Visita nocturna
Tía Engracia se había empeñado en querer que la acompañara a un largo viaje, algo que no me hacía ni pizca de gracia. Su casa estaba repleta de santos y reliquias; era un lugar de devoto recogimiento; intuía que la vida, junto a ella, podía llegar a ser una pesada carga.
— ¡Ave Maria Purísima!
—Adelante hijo.
A Soledad, mi tía, la había intentado ingresar en un convento antes de que se enamorada de Justo, el lacayo de mi abuelo, y se casara con él.
—Pasa Rafael. Tu tía, está en la capilla... rezando.
Se acercó con mimo para darme un beso. Por suerte, tía Engracia, estaba levantándose ya.
— ¿No piensas besar a tu tía? ¿A qué se debe tanto honor?
—Anoche me pasó algo extraño.
—Ofrécele el brazo a esta anciana y sigue contando —me dijo.
—Tía, ¿usted cree en el Príncipe de las Tinieblas?
— ¡Ave María Purísima! ¿A qué viene ese interés? —dijo santiguándose.
—Serían las tres de la madrugada y me despertó un fuerte hedor. Al abrir los ojos me encontré, cara a cara, con un extraño individuo.
—Y ¿cómo dedujiste que ese elemento era el Maligno?
—Después de presentarse comenzó a hablar; me dijo que debía pagar los pecados de su pasado, tía.
Tía Engracia palideció. Si no llega a estar asida a mi brazo, cae en redondo.
—Pero ¡no tuvo tiempo de más!
—Y ¿cómo es eso?
—Porque antes de que pudiera continuar, metí mano bajo la cama, saqué mi trabuco, aquél cuyo estruendo parece el de un mortero, y disparé.
— ¿Escapó? —dijo mi tía muy asustada.
—Que ¿si escapó? Fue tal el susto, que en su estampida, se lo llevó todo por delante.
—Gracias hijo mío. No sé cómo te lo voy a pagar.
— ¿Pagarme? Tía, lo que debe hacer es estar atenta, no sea que ahora vaya directamente a por usted.
Por Soledad supe que mi tía, cayó enferma. Por lo visto, no abandonó el orinal en toda la noche, tal fue la descomposición que por el miedo se le formó en el cuerpo. Aunque lo mejor de todo vino al día siguiente, cuando me anunciaron que había suspendido su viaje.
CRSignes 170406
Una de brujas. De Mon
Estaba sentada sobre el embaldosado con su trasero desnudo y su alma compungida, la llevaban a quemar.
La historia se repite una y otra vez, la misma plaza, los mismos asistentes, las mismas voces. Gritos y chácharas se amontonan alrededor del pilón donde la bruja va a redimir su alma.
Ocurrió en una aldea al norte de Francia. Algunos cuentan que fue descubierta junto con sus compañeras lésbicas alrededor de un profundo y oscuro caldero, recitando conjuros entre risas histéricas y bailando con sus pezones apuntando al viento. Ritual prohibido y perseguido hasta la saciedad por esa sociedad polivalente, estructuralmente descompensada.
Llegó la hora, sus cabellos estaban enredados por el viento y amontonados por el pegajoso polvo que levantaba la muchedumbre al caminar a su alrededor. Querían observarla hasta el último instante antes de arder, insistían en revisar su mirada, beber de su miedo.
Entre el publico había muchas candidatas al auto de Fe y alguna que otra "japuta" que esputaba directamente a los labios de la endemoniada. Pronto su alma sería libre despojando sus harapos al son del fuego.
Al día siguiente un ascendente y liviano humo negruzco ascendía lentamente abriéndose paso entre los barrotes de la torre del homenaje, cuentan los más viejos del lugar que el humo se convirtió en el látigo más terrible que habían visto jamás. Todavía algunas noches de invierno se oye el estruendo del tétrico flagelar de aquellos que nunca descansarán en paz.
Mon 14/03/06
La última cosecha
Los sarmientos ardían bajo la atenta mirada de Josep.
