Categoría: "CONTEMOS CUENTOS 17"

Otra vez, lo mismo. De Fledermaus

Al despertar, a la hora marcada y sin posibilidad de eludirla, la mente del ser se presenta en un estado de árido terreno desolado. Propicio para pensamientos propios. Se procede a inyectarle de inmediato una dosis de felicidad leve. “Otro día, otra magnifica oportunidad de aprender.”
El ser es aseado y se le conduce al comedor, con los demás, donde se procede a su alimentación. Cada cual tiene su lugar asignado. Los compañeros de mesa no importan. No existen parientes ni amigos. Cada ser, es derivado del original, y hereda de sus semejantes de nivel superior algunas leves mejoras. Modificaciones genéticas para evitar la deformación por abuso de los mismos patrones originales. Fue consejo de los antiguos, que contó con el plácet del gobierno, que así se procediera: a cada generación, pues, se le añade una pequeña mejora que permiten retirar los especimenes antiguos con rapidez y efectividad. Todo un logro para evitar la superpoblación que antaño propició el agotamiento del planeta y su hecatombe.

El progreso desmesurado, el alarde de inspiración tecnológico, resultó ruin para nuestros ancestros, puesto que no vino acompañado de un progreso de su humanidad. Fueron bestias, egocéntricas e hipócritas. Impotentes para aprender y descubrir la propia soga que se anudaban al cuello. No hubo escalo en su alma, al contrario, se desplomó hacía la insensibilidad y la deshumanización a medida que los chismes fueron más feroces, más pequeños y más mortíferos.

Sí, hubo en otras épocas grandes cerebros, seres que hicieron progresar a sus semejantes, pero... ¿Cuántos soldados por cada poeta? ¿Cuántos dictadores por cada genio?

Tras el alimento, el conocimiento. Conocimiento forzado hasta el anochecer. Luego al ser se le asea y se le retira al descanso. Una inyección de felicidad leve le permite tener sueños recursivos. Y así día tras día: su condena es conocimiento perpetuo. Se aprisionan sus cuerpos y se cultivan sus cerebros. Quizás no destaque ni uno sólo, pero sumándolos todos, su riqueza nos elevará por encima de las nubes.

Y así derrotaremos a las naciones rivales. Esta vez sí, que tenemos el arma definitiva.

Fledermaus 07/10/06

UHM… De Fledermaus

Ya se ha escrito demasiado acerca de la inspiración. Y sin embargo, cualquiera que haya juntado palabras con asiduidad, recurre a ello como tema de algún texto. Los más desolados, aquellos cuyo arte les sacude la vida desde lo más profundo, suelen darle cuerpo femenino. Son románticos, amantes del sufrimiento que no sólo aspiran al logro artístico, sino que encima, se imaginan conquistando a la caprichosa dama para sí. Otros, más llanos en su imaginación, le hablan —le gritan, le exigen, y le suplican— como a un pariente incómodo que aparece cuando no le podemos atender, y que cuando le necesitamos, nos ignora.
Es bastante ruin dar entidad a un estado. Es querer liberarnos de una parte de nosotros mismos, una parte que nos disgusta. Es más fácil darle la culpa a otra cosa.
Buscar el plácet de la inspiración, como quien alza las velas y espera el viento a favor, es un error. Pues de allá fuera no aparecerá nada. Es dentro de nosotros que hay todo un universo de tornados, vendavales y resoplidos. No vendrá nadie a escribir lo que tú sientes la necesidad de escribir: o lo escribes o se quedará sin saber.
Hay que arremangarse la camisa, agarrar el pico y hacerse un escalo en las entrañas, y ver qué palpita ahí. Lo más individual es, al fin y al cabo, lo más universal. Escribir lo que los demás quieren oír es hacer su trabajo sin decir nada. Intentar conocerse a uno mismo, ayuda a captar a los demás. Y escribir ayuda a descubrirse, a liberarse de las pautas culturales marcadas desde el nacimiento.
¿Por qué esta obsesión por la inspiración? ¿Por algo que, en todo caso, sólo es el 10% de la tarea de escribir? Sí, una décima parte. El resto es pura transpiración: aplicarse, currar, sudar…

Fledermaus 07/10/06

Los elementales: Una misiva (Cap.6). De Monelle

Breziers, 25 de julio del año de nuestro señor de 1209

Excelentísima Santidad.

