho! Ya sabía yo que esa niña no se te iba a olvidar nunca.

Abrazados bajo una farola intentaban evitar el movimiento de la escena que parecía acercarles al final de la calle donde nada ni nadie les esperaba al término.

Mentescaldo, agáchate que alguien asoma al balcón
Cuidado Crisosforo

“Agua vaaaaa….” Se escuchó con voz firme. Ambos solo pudieron ver el resplandor del orinal esmaltado en blanco con ribete azul asido con buena decisión.

Ves, siempre acabamos igual, tu agachado y yo untado por fuera y por dentro, eso no volverá a ocurrir.
No, Crisosforo, hasta la semana que viene no, viene mi primo de Almería y trae un ron que dice destilar él mismo, será cuestión de acudir a la pastelera…y que prepare el mortero.
Tú siempre igual…jajajaja…

Esta es la historia de Crisosforo y Mentescaldo, dos amigos a los cuales no les importaba ni lo que había al final de la calle, entre otras cosas porque nunca llegaban.

Bien podría ser una moraleja

Mon 19/04/06

Disociación. De aleisterdeleden

“El que es hábil en la batalla emplaza al otro,
no es emplazado por él”

Sun Tzu

Había machacado en el mortero la mezcla de hierbas. Tras un día de ayuno el olor le resultaba menos nauseabundo, aún así Al no pudo reprimir una arcada. Vertió el contenido en el Copón, un orinal esmaltado que utilizaban como cáliz, más que nada para provocar. Acto seguido puso, con mimo, el agua hirviendo y lo dejó reposando en la vieja cripta del monasterio abandonado. Así, en tinieblas, debía permanecer toda la noche. En cuanto salió el sol realizó el Ritual Menor de Destierro del Pentagrama y solicitó protección a los elementos. Después se desprendió de su túnica y se bañó con el líquido del Copón que pasó por su piel al torrente sanguíneo y Al notó cómo se iluminaban todos sus chacras, el Pilar de en medio surgió con fuerza y su consciencia salió por ese mismo canal fuera del cuerpo. Se vio flotando, su organismo parecía profundamente dormido mientras su cuerpo astral comenzaba a volar. Se lanzó rápidamente hacia una espiral que se abría ante él, apareciendo en un yermo paisaje viscoso, el Bajo Astral. Debía actuar rápidamente para realizar el desdoblamiento pactado con Alter. Con aire devoto extrajo a Malleus de su vaina y entonó el mantra de disociación: Sol, do, sol, mi, sol, do… con las sílabas secretas de los nombres de ambos. Debía actuar con rapidez pues las larvas del lugar ya habían detectado su energía y no podía permitir que le sorbieran ni un ápice. Alzó la espada, su cuerpo comenzó a vibrar violentamente creando una doble imagen. Permitió que Alter pasara a la forma especular, trazó con Malleus un círculo en el aire que se materializó al instante y, sin dejar de repetir su cántico, clavó la espada en el centro mismo del escudo multicolor que se había formado. La explosión hizo que ambos cuerpos astrales salieran impulsados hacia arriba, mientras observaban como aquellos seres informes se desintegraban por la fuerza de la misma.
Regresaban hacia su cuerpo, uno para ambos, pero temporalmente, como habían pactado, Al lo observaría desde fuera mientras Alter lo ocupaba en exclusiva… hasta su muerte.

Aleisterdeleden 19/04/06

Implacable y mortal. De Suprunaman

Me hubiera gustado ser uno de esos fotógrafos de Playboy, estar todo el día contemplando hermosas señoritas desnudas, pero eso no les ocurre a los chicos como yo, la necesidad de buscarme la vida para sobrevivir me llevó a un callejón sin salida, siempre oculto, viviendo en el más absoluto anonimato.
Escondido entre las tinieblas de la noche preparo mi cámara, tan temible como un revolver.
Ahí está ese ministro con sus putillas, su coche elegante y su asqueroso rostro de arenque podrido.
Flash, flash, flash, una vez en la habitación no las trata con tanto mimo, en su maletín lleva ciertas herramientas, flash, flash, la escena es terriblemente asquerosa, flash, flash, prefiero no pensar en lo que está haciendo y aprieto el gatillo sin cesar. Cuando el muy cabrón vea esas fotos va a necesitar más de un orinal.
A la mañana siguiente.