Sabía que en pocas semanas, si el tiempo no se endurecía, vería surgir los brotes de nuevas hojas de sus cepas dormidas.
La jornada terminaba ya. Aguardaría lo justo para ver extinguirse la última de las brasas y, regresaría a su casa al lado de su esposa.
Algunas gotas caídas durante la mañana y el color cada vez más profundo de un cielo a intervalos encapotado, le hacían temer una nueva nevada.
No sería el primer año que los almendros perdían hasta su última flor por el frío.
Caminaba despacio alrededor de la humeante hoguera, cabizbajo y pensativo, mil y una preguntas acudían a su mente. Todas las posibilidades fueron fraguándose para caer juntas en el crisol de su realidad. El año no había sido malo. El calor y una lluvia en su justa medida, favoreció la formación de un fruto grande, jugoso y dulce, extremadamente dulce. El vino joven se había valorado, en una primera cata, como excelente. Sin embargo las ventas habían descendido y las bodegas estaban por encima de las expectativas para aquella fecha del año.
Mientras el fuego se debilitaba, llegó a la conclusión de que el negocio no estaba del todo perdido, pues su preciado jugo, envejecido en las barricas de roble americano, se convertiría en delicioso caldo. Lo pronosticaba como el mejor de los últimos 10 años.
Rebuscó los aperos para no olvidar ninguno. Cargó la mula y antes de apagar el transistor, con el que acompañaba las laboriosas jornadas, dejó que concluyese un viejo tango.
Quiso cerciorarse del fin de la hoguera y la pateó con gusto, el humeante rescoldo se terminó de consumir.
Antes de virar por la agreste cuesta que le llevaría directo hacia su casa, se giró para comprobar que todo quedaba bien. Una bandada de descarados gorriones picoteaba sus pasos.
Por el camino decidió hacer un alto en las cuevas que, desde que aquellas tierras fueran ocupadas por los romanos, habían hecho de bodega. Tenía la suerte de ser propietario de un par de ellas y gracias a ese privilegiado emplazamiento podía sentirse orgullo de producir unos vinos codiciados tanto como admirados.
Descendió por las escalinatas de piedra y, a la luz de un farol, se dejó seducir por la limpidez y el brillo cristalino de la última cosecha.
CRSignes 080206
Radiaciones Mega. De Mon
Denver (Colorado) 11:44 h.
La cámara de seguridad del centro de estudios paranormales de la ciudad de Denver se había activado comenzando a emitir más pronto que de costumbre. El Mayor Davenport había pasado toda la noche en vela pensando en las últimas noticias que le habían llegado por teletipo la noche anterior.
Sus pasos se dirigían recelosos sobre el pulido embaldosado de mármol que le conducían a su pequeña y abarrotada oficina.
John, así se llamaba el Mayor, era una persona polivalente, consiguió la licenciatura en medicina a los 25 años y continuó sus estudios de física, química y astrología. Su principal afición era la pesca selectiva del Brama, brama (Japuta) los veranos que pasaba con su familia en un lugar no desvelado del Mediterráneo.
Tras voltear 3 veces la llave de seguridad que le permitía acceder al reconocimiento ocular, accedió a su lugar de trabajo e investigación. Su monitor estaba encendido y eso es algo que por protocolo resultaba imposible ya que al abandonar la oficina y por seguridad, quedaba desactivado el flujo eléctrico para evitar intrusiones a través de las redes informáticas.
John estaba nervioso, se percató de la existencia de un mensaje en la pantalla de su ordenador. Con las manos temblorosas cogió una manzana que olvidó el día anterior, la comenzó a devorar asida por el liviano pezón que la sostenía para mitigar en medida de lo posible su impaciente intriga.
El mensaje le conminaba a viajar a Egipto, más tarde lograría revelar la identidad del remitente, un antiguo alumno de la facultad de física que abandonó la carrera para dedicarse a las telecomunicaciones en la especialidad de encriptación de datos. No tenia ninguna duda, era Monty B. uno de sus aventajados discípulos en el master sobre radiaciones Mega, una forma de captar mensajes provenientes del pasado utilizando técnicas de resonancia aplicadas a las piedras, principalmente de las pirámides.