Honrado me siento al poder comunicarle el logro de la misión encomendada.
La ciudad de Breziers arde como el infierno que acogerá las almas de los desgraciados que, tan merecidamente, han caído en este empeño. El cielo resplandecerá, al saberse libre en su gloria y magnificencia de una parte importante de la afrenta que le amenazaba.
Bien sabe Dios que hubiera sido mejor dejarlos a su suerte. Hacerles entrar en razón a todos y cada uno de ellos pero, como vuesa clementísima merced conoce, difícil es encarrilar en la inspiración a los corderos que se han salido del recto camino de sus enseñanzas.
Sigo sin comprender que frente a la amenaza del infiel sarraceno que nos arrebata, con ruindad, las sagradas tierras que acogieron al hijo redentor, tengamos que combatir también en nuestros dominios. Que hayan renegados que se burlen en el desprecio a su recto parecer.
¿Cómo pueden algunos desaprensivos creerse poseedores de la verdad que tan sólo aquel que ostenta la sabiduría, y cuya figura heredada de San Pedro primer pilar de Nuestra Santa Madre Iglesia, posee?
Indudablemente, el plácet del Maligno guía sus pasos poniendo en entredicho toda vuestra bondad.

Asaltamos sin previo aviso la ciudad que ahora se haya rendida a vuesa clemencia. Pocos sobrevivieron al envite de los santos caballeros cruzados, cuyas armas consagradas purificaron, en cada uno de sus pases, las almas de aquellos que se apartaron de la senda del bien.
Encontramos a los traidores herejes a rebujo de sus hogares descansando, como sólo aquellos parientes que viven sin remordimiento pueden hacerlo. Destruimos sus casas, rebuscamos en cada rincón para que la muerte libertadora lo saneara al completo.
Firme en vuestro mandato, fui recriminado. Se cuestionó el poder y la grandiosidad, para redimir las almas de los inocentes, del Altísimo. “Dios sabrá distinguir a los suyos” afirmé.
La sangre plaga las calles desoladas de la ciudad que arde con el fuego catártico que purgará del escalo de los herejes.
Ante usted, postro nuevamente mi espada en el conocimiento de que éste ha sido el triunfal comienzo del Apocalipsis, que barrerá de la tierra a los herejes cataros por cuestionar a Nuestro Señor en toda su grandeza.
Suya es mi alma y mi voluntad.

Arnaud Amaury

Monelle/CRSignes 06/10/06

El otro mártir Sebastián. De Naza

Te digo que eso es una blasfemia, un insulto a Dios. ¿Quién le ha dado al hombre la inspiración para plasmar su imagen divina? No, mi desolado amigo, todas las iconografías serán destruidas, sólo vengo a advertírtelo por la amistad que nos une, huye de Constantinopla, regresa a Atenas, a casa de algún pariente y mantente al margen de esta polémica. Los iconólatras, sometidos a corrientes religiosas que llegan de Oriente, cada vez tienen más adeptos y la sangre correrá por Bizancio hasta que logren su objetivo.
¿Y el rey que dice? —Preguntó Sebastián, inquieto.
León III está influenciado por consejeros que le animan a no enemistarse con la dinastía Omeya, si tuviera que tomar partido por ellos o por vosotros, creo que deberías pensar en huir.
Y tú, —insistía Sebastián— compartes ese nuevo pensamiento, ¿verdad?
La arrogancia de Juan II haciéndose pintar junto a la Santísima Virgen y a la misma altura que ella, como si fuera un igual, es un acto ruin que provoca la airada reacción de todos, incluida la mía, pero yo sólo soy un soldado y obedeceré los dictámenes de mi rey.
¿Serías capaz de atentar contra este templo? ¿Entrar con tus tropas y dar el plácet de echar a tu gente de la iglesia de Dios?

Sebastián golpeaba en ese instante la mesa de la sacristía, provocando la caída de numerosos papiros.