Señor ministro, ha llegado éste sobre para usted.

Al abrirlo, su cara se descompone, pasa una foto tras otra, siente un leve mareo y despacio se tambalea hasta el sofá.

Necesita agua señor. —le dice el vigilante.
No, no, no es nada.

Y empieza a leer la nota:
“Siga estas instrucciones como si fuera un devoto y estas fotos no verán la luz. Intente jugármela y la ciudad será empapelada con estas preciosas fotografías artísticas.
Solamente quiero diez millones de euros, métalos en un a bolsa y déjelos en la estación del norte, tiene una hora.”

¡¡Maldito!! —Grita el ministro, lo prepara todo tan rápido como puede y sigilosamente abandona su despacho con una pistola metida en el bolsillo.

Está a la hora indicada en el lugar de la cita, deja la bolsa, me acerco y la cojo no sin antes mirar a aquel despreciable elemento.

Dame el carrete, venga maldito chantajista.
¿Se lo pasó bien anoche, señor? —le pregunta con cierta ironía.
¡Como trates de engañarme, no tendrás lugar donde esconderte!
Cree que sus amenazas causarán efecto.

Le doy un pequeño contenedor para que se calle, el muy idiota no sabe que yo disparo con digital.
Mañana por la mañana su carrera e incluso su vida se tambaleará, pues mis fotos cual mortero bombardearán toda la ciudad, ¿Crees que podrás hacer algo desde tu silla eléctrica maldito asesino?

Suprunaman 19/04/06

Visita nocturna. De Monelle

Tía Engracia se había empeñado en querer que la acompañara a un largo viaje, algo que no me hacía ni pizca de gracia. Su casa estaba repleta de santos y reliquias; era un lugar de devoto recogimiento; intuía que la vida, junto a ella, podía llegar a ser una pesada carga.

¡Ave Maria Purísima!
Adelante hijo.

A Soledad, mi tía, la había intentado ingresar en un convento antes de que se enamorada de Justo, el lacayo de mi abuelo, y se casara con él.

Pasa Rafael. Tu tía, está en la capilla... rezando.

Se acercó con mimo para darme un beso. Por suerte, tía Engracia, estaba levantándose ya.

¿No piensas besar a tu tía? ¿A qué se debe tanto honor?
Anoche me pasó algo extraño.
Ofrécele el brazo a esta anciana y sigue contando —me dijo.
Tía, ¿usted cree en el Príncipe de las Tinieblas?
¡Ave María Purísima! ¿A qué viene ese interés? —dijo santiguándose.
Serían las tres de la madrugada y me despertó un fuerte hedor. Al abrir los ojos me encontré, cara a cara, con un extraño individuo.
Y ¿cómo dedujiste que ese elemento era el Maligno?
Después de presentarse comenzó a hablar; me dijo que debía pagar los pecados de su pasado, tía.

Tía Engracia palideció. Si no llega a estar asida a mi brazo, cae en redondo.

Pero ¡no tuvo tiempo de más!
Y ¿cómo es eso?
Porque antes de que pudiera continuar, metí mano bajo la cama, saqué mi trabuco, aquél cuyo estruendo parece el de un mortero, y disparé.
¿Escapó? —dijo mi tía muy asustada.
Que ¿si escapó? Fue tal el susto, que en su estampida, se lo llevó todo por delante.
Gracias hijo mío. No sé cómo te lo voy a pagar.
¿Pagarme? Tía, lo que debe hacer es estar atenta, no sea que ahora vaya directamente a por usted.

