Desconexión. De Aquarella
Por monelle elMar 25, 2010 | EnAquarella, CONTEMOS CUENTOS 17
Se acaba el tiempo, sin embargo, aún tengo esperanza en el futuro. No en el mío inexistente, sino en el de las generaciones venideras. Mis últimos minutos los empleo en escribir, sin saber muy bien a quien dirijo mi despedida. No tengo parientes, ni amigos, la absurda sociedad en la que me tocó nacer me ha negado poder disfrutar de esas palabras, cuyo significado conozco a través de las definiciones de un diccionario. ¡Menudo logro para la humanidad! Hace siglos que somos una especie híbrida entre máquina y humano, una combinación de dígitos y letras para nombrarnos, un tiempo limitado para funcionar (antes lo llamaban vivir, qué hermosa palabra) un período de “vida” establecido previamente que finaliza en el instante estipulado, sin tristeza, con el plácet de las demás semimáquinas.
Entonces, si todo funciona como debe ¿por qué estoy llorando? Pertenezco a esa fracción de esta sociedad perfecta que, a pesar de no haberlo conocido, añora el pasado. Habitamos un mundo ruin, desolado, carente de belleza, y, en contra de todas las normas, hemos decidido hacer algo para cambiarlo. No compensa tener mayor tiempo de funcionamiento si no podemos disfrutarlo.
La inspiración que me convirtió en un ser diferente, surgió de unos antiguos archivos con los que tropecé por casualidad… se trataba de una extraña página en la que una serie de personas con curiosos nombres dejaban fotos de paisajes imposibles, cielos y mares de ensueño, algo llamado poesía, cuentos… Al principio me pareció un mundo enloquecido pero, poco a poco, me fui adentrando en él hasta descubrir que era mucho más agradable que el nuestro. No se descartaban los sentimientos como una enfermedad; incluso la sensibilidad estaba permitida. A través de ese regalo del pasado conocí a otros como yo, seres que fomentaban su lado más humano dejando a un lado la parte de máquina.
Sólo faltan tres minutos para que me desconecten y mi memoria quede reducida a nada. Escalo con tranquilidad los peldaños que me llevan a la muerte, sabiendo que he hecho todo lo que estaba en mi mano. Este mensaje, en el que incluyo el enlace a ese mundo mágico de sentimientos, llegará a mil millones de híbridos que verán por primera vez lo que hasta ahora les ha sido negado... Mi último deseo es para todos vosotros, para que no sigáis alineados:
¡Despierta, siente, disfruta, vive! Tú no eres una máquina
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Aquarella 02/10/06
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