¿No te das cuenta de la gravedad del momento, verdad? En Sicilia y en Calabria no sólo se destruyen los iconos religiosos, además sus fieles son perseguidos, encarcelados y pasados a cuchillo en caso de oponer resistencia.
¿Me estás diciendo que emplearías esos métodos contra tu pueblo? Rafael, te conozco desde que naciste, tú perteneces a esta comunidad, te he visto escalar y triunfar en el ejercito, gracias en parte a la gente de aquí, que te ha apoyado y recomendado, has mamado los valores transmitidos por esta Santa Iglesia a la que ahora quieres destruir. ¿Harías eso? ¡Eh!
Por favor Sebastián, huid a Capadocia, allí estaréis a salvo, al menos de momento. No me hagas actuar, te lo ruego.

Sebastián actuó. Tomó la decisión de permanecer en el interior del templo, un templo repleto de fieles que con sus salmodias mitigaban la tensión de lo que se avecinaba, en el exterior una decena de soldados rebeldes custodiaban la iglesia, en la colina, un ejército cumplía las ordenanzas del rey.

Naza 02/10/06

Desconexión. De Aquarella

Se acaba el tiempo, sin embargo, aún tengo esperanza en el futuro. No en el mío inexistente, sino en el de las generaciones venideras. Mis últimos minutos los empleo en escribir, sin saber muy bien a quien dirijo mi despedida. No tengo parientes, ni amigos, la absurda sociedad en la que me tocó nacer me ha negado poder disfrutar de esas palabras, cuyo significado conozco a través de las definiciones de un diccionario. ¡Menudo logro para la humanidad! Hace siglos que somos una especie híbrida entre máquina y humano, una combinación de dígitos y letras para nombrarnos, un tiempo limitado para funcionar (antes lo llamaban vivir, qué hermosa palabra) un período de “vida” establecido previamente que finaliza en el instante estipulado, sin tristeza, con el plácet de las demás semimáquinas.

Entonces, si todo funciona como debe ¿por qué estoy llorando? Pertenezco a esa fracción de esta sociedad perfecta que, a pesar de no haberlo conocido, añora el pasado. Habitamos un mundo ruin, desolado, carente de belleza, y, en contra de todas las normas, hemos decidido hacer algo para cambiarlo. No compensa tener mayor tiempo de funcionamiento si no podemos disfrutarlo.

La inspiración que me convirtió en un ser diferente, surgió de unos antiguos archivos con los que tropecé por casualidad… se trataba de una extraña página en la que una serie de personas con curiosos nombres dejaban fotos de paisajes imposibles, cielos y mares de ensueño, algo llamado poesía, cuentos… Al principio me pareció un mundo enloquecido pero, poco a poco, me fui adentrando en él hasta descubrir que era mucho más agradable que el nuestro. No se descartaban los sentimientos como una enfermedad; incluso la sensibilidad estaba permitida. A través de ese regalo del pasado conocí a otros como yo, seres que fomentaban su lado más humano dejando a un lado la parte de máquina.

Sólo faltan tres minutos para que me desconecten y mi memoria quede reducida a nada. Escalo con tranquilidad los peldaños que me llevan a la muerte, sabiendo que he hecho todo lo que estaba en mi mano. Este mensaje, en el que incluyo el enlace a ese mundo mágico de sentimientos, llegará a mil millones de híbridos que verán por primera vez lo que hasta ahora les ha sido negado... Mi último deseo es para todos vosotros, para que no sigáis alineados:

¡Despierta, siente, disfruta, vive! Tú no eres una máquina

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Aquarella 02/10/06

Los higos, la doncella y el amor. De Monelle

Sigiloso, deja resbalar la mano por encima de su hombro. La sorprende. Un pequeño estremecimiento espabila sus sentidos. En su mano extendida, pende un obsequio, un higo verde.

Tómalo —le dice — contempla su pureza. Está limpio. Descubre su rosado y sensual contenido. Observa cómo desea tomar tu dulce boca.

Siente la mirada cargada de lasciva inspiración, y con un gesto lo rehúsa. La respiración cálida y espesa en su nuca le angustia.