Aeropuerto de El Cairo 20:59 h.
“Querido profesor John, ¡cuanto tiempo desde la última conferencia!” pronunció Monty en voz baja. Tengo que acompañarle a la pirámide de Jizé, hemos encontrado un pilón en forma de concha cuya forma peculiar nos está revelando todas las piezas que no nos encajaban en la historia, concretamente todas las técnicas empleadas en la construcción de estas estructuras.
Sé quien, como y porqué construyó este lugar atiborrado de energía. La humanidad entera se estremecerá cuando lo revele.
Mon 13/03/06
BUJA

Buja nació de un soplido
es como un globo
flota en el aire despacito
pero debe tener cuidado
que es frágil, como un suspiro.
Es redondota y no tiene color
es transparente y no tiene olor
pero hace visitos púrpuras y rosados,
cuando la luz del sol acaricia sus
costados.
Vuela de aquí para allá
paseando en el cielo azul
da saltitos con el viento
ríe, canta y juega sin parar.
Vuela alto, burbuja Buja
vuela lejos, mucho más
que la brisa te acompañe
en tu lento deslizar.
Bailarina
Es esbelta. Delgada como ninguna. Lleva un vestido color rosa. Tan pegado a su cuerpo que casi se desvanece. Su piel tiene un color casi transparente. Está ahí, siempre lista para bailar.
Su cara está un poco ladeada y lleva el cabello recogido sobre su cabeza. Es café como el chocolate. Sus ojos son grandes. Con un brillo pizpireto dibujado en las pupilas.
La pose que toma es un tanto curiosa. Levanta ligeramente un pie. Es como si lo hiciera por instinto. Levanta su pie cuando cree que ve pasar un cangrejo juguetón debajo de su zapatilla.
Siempre sonríe. Pareciera que no conoce de penas. Parece que la felicidad se quedó a vivir en su frágil cuerpecito. No le importa estar sitiada en ese pedestal. No finge ser feliz. Solo es feliz.
Es bailarina. Baila ballet.
Espera con la paciencia del azul de ser mar. Solo está ahí. En el mismo rincón del estante. En mi cuarto. Un par de telarañas empañan su vista. Eso no le importa a ella. Ella nació para bailar. Ella fue creada para bailar. No importa el tiempo de espera. Sabe que en cualquier instante llevaré mi mano hasta su base. La tomaré con cuidado. Soplaré para sacudir el polvo acumulado. La miraré mientras doy vuelta a la llavecita dorada. Y entre mis manos, volverá a bailar.
Ella es bailarina. Escucha la música y baila. Da vueltas y vueltas. Hasta que la cuerda se acaba.
¡Dos vueltas mas! Parece suplicar. Dos vueltas más y la bailarina vuelve a bailar.
¡Que feliz se le ve! Y es muy feliz porque hace lo que más le gusta en este mundo: bailar y ser la protagonista de mi cajita de música. Ella es mi bailarina de ballet.
Trabucaires
© Ramón J. Usó 2008 - Burriana (España)
El motivo, 775 años desde la reconquista por parte de los cristianos de la maravillosa ciudad verde de Burriana. Fenicia de nacimiento se catapulta directa al siglo XXI, con sus más y sus menos. Grandes hazañas y historias de mil colores durante miles de años desde el corazón de La Plana.
Vinieron unos arcabuceros desde Alcoi a llenar de polvora El Plá, truenos que evocaban batallas del pasado convertido en humareda que humedecía los ojos de los valientes que se apretaban a primera fila.
Yo, cámara, carrito y bebé en ristre (más dificil hubiera sido con un par de bolsas de Consum colgadas de los huevos) pude inmortalizar el momento antes de salir corriendo como alma que se lleva el diablo. A mis brazos, aun, el bebé llorando a causa del estruendo...de mis ojos brotaba alguna lágrima que no se si fue por la emoción, por la polvora o por que podría haber hecho alguna que otra foto más.
