SAROS: EL PEQUEÑO EMPERADOR. De Espantapájaros
Por monelle elMar 1, 2014 | EnEspantapájaros, CONTEMOS CUENTOS 34
De pronto la enorme habitación se iluminó haciendo resaltar las vivaces tonalidades de sus muros. Las imágenes de coloridos dragones y serpientes, por segundos adquirieron vida al igual que las figuras humanas de las pinturas, que parecían moverse entre juegos de luces y sombras.
Extinguido el resplandor, el silencio vuelve a apoderarse del entorno y envueltos en este manto de tranquilidad aparecen las figuras de Izel y Anti que observan con detención el lugar. A pesar de los constantes viajes, aun a los pequeños les toma un tiempo acostumbrarse a los cambios, así que por unos minutos se sientan en el suelo, acariciando la tersa suavidad de la loza que brillan al contacto de los continuos rayos solares que entran por un ventanal.
Pero la quietud es repentinamente rota por el sonido de unos pasos. Instante seguido entra corriendo al cuarto un niño vestido con una elegante y original túnica roja adornada por exquisitos bordados en oro. El muchacho de aproximadamente nueve años, desesperado se deja caer al suelo sollozando sin percatarse de la presencia de los niños. Izel, se acerca y tomándolo por el hombro le pregunta susurrante que le sucedía, pero el niño asustado se aleja.
—Tranquilo, no te haremos daño — le dice Anti extendiéndole su mano. Los extraños ojos rasgados y de un intenso color azabache le llaman la atención. —Mi nombre es Anti y mi amiga es Izel… ¿cómo te llamas?-
—Mi nombre es Pu yi —contesta temeroso.
—¡Precioso nombre! —acota Izel con una gran sonrisa que le da más tranquilidad al muchacho.
Pasado el nerviosismo, Pu yi les cuenta que ellos están en uno de los salones del palacio imperial, en la Ciudad púrpura prohibida, perteneciente a la dinastía Qing.
—¿Pero por qué lloras? —insiste Anti.
—Terminado el solsticio de invierno y cumplido los tres años —entre lágrimas relata —fui sometido a un régimen especial por ser heredero de esta dinastía. Desde aquél entonces perdí contacto con otros niños, no sé de juegos y jamás he corrido por las florestas que rodean el palacio.
Consternados por su relato, Izel y Anti lo invitan a jugar y corretear alegres por los pasillos de palacio hasta muy entrada la tarde, tiempo en que los niños deciden retornar a SAROS.
Lo que Izel y Anti no sabrán hasta mucho tiempo después, es que esos breves instantes permanecerán grabados por siempre en la memoria de Pu yi…el último Emperador de China.
Espantapájaros 31/05/2007
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