No huyas, niña. Ayer estuve en tu casa y tu padre me dio su plácet para cortejarte.

Ajusta la cinta de su vestido, que levanta sus impúberes pechos, y huye. Las lágrimas no le dejan ver. La madre se cruza en su camino.

No corras, tengo buenas noticias que darte.

Y vuelve a sucederle. Por segunda vez en un mismo día le ofrecen higos tiernos. De un golpe los rechaza. Los frutos reventados contra el suelo blanquecino, dejan escapar su aroma dulzón con tintes rosáceos.
Tiene once años de edad, y aún para ella es un logro ver cumplidos sus sueños.
Al llegar a su cuarto, escucha el sonido envolvente de unos cánticos. Asoma la cabeza, lo justo para poder ver la luz de las velas concentradas en el altar de Afrodita, y el rostro complacido de su padre al abrazo rítmico de su rezo en la ofrenda a la Diosa.

Ven niña. Ayúdame a agradecer a los dioses tu suerte. Entre parientes nunca nos separaremos. Temí perderte envuelta entre los linos y las columnas de algún templo.

No puede apartar de su mente aquellos ojos tan rojos como el fruto oloroso allí ofrendado. Presiente dolor y un gesto de ruindad por parte de los que ama. No comprende que el destino la eche en brazos de la lujuria que pervierte aquello que toca. Se sabe tan frágil como el fruto que se echa a perder a las pocas horas de su cosecha.
Y aunque es una fruta resistente, teme el escalo del gusano lúbrico que la corrompa.
Afrodita, ha sido cruel con ella, de nada sirvieron sus atenciones y la entrega que, con devota admiración, le ha hecho al amparo del amor joven y galante que la espera en el jardín de sus ilusiones.
No han servido esos frutos que ahora se vuelven contra ella, y que jamás piensa volver a tomar en un destino negado al amor.

Monelle/CRSignes 29/09/06

Esfuerzos de escritor. De Suprunaman

Estaba casi tumbado en la mesa de su despacho, desolado, esperando a que le llegara la inspiración.

“… y entonces le dijo que era pariente suyo y le dio un espada de acero. Le explicó que aquella arma había sido utilizada por el mismo Crom para vencer a sus enemigos y que la usara con honor.
¿Qué quien es Crom?, el Dios de la Guerra, Crom concede un don a todos los recién nacidos: fuerza de voluntad y tesón para luchar.
… El muchacho se había convertido en un hombre, y aquel pariente suyo que un día le dio su bendición, se había convertido en un ruin fantasma hipnotizado por los señores de la noche.
…Había hecho un escalo en el muro y había pillado por sorpresa a su pariente. Lo tenía rendido a sus pies, levantó la espada de acero para darle el golpe de gracia. Su pariente comprendió su sino y le dio su plácet para que terminara con su perra vida.”

Robert, sal, la comida está en la mesa, dijo su madre.
Robert salió a regañadientes, no había hecho ningún logro.

Era el años 1932, Robert E. Howard, había creado un nuevo personaje, un héroe con fuerza, un gigante bárbaro al que bautizó como Conan. Pero eso es ya otra historia.

Suprunaman 29/09/06

Chiquiteces.* De Edurne

El gran plácet que me aporta el sostener entre mis brazos aconchados el cuerpecito chiquitito de un bebé, inflama mi corazón hasta lo indecible, esa cosita tan tierna y blandita que escala con sus deditos mi pecho, mientras sus ojitos miran y no ven, mientras su pies desnuditos se debaten en el aire…
Permanecería así una eternidad porqué despierta en mi alma esa inspiración, pariente de la felicidad, que se mezcla con mis sentidos y me aturde. Reproduce los mismos gestos una y mil veces, sin fatigar mis ojos ni agotar mis deseos de seguir observándole, caritas extrañas y movimientos espasmódicos sin lograr comprender a qué se deben.
Su mente en blanco, respondiendo sólo a estímulos externos que le agradan o le enojan, tímidas sonrisas que se escapan por la comisura de su boquita y que aparecen sólo en un rictus momentáneo, para desaparecer de nuevo entre sus diminutos labios y troquelarse por un llanto repentino que nos sorprende y acongoja.
Maravilloso poder el de la vida que anida en todos nosotros, majestuosa calidad de seres supremos que adquirimos en el momento de asomar por esa ventanilla de la existencia y, sin embargo, cuán frágiles nos despertamos ante la pericia ruin de la experiencia. Nosotros, los únicos animales que nacemos desolados ante el mundo que nos aguarda, incapaces de sobrevivir sin una protección, sin una atención constante, necesitados de caricias y mimos que nos construyan una niñez sana y provechosa.
Y en nuestro corazón anidarán para siempre esas chiquiteces que se esmeraron en regalarnos cuando no las podíamos apreciar, pero seguro que en algún momento de nuestro largo deambular, notaremos un pinchacito ahí, en lo más hondo y sabremos que nos achucharon, que nos mimaron y que nos siguen queriendo.

