Pasó la mañana y llegó la tarde. De Belfas
Por monelle elMar 15, 2010 | EnBelfas, CONTEMOS CUENTOS 17
El camino de la vida a veces es complicado y sinuoso, por eso es importante tener siempre alguien que te pueda retener, enseñar, o acompañar en su trayecto. Son los avatares del destino y la mente humana la creadora de elementos de discordia, “problemas en potencia” que permiten que entusiasmo y amor no fluyan como ríos, en pos de un mar de luces y armonía.
Hoy la vi desolada, se asomada al precipicio del desanimo a punto de saltar, esperando un halo de luz ausente que iluminara su alma de poeta, observé como indagaba en su mente creativa de niña inquieta, en busca de una respuesta en el océano del desdén. El plácet de amigo me permite aproximarme con cautela, sin dejar entrever ningún atisbo que indique compasión. Logro con tiento ganar su confianza y trazar sobre su pesar un manto de esperanza, que avive la llama ardiente que posee en su mirada. Después, una plaga de dudas escalan sobre mi pensamiento, turbando el ánimo y cambiando el rumbo de la brújula que indica bienestar.
Siento despertar su corazón de la penumbra y, con su sonrisa sincera, me indica que todo ha sido un sueño efímero diluido con el agua del afecto. Mi inspiración se contagia de esa bruma que deja la tristeza cuando emprende viaje a un destino todavía por descubrir. Hoy me siento unido por la cadena del sentir, como un pariente cercano que solamente aspira a sembrar de gozo el campo de amapolas de una buena amistad.
Belfas 28/09/06
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