Archivos para: "Abril 2009"

Desilusionado. De Aquarella

Mi primer día en aquella librería fue todo un acontecimiento que aún no he podido olvidar. Cuando llegué al pequeño local, situado en el centro del pueblo, me halagó el entusiasta recibimiento de mis nuevos compañeros. ¡Menuda bienvenida! Todo eran salud… Leer más... »

Reflejos de un alma enamorada. De Belfas

No pienses con desdén que en abril se quedara tu sangre sin latido, no esperes en primavera un atardecer pálido y sombrío. Las hojas de lo árboles saludarán a tu paso, cuando una ráfaga de la brisa del deseo las agite. Las horas viajarán para adelantar n… Leer más... »

La penitencia. De Monelle

Aquello no podía ser obra del altísimo. ¿Qué maleficio jugaba conmigo? No se cómo pero logré llegar hasta la salida del refugio, ver la luz del día y sentir el calor del sol en mi piel para confirmar que seguía vivo. Con angustia recordé que al parti… Leer más... »

Vuelo 103. De Mon

Muerte en la Iglesia Negra. De Suprunaman

Tú, yo y… De Chajaira

— Llevo todos los sábados desde que nos casamos preparándote estos condenados calamares, año tras año ¿te has dado cuenta? Durante veintisiete años que estamos conviviendo y Tú nada, me sigues tratando con el mismo desdén…Pero no digas nada, no, ¿para qu… Leer más... »

Palabras para el "Contemos cuentos 8"

El rey de la selva. De Naza

El cielo se pintarrajea de caprichosos tonos pastel, las acacias reciben la visita de los leopardos que guardan las presas en sus gruesas ramas. Las cebras inquietas intentan alejarse de las altas hierbas que esconden los instintos homicidas de los grand… Leer más... »

El circo… mejor en casa. De Aquarella

La mañana del domingo se despereza lentamente, todavía no son las ocho cuando una voz infantil entra en la habitación alborotándolo todo con sus gritos — Papá papá papá despierta hoy tienes que llevarme al circo —mínima pausa para respirar— Venga, le… Leer más... »

Un largo trayecto, un corto final. De Mon

Desde las alturas podía adivinar que había dejado de existir, su alma pareció golpearle fuertemente en su dispuesta huida hacia arriba, un ligero hilillo de sangre evadía todo ápice de esperanza, la gente enmudeció, mohína y asustada. Él, que la cono… Leer más... »

Cabecera de cartel. De Monelle

Las voces procedentes del despacho del director eclipsaron las últimas notas de la marcha circense con la que concluía el desfile de cierre de pista. Apagadas las bambalinas todo recuperó la calma. Los animales encerrados recibían su alimento, y los mozo… Leer más... »

El día que fui al circo. De Suprunaman

Los carromatos invadieron las calles, la cabalgata mostraba un sinfín de criaturas, payasos, trapecistas todos ellos desfilando alegremente; la gente salió de sus casas para verlos y unirse a la música festiva y a la lluvia de confeti, había llegado el c… Leer más... »

La isla del Indico. De Mon

El Capitán Prepucio era un hombre singular, no fumaba pipa y le gustaba rascarse la espalda con cáscaras de coco. La ruta comercial del Este del Índico llevaba al fracaso a muchos mercantes, faltos de personal con experiencia y medios. El Capitán era u… Leer más... »

El Soldado. De Locomotoro

Serían como las 12 de la noche, una noche jodidamente cerrada. La lluvia caía sin cesar, como un castigo divino, aunque no más castigo que esa maldita guerra. En la trinchera, se pueden ver muchas cosas, pero lo más latente es el miedo. El miedo que te r… Leer más... »

La mirada. De Monelle

Su cabello se alborotaba revolucionado por el rápido caminar. Ese rojo hiriente, impreciso y alegre que lo iluminaba, desprendía reflejos hipnóticos que, en ocasiones, semejaban el fuego que consumía mi corazón, para menguar, otras, al candor de las hoja… Leer más... »

La morada. De Naza

Ahí estaba; majestuosa, solitaria, defensora de su espacio, capaz de aliarse con los dioses para preservar su virginidad terrenal. Le pertenecía a Ellos. Algunas noches veía como figuras luminosas que terminaban en prepucios incandescentes penetraban e… Leer más... »