Edurne 29/09/06

*Chiquiteces: La palabra no está en el diccionario, pero... suena tan bien.

Desolada. De Edurne

Me retiro en la penumbra de mi mente soñadora y con gran plácet me entrego al arduo trabajo de tamizar mis sueños. Sólo consigo vislumbrarlos en la oscuridad y el silencio que me ofrece ese momento tan esperado, unos minutos a solas conmigo misma, un corto espacio que le he robado al reloj del tiempo… corto pero intenso. Espero con ansiedad que llegue mi inspiración, alocada y ardiente, a escalar con frenesí mis neuronas hasta lograr filtrar mis mejores recuerdos.
Siempre estás en ellos, navegas por mis enredaderas endulzando cada axón de mi sistema nervioso, balanceándote entre los haces de mi deseo. Iluminas mi sendero desde tu austeridad y tu silencio, con una luz tan suave que apenas se apercibe, lánguida y serena cautela en la que me pierdo cuando me acompañas y consigues fluctuar mi inspiración hasta el último extremo.
Te sueño, te retengo y te cautivo entre mis yemas, desesperadas por no perderte. Mas mi ambición es pariente del infortunio, se debate entre esa ruin impotencia del destino y aquella inmaculada pasión que en mí despiertas.
Mi pecho desborda un suspiro a cada imagen tuya en mi retina; me miras y me derrites, te ríes y me enrojeces, me besas y… me condenas.

Edurne 28/09/06

Pasó la mañana y llegó la tarde. De Belfas

El camino de la vida a veces es complicado y sinuoso, por eso es importante tener siempre alguien que te pueda retener, enseñar, o acompañar en su trayecto. Son los avatares del destino y la mente humana la creadora de elementos de discordia, “problemas en potencia” que permiten que entusiasmo y amor no fluyan como ríos, en pos de un mar de luces y armonía.
Hoy la vi desolada, se asomada al precipicio del desanimo a punto de saltar, esperando un halo de luz ausente que iluminara su alma de poeta, observé como indagaba en su mente creativa de niña inquieta, en busca de una respuesta en el océano del desdén. El plácet de amigo me permite aproximarme con cautela, sin dejar entrever ningún atisbo que indique compasión. Logro con tiento ganar su confianza y trazar sobre su pesar un manto de esperanza, que avive la llama ardiente que posee en su mirada. Después, una plaga de dudas escalan sobre mi pensamiento, turbando el ánimo y cambiando el rumbo de la brújula que indica bienestar.
Siento despertar su corazón de la penumbra y, con su sonrisa sincera, me indica que todo ha sido un sueño efímero diluido con el agua del afecto. Mi inspiración se contagia de esa bruma que deja la tristeza cuando emprende viaje a un destino todavía por descubrir. Hoy me siento unido por la cadena del sentir, como un pariente cercano que solamente aspira a sembrar de gozo el campo de amapolas de una buena amistad.

Belfas 28/09/06

El atleta. De Chajaira

El corazón le suena en los oídos, le palpitan las yugulares mientras el pecho se le oprime y se seca, ya el aire no parece ni entrar ni salir de sus pulmones, ni siquiera el diafragma parece encontrar los movimientos que le ayuden a dar un paso más.