Por Soledad supe que mi tía, cayó enferma. Por lo visto, no abandonó el orinal en toda la noche, tal fue la descomposición que por el miedo se le formó en el cuerpo. Aunque lo mejor de todo vino al día siguiente, cuando me anunciaron que había suspendido su viaje.

CRSignes/Monelle 170406

Historias del pollo pelado. De Suprunaman

Y se hizo la luz y todos pudieron verse las caras, los tomates estaban metidos en una bolsa, la lechuga empezaba a arrugarse, había un brik de leche abierto, fue entonces cuando llegaron nuevos vecinos, un pollo pelado y unas enteritas. Se cerró nuevamente la puerta del frigorífico.

Menudo frío hace aquí, —dijo la enterita, —yo pensaba que el agua del mar en otoño era gélida.
Pues yo estoy como el hielo, —dijo el pollo pelado, —yo vengo de Ávila, y no estoy acostumbrado a esta temperatura. ¡¡¡¡Ay!!!!, —dijo luego, — ¿Cómo me gustaría volver a estar en mi antiguo trabajo?
¿Y dónde trabajabas? —dijo el brik.
Pues trabajaba en un “puticlub”.
Venga pollo, eso no te lo crees ni tú, que va a hacer un pollo pelado en un “puticlu”.— Dijeron los tomates al unísono.
Me gusta que me hagáis esa pregunta, yo nací en un corralillo hecho de mortero y paja cerca de Ávila, no había ponedoras, así que se dispuso un orinal donde las pollas pudieran poner sus huevos y…
Corta el rollo y ves al grano que como nos tengas que contar toda tu vida te van a dar las uvas, —dijo la enterita.
Esta bien, lo cierto es que yo era muy mimoso y un poco viciosillo, devoto del sexo y buscaba siempre algún rincón para pasármelo bien, un día, vino la regenta del “Puti The Palmeiros” a comprar huevos y al ver lo que estaba haciendo, pensó que sería bueno incorporar a su espectáculo de muchachas un elemento zoofílico y así he estado durante seis meses ganándome el pienso.
¿Entonces eres un “puto” pollo pelado? —Dijo la lechuga pocha sacando pecho
No, no, yo soy un showman, yo lo que hacía era contar chistes verdes mientras las chicas se desnudaban y bailaban.
Venga pues, anímanos un poco la velada, que dentro de poco pasaremos a ser devorados y ya está… —dijo la enterita.
Venga, sólo os contaré uno, es mi chiste estrella, ahí va: “—¡Caperucita! ¡Te voy a comer algo que no te ha comido nadie!
- ¡Qué pardillo eres lobo! Como no sea la cesta.”

Todos empezaron a reír. En ese instante se abrió la puerta del frigorífico y cogieron al pollo pelado, seguro que habría pollo horneado para cenar y las tinieblas volvieron a invadir el pequeño frigorífico.

Suprunaman 17/04/06

La niña quiere ser artista. De Monelle

Se lanzó al mundo de la farándula con el único apoyo de su abuela, una sevillana “mu resalá” reconvertida a valenciana desde hacía más de cuarenta años, pero que no había perdido ni una “mijica” de su gracia.
Manuela había dejado los estudios como quién cuelga la sotana.
El día que Manuela se lo dijo, preparaba un “arrós a banda” para toda la familia. El mortero, repleto de ajos, aguardaba la paciencia de la anciana experta en preparar “all i oli”.

¡Menudo elemento estás hecha! ¡Ozu mi arma! Filleta meua*, ¿has pensado lo que dirán tus “pares”?
No abuela. Me imagino que se negarán en redondo, pero he decidido que quiero ser artista.
No te preocupes Manuelilla. Ya me encargaré yo de ellos, pero debes hacerme caso y esperar. Te comprendo, cuando niña también yo tenía mucha “grasia” y estuve a puntito de “haserme” artista... Eran otros tiempos y no tuve “er” coraje suficiente. Recuerda que con lo devotos que son tus pares pueden montar un “la de Dios es Cristo” que ni te imaginas.
Gracias yaya. ¡Eres la mejor!

