Categoría: "CONTEMOS CUENTOS 35"

EL ANTIGUO YESAR. De Marta

Fuente de imagen Internet

La gran mole de cemento del antiguo yesar se recorta contra el cielo de caleidoscópicos colores, pintado con brocha gorda sobre lienzo ámbar. Una niña pequeña está subida en la más alta de las desiguales chimeneas, diminuta en la inmensidad de la fábrica abandonada.
Suaves llanuras hacen ondular los débiles rayos de sol, ya en su ocaso. La nieve también se ha teñido de los prístinos colores del atardecer. Habla con Pablo, sentado en una chimenea inferior.
—Ya sé que hoy no han venido, pero te digo que no tardarán.
—Todos los días dices lo mismo.
—Yo sé que vendrán.
—Bueno, Susana, quizás mañana. Se habrán tenido que ir más allá de la Llanura Alta.
—A veces no me ayudas nada, para ser mi mejor amigo.
—Y el único, diría yo.
—¿Nos vamos a cenar?
—Vamos, que llevamos todo el día mirando el camino.
Susana, cariacontecida, bajó por la estrecha y peligrosa escala, con gran habilidad fruto de la práctica. En las viejas oficinas unas pulcras camas le ofrecen cobijo y en un armario archivador se alinean cientos de botes de comestibles. Cervezas y coca colas abarrotan las estanterías metálicas del pasado siglo XXI.
Pablo ya está sentado ante la mesa y ella abre su ración del día. Hoy toca pollo y pan caliente. Está delicioso.
—Amigo, cuéntame otro cuento esta noche.
—¿Vale el del cohete hablador?
—No, ese ya me lo sé, otro.
—¿vale el de la luna desaparecida?
—No, hoy quiero uno nuevo.
—¿Sabes el del planeta intocable?
—¡Ese, ese!
—Pues va de un planeta que tenía ríos y valles cubiertos de hojarasca y mucha agua rodeando toda la tierra y no hacía frío nunca, y el sol lucía siempre...
Susana, con el arrullo de la voz de Pablo, se fue quedando dormida, con una gran sonrisa en sus labios, mientras sujetaba firmemente su mano.
No oyó el ruido que produjo un vehículo que se acercó a las ruinas. De él descendieron cuatro hombres. Con las ligeras armas preparadas, se introdujeron en la antigua fábrica de yeso, que apenas conservaba algún muro, rotas sus chimeneas sobre el desprendido tejado. En un rincón descubrieron, echada sobre una raída manta, a una criatura de unos ocho o diez años inexplicablemente gordita. Dormía agarrada a un viejo peluche de indefinido aspecto. Sólo escombros rodeaban a la niña que, sin embargo, sonreía, feliz en sus sueños.

Marta 14/06/2007

Palabras para el "contemos cuentos 35"

Se seleccionaron las siguientes palabras:

AMBAR

CALEIDOSCOPIO

CARIACONTECIDO

HOJARASCA

OCASO

PAN

PRÍSTINO