Juan es un hombre sencillo, dedicado a la dura tarea del escalo en la superación física y personal, sin más aliciente que el ruin sacrificio que le dejan los días de esfuerzo y fuerte entrenamiento. Aún así, su constancia es admirable. Cada día recorre veinte kilómetros de parajes desolados, sin más escucha ni ritmo que su corazón fondista.
Su secreto está en la inspiración que busca, para hacerle a Flor, su esposa, poemas que alimenten su fragilidad, ella lo es todo, la que condena en silencio y por la que sufre al entender que no habrá más logro en cada meta, que ser el primero. Cuando llega a casa busca su merecido plácet a cambio de unos versos, como si con ello pudiera aplacar el sufrimiento de una soledad que nada tiene que ver con los momentos dedicados al deporte.

El oxígeno se resiste en bombeos forzados, su visión es cada vez más tenue, a unos cincuenta metros adivina el fin, unos metros para acabar con su pobre vida y enmarcarla bajo una copa de alpaca que mostrará a algún pariente, ganará esta carrera pero en casa, Flor perece marchita.

Chajaira 27/09/06

Un encargo desde la tumba. De Mon

¿Qué nueva, cruel y ruin me traéis indigno caballero? ¿Cuál es el alma malvada que os obliga a cometer semejantes atropellos? Sed portentoso y valiente, habladme, no permanezcáis en la penumbra, se quien os envía y debéis responder por él.
— Desolado me hallo espada que me hablas, si por inspiración divina he de confesar, séllense mis labios para siempre que a mi señor no voy a traicionar.
Sois malvado y rufián, ¿quien se atreve a levantar la voz ante mí? Responded a mi pregunta o vuestro logro habrá quedado en quimera.
Soy un pariente de vuestro señor, por quien estáis dispuestos a batiros.
No se os ocurra hablar de mi noble señor o válgame Dios que no pronunciaréis otra palabra en vuestra vida, ¿Quién sois, bellaco? —Grita acaloradamente
— Soy el Capitán de la Guardia Real, Román de Gandía, dadme vuestro plácet y me mostraré ante vos.
Agarraos subid aquí. ¡Capitán, pensaba que habíais muerto!
Es lo que todo el mundo debió creer por el bien de la seguridad de nuestro señor. Dadme la mano y escalo el muro para veros más de cerca.
Ahora no me cabe ninguna duda, quien hasta mi viene ha de ser por una causa más que justa, pensé que nadie conocía esta entrada, pero claro…vos habéis servido en palacio muchos años. Decidme, ¿de qué se trata mi capitán?
Se trata de vuestra muerte, todo el mundo sabe lo vuestro con Lady Amparo, tengo ordenes precisas sobre vuestro porvenir y creedme que es bien efímero.
¡Venís a darme muerte?
Así ha de ser, la muerte por un muerto es agravio sutil e inexistente, nadie me buscará…pero vos…

¡Guardias! Vocea el capitán Roman, venid, aquí hay un hombre muerto. Al terminar su dolorido encargo se marcha, enfundando su sanguinolento metal, con la sombra que le acompañó, para descansar en paz en el lugar desde donde nadie regresa.

Mon 27/09/2006

El precio de la fama. De Aquarella

Solamente los sollozos de un hombre desolado se atreven a interrumpir el silencio de la lujosa suite del hotel. A pesar de la penumbra reinante, puede apreciarse el desorden de la habitación... es obvio que ha habido una pelea. Un murmullo se apodera de la estancia

¿Por qué lo has hecho cabrón? ¿Por qué? ¿Cómo has podido ser tan ruin conmigo? ¡Éramos amigos, confiaba en ti! —Unos golpes en la puerta interrumpen el monólogo

¡Policía! ¡Abran!

¡Joder, qué rápido han venido! Está claro que a los ricos os cuidan mejor... habría que ver cuanto habrían tardado en llegar a mi barrio después de un único disparo —una irónica sonrisa termina la frase —seguro que ni habrían aparecido.

Alberto no tiene ninguna intención de abrir, no hasta que termine la conversación con el desgraciado que, tirado en el suelo y muerto de miedo, suplica por su vida con la mirada de un cordero degollado.