Con mucho mimo continuó con su “all i oli” mientras Manuela, por detrás, la agarró de la cintura para darle el más grande de los besos en la mejilla.

Durante un año, la abuela fue allanándole el terreno repleto de tinieblas e incertidumbres, hasta conseguir que su hija y su yerno consintieran, al menos, que la niña lo intentara.

Mire abuela, —dijo el padre de Manuela a su suegra— no quiero parecer agorero, pero dudo de que mi hija tenga futuro.
— ¡Mira que puede llegar a ser “malaje” tu “marío”! —Dijo dirigiéndose a su hija que ya se temía una acalorada discusión— ¿Qué te apuesta?
Prometo llevar... —giró rápidamente la vista buscando algo que agarrar y tiró del asa de un cacharro para alzarlo sobre su cabeza mientras decía —Prometo llevar esto en la cabeza —lo levantó bien alto— por casa, durante el tiempo que me diga, y tan sólo me lo quitaré para dormir.

Las risas de las dos mujeres comenzaron a resonar al ver a aquel hombre con el orinal en alto.

Jajajajaja Pues Lolo, ya puedes comenzar a ponértelo que la semana que viene tu niña “zale” por la tele, y creo que comprobarás “enceguida” el salero que ha heredado de su abuela.

*"Filleta meua"= Hijita mía

Monelle/CRSignes 14/04/06

La trinchera. De Naza

Aquella noche confidencialmente me lo comunicaron. “Cabo, prepare a sus hombres, al amanecer avanzaremos definitivamente”. Y Casi lo preferí. Tres meses en esa asquerosa, pestilente y húmeda trinchera me daba razones más que suficientes para agradecer el final de aquella locura, donde los cascos de los muertos eran usados como orinales, para recordarnos que una vez fuimos seres civilizados. Luego los lanzábamos al enemigo en la confianza de hacer blanco.

Tres meses de nerviosismo que llegaba a la desesperación cuando la noche cubría el páramo y la niebla nos convertía en seres invisibles. Y a ellos también. Nos acostumbramos a casi todo. El fuego de mortero, silbaba sobre nuestras cabezas. Los de la trinchera arreglábamos nuestros asuntos a escopetazos y cuando la tregua no pactada llegaba, los insultos sustituían a las balas.

A pesar del tiempo transcurrido éramos incapaces de ponerle rostro al enemigo, pero eso no impidió ponerle un nombre. A partir de aquel día todos los alemanes se llamaron Gunter Smidt.
Una noche en un intercambio de insultos antes de retirarnos a descansar, desde el otro lado de la trinchera nos llegó un mensaje muy claro. “Gabachos vais a morir todos, lo juro como me llamo Gunter Smidt”. Ese fue su error, ponerle un nombre al enemigo.

A partir de ese día todos nuestros insultos tenían el mismo nombre.

Gunter Smidt. ¡Que bien folla tu madre! —Le decíamos en un perfecto alemán, aprendido para aquellas frases.
Gunter Smidt estamos con tu hermana, no puede saludarte porque tiene la boca ocupada. —Las risas acompañaban aquellos mensajes.

No debimos insultarle.

A partir de una noche cualquiera. Cuando el tedio se apoderaba de nosotros y la tiniebla cubría el páramo, un grito rompía el silencio. Con la llegada de la temida y odiada niebla, sabíamos de antemano que esa noche sería una noche trágica. Los guardianes se comunicaban con señas, como si fueran mimos y siempre, ojo avizor. Gritos, carreras y el desenlace. “Mi cabo han asesinado otro centinela”. Algunas noches, cuando la niebla lo invadía todo, de nuevo el aullido y luego la muerte. De esa guisa los mejores elementos de mi unidad abandonaban la guerra sin posibilidad de detener al asesino.

¿Otro francés muerto? —Reían desde el bando enemigo.
Recordad el nombre de quien os va a matar uno a uno. Mi nombre es Gunter Smidt y todos seréis devotos forzosos de mi cuchillo.