Por la tarde las calles se llenaron de color, de gente, de moros y cristianos venidos de todas partes... impresionante!
Me resigné a hacer fotos con el móvil...¡vaya merde!
El tratamiento
Sabía perfectamente cuales iban a ser las palabras de Alberto si se lo contaba: “Intenta no obsesionarte. Recuerda que las pesadillas te invaden cuando te pones nerviosa.” Maribel había visto aquella noche, justo delante del tocador, a una mujer. En su rostro era evidente la tristeza.
Llevaban años intentando tener un hijo, es por ello que cansados de esa panacea para ingenuos a modo de remedios caseros y populares, atravesaron el país para ponerse en manos de los médicos en la mejor clínica de infertilidad. Después de una semana de esperanzadoras pruebas, les dieron fecha para el primer intento de inseminación.
La noche antes Maribel estaba inquieta, y un ataque de insomnio la mantuvo despierta toda la noche. No hacía más que mirar aquel viejo reloj despertador, y éste parecía empeñado en no moverse a pesar del escandaloso retín de su maquinaria. Sobre las cuatro de la madrugada consiguió relajarse y cerrar los ojos. Entonces fue cuando un resplandor seco, como el producido por un flash, le hizo salir de su trance y la vio frente a ella; le estaba mirando. Lo primero que se le ocurrió fue que, tal aberración, sólo podía ser fruto de su imaginación, llegando al convencimiento de que estaba dormida, aún sabiendo que no era así. Lo que más le aterró, fueron sus ojos inyectados de odio, que se mantuvieron fijos en ella durante un minuto.
El tiempo pasó rápido y llegó el día de las pruebas que indicarían, después de una primera falta en la menstruación, si se trataba de un embarazo. Con gran alborozo, recibieron el resultado positivo. Podían regresar a casa.
Mientras aguardaban el taxi que les llevaría a la estación, Maribel, creyó que era un buen momento para contarle a Alberto su experiencia.
—…Es por ello que llegué a pensar que se trataba de un mal augurio. —Concluyó.
Pero Alberto no era el único que atendía la narración. Un empleado del hotel no había perdido detalle.
—Discúlpeme señora, si nos lo hubiera contado le habríamos dicho lo afortunada que era. Fue cierta su visión. Parece ser el alma atormentada de una mujer que se suicidó al enterarse de que nunca podría concebir un hijo. Es por ello que se aparece tan sólo a las parejas que pronto serán padres.
CRSignes 301205
Dinero sucio. De Suprunaman
El muy cabrón era un bestia, le había atado al pilón y le golpeaba sin tregua como si de un saco de boxeo se tratara, esto sólo era el aperitivo pues todavía no le había preguntado por el dinero y su rostro ya parecía una hamburguesa.
En la penumbra de la habitación estaba el jefe, observando en silencio con su cara de japuta.
Aitor Alobasto, este era el nombre del matón, por lo que había oído era un carnicero.
Aitor: — ¿Es cierto que eres un tipo duro? —Dijo, y sacando su navaja del bolsillo le dice —Te lo preguntaré una vez, luego te cortaré un pezón, voy en serio, ¿dónde esta el dinero que robaste?
Es duro, así que le esputa su saliva sangrienta en la cara, aprieta los dientes, ya sabe que va ahora, siente como la navaja penetra en su muslo derecho, de donde empieza a resbalar el fluido carmesí.
Aitor: — ¿Valiente o inconsciente? —Le pellizca el pezón y se dispone a cortar.
Mariconi: — ¡Para Aitor! No queremos matarlo, aún no.
Aitor se limpia con una toalla que pringa de sangre, mientras el Sr. Mariconi se acerca a Joan.
— ¿Qué tengo que hacer contigo? Sabes que en una estructura como la nuestra no podemos permitir este tipo de actuaciones, pondría en entredicho mi autoridad; —aburre con su monólogo —me enorgullecía tenerte conmigo, eras polivalente, mi hombre más completo. —El embaldosado está rojo, la sangre lo recubre, se le cierran los ojos y se desmaya.
