UHM… De Fledermaus
Por monelle elMar 31, 2010 | EnFledermaus, CONTEMOS CUENTOS 17
Ya se ha escrito demasiado acerca de la inspiración. Y sin embargo, cualquiera que haya juntado palabras con asiduidad, recurre a ello como tema de algún texto. Los más desolados, aquellos cuyo arte les sacude la vida desde lo más profundo, suelen darle cuerpo femenino. Son románticos, amantes del sufrimiento que no sólo aspiran al logro artístico, sino que encima, se imaginan conquistando a la caprichosa dama para sí. Otros, más llanos en su imaginación, le hablan —le gritan, le exigen, y le suplican— como a un pariente incómodo que aparece cuando no le podemos atender, y que cuando le necesitamos, nos ignora.
Es bastante ruin dar entidad a un estado. Es querer liberarnos de una parte de nosotros mismos, una parte que nos disgusta. Es más fácil darle la culpa a otra cosa.
Buscar el plácet de la inspiración, como quien alza las velas y espera el viento a favor, es un error. Pues de allá fuera no aparecerá nada. Es dentro de nosotros que hay todo un universo de tornados, vendavales y resoplidos. No vendrá nadie a escribir lo que tú sientes la necesidad de escribir: o lo escribes o se quedará sin saber.
Hay que arremangarse la camisa, agarrar el pico y hacerse un escalo en las entrañas, y ver qué palpita ahí. Lo más individual es, al fin y al cabo, lo más universal. Escribir lo que los demás quieren oír es hacer su trabajo sin decir nada. Intentar conocerse a uno mismo, ayuda a captar a los demás. Y escribir ayuda a descubrirse, a liberarse de las pautas culturales marcadas desde el nacimiento.
¿Por qué esta obsesión por la inspiración? ¿Por algo que, en todo caso, sólo es el 10% de la tarea de escribir? Sí, una décima parte. El resto es pura transpiración: aplicarse, currar, sudar…
Fledermaus 07/10/06
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