Naza 14/04/06

Piratas. De Suprunaman

Todo el mundo lo conocía como el capitán Tiniebla, tenía una pata de palo, un garfio por mano y un parche en el ojo que mostraban la agitada vida que había llevado, tenía una perilla color violeta y un corte de pelo peculiar, pues parecía que le habían puesto un orinal en la cabeza y le hubieran recortado las puntas sobrantes.
Su tripulación no era menos peculiar, patas de palo, garfios por manos y parches en los ojos.
Un día, mientras Mortimer limpiaba con mimo el mortero de cubierta, el vigía divisó un barco inglés navegando velozmente.

Un baba, un baba
¡Español! —Grito Tiniebla
Ingginggg, —dijo el tartamudo vigía
Mi tesoroooo —pensó
— ¡¡¡¡Fuegoooooo!!!!

En ese momento se oyó una explosión y Mortimer ascendió y ascendió hasta el infinito donde desapareció.

Acércate timonel —vociferó, —izquierda y derecha, derecha e izquierda. —Un aparcamiento de sobresaliente. — ¡Ganchos fuera!

Clop, Clop, Clop, Clop

Arrimar
Buuuuabuuuabuuua
¡¡¡¡Al abordaaaaajeeeeee!!!!

Cincuenta piratas devotos del acero y sedientos de sangre se balancearon hacia el buque, a la luz de la mañana brillaban los garfios, las patas de madera exhibían su color caoba, los parches negros auguraban la muerte.
En una mano la espada, en la otra el garfio, chas, chas crujía el acero corsario.
John Smith, capitán inglés, salió de su camarote limpiándose los labios, acababa de tomar su desayuno, zumo de naranja, huevos fritos y tostadas con mantequilla, perezosamente sacó su revolver y disparó al aire, con el fragor de la batalla nadie se enteró del susodicho estallido.

¡¡¡Basta, basta!!! —Desgañitaba John con una voz ciertamente afeminada.

Expectación en cubierta.

Sois malos —dijo el capitán, — ¡¡¡Rústicos!!!! —Y volvió a su camarote cerrando las coritinillas.

Las risas invadieron el barco, carcajadas bárbaras.

Ups, ups, —dijo un pirata, —me ahogo.

Al verlo al otro le entró más risa y ups, ups, este también se ahogó, y el otro y el otro y el otro al ver el panorama un ingles dijo:

¡¡Se han ahogado!!

Y fue tal la risa que ups, ups, se ahogó un inglés, al verlo el otro, ups, ups y otro inglés y otro y otro y otro; por un momento se hizo el silencio, fue entonces que al mar le entro risa, y al sol, y a los vientos, y a todos los elementos de la tierra, hasta que ups, ups.

Suprunaman 13/04/06

El niño. De elgringo

No había manera, todos los días la misma canción, el orinal siempre estaba lleno y como siempre tenía que ser yo el que lo vaciara, pero la culpa es mía, lo tengo mal acostumbrado, soy un devoto de la limpieza y del orden, y siempre que se deja algo por ahí, voy yo y lo pongo al sitio, y claro, el listillo se aprovecha de mi.
Mi propio hermano, menudo elemento, es un holgazán y cuando encuentra un empleo no le dura ni dos semanas, mis padres lo habían mimado demasiado, claro, es el pequeño de la casa y siempre lo tiene todo hecho, y encima no se cuida, se pasa el día tumbado en el sofá, y solo come pizzas y huevos fritos con patatas, eso si, con ajoaceite, será cabrón, mi madre se pasa el día dándole al mortero para complacer al niño, aunque hoy por hoy eso es lo que menos me preocupa. He observado que últimamente va con malas compañías, “lo que faltaba pal duro”, se ha juntado con un tal Mon que parece un zombi sacado de las mismísimas tinieblas. He decidido trabajar menos y pasar más tiempo con mi hermano. Le enseñaré a comer bien y a no atiborrarse de ajoaceite y longanizas que ha buen seguro le habrá viciado el tío ese. Me lo llevaré a practicar algún deporte y ha llevar una vida sana. Le enseñaré la gran calabaza, que ahí si que hay buena gente, aunque no se porqué ese tal Mon está en todas partes.