— Siempre he celebrado tus logros como si fuesen míos, compartía la alegría de tus éxitos y lo hacía de corazón... no habría confiado más en ti aunque hubiéramos sido parientes y tú ¿Cómo me lo pagas? ¡Cómo un vulgar ladrón de escalo! Amigo... tú no tienes ni idea del significado de esa palabra.

A duras penas, su interlocutor balbucea un “lo siento” que sólo consigue enfurecerle aún más

¿Lo sientes? ¡Ah bueno, entonces ya está todo arreglado! ¿Tú eres imbécil? Me robas mi novela, la haces pasar por tuya y yo me entero por los periódicos del éxito de la nueva obra de mi mejor amigo ¡Mi novela! ¿Qué esperabas, mi plácet para seguir con el juego?

clararé las cosas.

¡Claro que las aclararás capullo! Te va la vida en ello... pero lo haremos a mi manera. Ahora, cuando entren los polis, diremos que esto ha sido un lamentable accidente. ¿De acuerdo?

De acuerdo

Y en cuanto al pago de mi inspiración... ya lo arreglaremos. No sería rentable reconocer ahora que se trata de un plagio, perderíamos ventas, así que en cuanto te recuperes seguirás con la promoción... todos los beneficios serán para mí. ¿Está claro?

Sí... pero deja que entren, por favor, necesito un médico.

Por supuesto, no vamos a dejar que se muera la gallina de los huevos de oro —le guiña un ojo y adopta un gesto compungido antes de abrir la puerta.

Aquarella 26/09/06

Conquistas y reconquistas.* De Suprunaman

El príncipe moro estaba desolado, había perdido una de las zonas estratégicas más importantes. Casi llorando, entró en el castillo de su padre y le explicó lo sucedido.
Le contó que el ruin Conde Bencagat, seguido por sus soldados hicieron un escalo en el muro y allí en el campamento los sodomizaron.
El padre entró en cólera y juró venganza.

Por otra parte, el Conde Bencagat llegaba satisfecho a su castillo, su logro merecía una recompensa. Inspirado por el jugo de la vid, le mandó una paloma mensajera urgente a la condesa que se encontraba en la torre norte haciendo sus labores. Al saber de su presencia corrió escaleras abajo. Ya delante de él puso las tetas sobre la mesa. El conde se las tocó. Ella le dio su plácet para que siguiera más abajo y juntos disfrutaron de la victoria.

Habían pasado tres días de sexo y desenfreno cuando sonaron las trompetas. El Conde, subiéndose los pantalones ascendió hacia la muralla.
¿Quién sois vos? Preguntó el Conde.
Soy el rey moro.
¿Y que queréis?
He venido con algunos de mis parientes en busca de venganza. Abrir la puerta.
Una merda. [una mierda]
Si no abris la puerta, entraremos por la fuerza, quemaremos vuestras cosechas y violaremos a vuestras donas. [mujeres]
Un altra merda. Trompeta, toca lo que sapies [toca lo que sepas]
Caguera de bou cuan plou se reballa, Caguera de bou... [mierda de toro cuando llueve se resbala, mierda de toro... ]
Al final los moros, vencidos y humillados se marcharon de la Península. La reconquista había finalizado.

Suprunaman 25/09/06

*Nota del autor:Este texto es la unión de varios cuentos que mis padres me contaban cuando yo era pequeño.

Palabras para el "contemos cuentos 17"

Ya entrado el otoño de 2006, se seleccionan las siguientes palabras para el Contemos cuentos 17, en La Gran Calabaza:

DESOLADO

ESCALO

INSPIRACIÓN

LOGRO

PARIENTE

PLÁCET

RUIN

Los temas que se encuestaron para seleccionar el que daría forma a nuestras historias la segunda semana de la quincena fueron:

Bélico
Erótico
Ciencia Ficción
Histórico
Romántico

Con cuatro votos cada uno, por vez primera se empató. Decidimos que cada jugador decidiera tomar el que más le inspirara. Por lo que se escribieron historias de CIENCIA FICCIÓN e HISTÓRICAS.