Siente frescor en la cara, despacio abre los ojos, está tumbado en el suelo, le duele todo el cuerpo, no es de extrañar después de la ensalada de ostias que le han caído; está en una habitación oscura, la única luz que distingue es la que pasa por la rendija inferior de la puerta, fuera escucha voces, sin lugar a duda está en la masía de Mariconi.
—Venga Joan ánimo, todavía no estas muerto, se dice, quieren el dinero.
Su vista ya se ha acostumbrado a la escasa luz, los muy idiotas ni siquiera se han molestado en atarlo, creen que ya se ha derrumbado y que pronto cantará. Joan da dos golpes en la puerta, el guarda abre a ver que ocurre y se encuentra con un puño en la nariz, lo empuja hacia dentro, fuera la ametralladora, “piernas no me falléis”, llega la hora de correr.
Suprunaman 14/03/06
Rosita y El Tiempo
Una noche descubrió Rosita con tristeza que su tiempo no era suficiente para llevar acabo tantas tareas, por ello decidió realizar una recolección un tanto original. Todo comenzó en su propia casa.
La siguiente mañana, Rosita hurgaba con desespero los cajones de su cómoda. Buscaba un antiguo reloj de plata que su abuela le había regalado que recordó guardado en su cofre de madera azabache. Cuando abrió la tapa, ahí estaba la prenda resplandeciente. Sintió nostalgia, pero aún así lo tomó entre las manos y lo despanzurró de un golpe. El tiempo que contenía se desparramó y Rosita rápidamente lo recogió y metió en una bolsita que pendía de un cordel de su cuello. Guardó lo que quedaba del reloj y se dirigió al resto de la casa para hacer lo mismo con los demás relojes que encontrara. Desbarató al reloj cucú. Desarmó el reloj de pared en la cocina. Le quitó el tiempo al péndulo de la estancia, y cuando hubo terminado con todos los relojes de casa, salió a las calles en busca de más.
Se encontró con el reloj del campanario de la escuela y lo dejó inerte. Después el reloj solar de la plaza central. Hasta un reloj de arena vació para quedarse con su tiempo. Engranajes, manecillas, carátulas, cuerdas y tornillos, yacían esparcidos por los empedrados del pueblo de San Juan de Morón.
Pero Rosita no se había percatado de que todo se iba deteniendo a su paso. Nada se movía. No había viento que meciera los árboles en la floresta. Las estaciones se detuvieron y el solsticio se confundió con el equinoccio. Las personas quedaron petrificadas sin poder seguir con su continuo ir y venir. Rosita se detuvo a mirar. Ya tenía suficiente tiempo en su bolsita, pero no le servía de nada en un mundo paralizado.
Entonces, mientras lloraba desconsolada, un duende se apareció frente a ella y le dijo:
-Rosita, pequeña, no necesitas quitarle el tiempo a la vida, es la vida la que te regala un tiempo hermoso para disfrutar. Cada segundo, minuto, y cada hora, son tuyos. En ti encontrarás la sabiduría para organizar cada momento.
Rosita sonrió al darse cuenta de que era verdad, solo ella podría resolver su problema con el tiempo. Regresó el tiempo a sus relojes y todo volvió a funcionar. Rosita aprendió a disfrutar sin prisas ni angustias cada segundo de su vida.
Para Ti
Es Ella la que invita a imaginar; la que convida a crear. Porque de Ella nacen las más extraordinarias historias. Tiene también la magia de que sus ojos atrapen la belleza del mundo. Ella es amiga y maestra. Ella es Carmen. Para ti.
Palabras para el “Contemos cuentos 3”
EMBALDOSADO
ESTRUCTURA
JAPUTA
PEZÓN
PILÓN
POLIVALENTE
Por fin habíamos llegado a las seis palabras, y las normas ya se afianzaban como continúan hasta hoy. Relatos entre 200 y 400 palabras con el título obligatorio y tema libre. Otra característica de este juego, es el ir y venir de los participantes. Un total de 10 relatos, que irán subiendo aquí uno a uno para vuestro disfrute.