elgringo 13/04/06

Vulgar existencia. De Aquarella

¿Por qué aquí, por qué yo? No se puede tener peor suerte. —Cogió de nuevo la botella, cerró los ojos para dar un largo trago que volvió a quemarle la garganta y siguió buceando en sus pensamientos. El mundo es muy grande, pero la jodida cigüeña tuvo que soltarle en Cantalagua, diminuto pueblo apodado el orinal del cielo porque nunca deja de llover... desesperante. Un lugar absurdo para nacer que diluye la vida entre ovejas, monotonía y aburrimiento.

¡Hasta la soledad parece líquida en este maldito pueblo! —El alcohol le acentuaba las ganas de compadecerse.

Su madre le había cuidado con mimo, tal vez le había consentido en exceso. Desde que ella no estaba se había convertido en un devoto seguidor de la televisión, que veía durante horas, de revistas paramilitares y violentos videojuegos.

Dicen que todo el mundo tiene sus diez minutos de gloria. ¿Y en el culo del mundo cómo coño se consigue eso? —Unos cuantos tragos más y su adorada televisión le mostraría la respuesta.

Fue precisamente una antigua película de romanos la que le dio la idea, un tal Nerón disfrutaba mirando una ciudad en llamas y empezó a imaginar lo bien que quedaría su pueblo con las bombas de un mortero... el espectáculo le pareció perfecto. Lástima no disponer de artillería para hacerlo a lo grande, pero ya encontraría la mejor manera de prenderle fuego.

¡Qué fácil había sido! Sentado en la colina, orgulloso de lo que había hecho y sin ningún remordimiento, veía como ardían casas, establos… el pueblo entero parecía una enorme hoguera — ¡Ni en las Fallas hacen algo así, de ésta me sacan en la tele! —Pero no había contando con el elemento que le daba nombre al lugar, el gesto de satisfacción se le congeló en la cara cuando empezó a llover torrencialmente. Cantalagua volvía a sumergirse en las tinieblas de la noche.

¡Mierda! —En ese momento supo que su esfuerzo no iba a servir de nada, era inútil, las cámaras no llegarían a tiempo.

Aquarella 12/04/06

Caballo, un hombre perdido. De Mon

Debía estar viajando, cabizbajo, taciturno, abandonado en las tinieblas, solo él era inconsciente de la realidad que le rodeaba. En una mano la botella de vino, en la acera la jeringuilla evacuada.
Era un viejo barrio marginal de calles húmedas de farolas apagadas, elementos que hacían dormir la ciudad en un profundo olvido, así sus gentes enfundadas en viejos cueros pululaban ordenadamente y a determinadas horas para no dejar descansar el adoquinado.
La gran avenida estaba acompañada de bancos y árboles solo interrumpida por el curso del gran río con sus aguas ya remansas, apacibles. Era un placer recordar el sonido de sus mimosas aguas besando las orillas, acariciando los ecos de juventud perdida, recuerdos tal vez lejanos de una salud y un rumbo equivocado.
Durante la guerra los morteros atronaban las calles otrora ricas y abundantes, ese estruendo que parecía venir de la pobreza, del otro lado del río, ¡ya ves hoy lo que queda! una vieja casa llena de goteras y orinales que las apantanan. Paradojas de la vida y él, único devoto de esa injusta debacle, permanece envenenado y sin sombra en una noche que dará con sus huesos en la morgue.
Ahora es la hora de resumir mi vida pensó, me han abandonado los temblores he vencido las pesadillas y marcho a un lugar donde ya nadie me podrá molestar jamás.

