El orinal del infierno, un mal sitio para morir. De Suprunaman
Por monelle elFeb 8, 2009 | EnSuprunaman, CONTEMOS CUENTOS 5
Que peor lugar para esconderse que el llamado “El Orinal del Infierno”, aquí te encuentras entre tinieblas, es un sitio en el que no me gustaría morir.
Una gran mayoría de gente, cuando muere acaba en el cementerio, otras son incineradas y arrojadas al mar, pero "el orinal" está lleno de esquizofrénicos, sus muertos son enterrados en el jardín, otras veces los cadáveres son expuestos para el disfrute de los devotos de la muerte, también puedes encontrarte con algún necrófilo que te de sus mimos y cariños para el resto de tu existencia física.
Puede que haya matado a mucha gente, pero no le desearía este lugar ni a mi peor enemigo.
Lucien lleva viviendo cinco años en este lugar, no lo puedo entender, aparentemente es normal.
Calle AvandGarde nº13, eso me dijo, una escalera de caracol me lleva hasta su puerta, está abierta, el aroma a marihuana perfuma la habitación, al otro extremo está Lucien, en una mano sostiene la maza, echa los ingredientes necesarios en el mortero y los machaca bien. Hace unos años Lucien tuvo un problema con la pasma, su chica era la hija de un capitán, demasiadas drogas le pararon el corazón, ¡ay Lucien! no había otros lugares para esconderse.
Una vez hecho el trueque me introduzco otra vez en aquella maloliente ciudad, donde el hedor hace honor a su nombre.
La calle está húmeda, tanto como mi ancha frente, una sensación de desasosiego recorre mi cuerpo, mañana por la mañana abandonaré este retrete; noto que algo se me engancha al cuello y al darme la vuelta veo toda una legión de muertos que se aproximan a mi, de un codazo me quito de encima aquel elemento que me agarra, saco el revolver de la cartuchera y empiezo a disparar a diestra y siniestra, sus cuerpos ya muertos siguen avanzando, sus ojos están desorbitados y de sus labios emana una baba viscosa, Lucien está entre ellos, la estampa es desesperanzadora pues a cada paso que doy, a cada puerta que pido auxilio me responde otro gruñido, no hay auxilio posible.
Prefiero no saber el final, ¡pum!.
Suprunaman 12/04/06
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