Mon 12/04/06

El orinal del infierno, un mal sitio para morir. De Suprunaman

Que peor lugar para esconderse que el llamado “El Orinal del Infierno”, aquí te encuentras entre tinieblas, es un sitio en el que no me gustaría morir.
Una gran mayoría de gente, cuando muere acaba en el cementerio, otras son incineradas y arrojadas al mar, pero "el orinal" está lleno de esquizofrénicos, sus muertos son enterrados en el jardín, otras veces los cadáveres son expuestos para el disfrute de los devotos de la muerte, también puedes encontrarte con algún necrófilo que te de sus mimos y cariños para el resto de tu existencia física.
Puede que haya matado a mucha gente, pero no le desearía este lugar ni a mi peor enemigo.
Lucien lleva viviendo cinco años en este lugar, no lo puedo entender, aparentemente es normal.
Calle AvandGarde nº13, eso me dijo, una escalera de caracol me lleva hasta su puerta, está abierta, el aroma a marihuana perfuma la habitación, al otro extremo está Lucien, en una mano sostiene la maza, echa los ingredientes necesarios en el mortero y los machaca bien. Hace unos años Lucien tuvo un problema con la pasma, su chica era la hija de un capitán, demasiadas drogas le pararon el corazón, ¡ay Lucien! no había otros lugares para esconderse.
Una vez hecho el trueque me introduzco otra vez en aquella maloliente ciudad, donde el hedor hace honor a su nombre.
La calle está húmeda, tanto como mi ancha frente, una sensación de desasosiego recorre mi cuerpo, mañana por la mañana abandonaré este retrete; noto que algo se me engancha al cuello y al darme la vuelta veo toda una legión de muertos que se aproximan a mi, de un codazo me quito de encima aquel elemento que me agarra, saco el revolver de la cartuchera y empiezo a disparar a diestra y siniestra, sus cuerpos ya muertos siguen avanzando, sus ojos están desorbitados y de sus labios emana una baba viscosa, Lucien está entre ellos, la estampa es desesperanzadora pues a cada paso que doy, a cada puerta que pido auxilio me responde otro gruñido, no hay auxilio posible.
Prefiero no saber el final, ¡pum!.

Suprunaman 12/04/06

Páginas de un diario. De Chajaira

Tarde del 23 de marzo de 1972

Un poquito de cariño, unas piedrecillas de sensatez y unos dientes de fe, son los ingredientes principales que machaco en el mortero de mis días.
Días simples sin más intención que ser la hija perfecta, sacrificada como siempre a la educación de una familia devota y mira dónde me han dejado.
Tengo cuarenta y cinco años, pasada por una vida rutinaria dedicada a ser lo que se espera de mí, mujer que oculta su escote ya flojo, caído a la esperanza pero que deseo con culpa y pudor, ser amada, deseada, arrastrada a los instintos más paganos por un hombre.
Ese mi hombre especial que miro tras la cortinilla cada tarde. El Mimo del semáforo. Sus ojos delineados en negro resaltan en su cara blanquecina, siempre gesticulando la sonrisa. No puedo evitar querer sacar de su disfraz, su pantomima; estoy segura de ello, su risa dibujada es una mentira, como mis años de sacrificio a la nada, al delantal, la cacerola y la fregona.
Sé que él y yo somos como el elemento que dejó caer Dios en un momento de pereza. Abandonados a nuestros pensamientos, olvidados, ocultos en las tinieblas de las tardes frescas. Mi mimo escondido en su maquillaje y mi poca alegría tras una ventana.
Quiero tirar al orinal, como mi último despojo, mi cobardía. Necesito traspasar mi faja, mi combinación de encaje roído, mis bragas pulcras y beatas.

Chajaira 10/04/06

Palabras para el "Contemos cuentos 5"

Para la segunda semana de este quinto juego ideamos, siempre con la base de nuestras normas conocidas (relatos de entre 200 y 400 palabras, tema libre y título obligatorio), proponer la creación de un texto que contuviera un diálogo.
Las palabras de la quincena fueron:

DEVOTO

ELEMENTO

MIMO

MORTERO

ORINAL

TINIEBLA