La mirada. De Monelle
Por monelle elAbr 3, 2009 | EnMonelle, CONTEMOS CUENTOS 7
Su cabello se alborotaba revolucionado por el rápido caminar. Ese rojo hiriente, impreciso y alegre que lo iluminaba, desprendía reflejos hipnóticos que, en ocasiones, semejaban el fuego que consumía mi corazón, para menguar, otras, al candor de las hojas caídas de los árboles en otoño.
Aún repito una vez y otra... ¿Por qué miras para atrás a cada paso? Sigue flotando en mi interior esa pregunta.
Caminabas con inquietud como si temieras por algo. Si hubiera sabido lo que te abrumaba tal vez todo hubiera sido distinto. Mantenías esa tensa y fugaz mirada al pasado de tu recorrido, escrutando cada rincón medio oculto, moviéndote tan ligera que apenas si reparabas en lo que te rodeaba.
¡La suerte me acompañó aquel día! El azar quiso que te pararas justo enfrente de mí. La tardanza en descargar el carbón para las calderas, quiso que durante al menos dos minutos te quedaras inmóvil, momento que aproveché para perderme en tu rostro. Te diste cuenta de que no te quitaba los ojos de encima, mientras limpiaba guata en mano los coches de caballos estacionados en la calle.
Por un segundo tu mirada se cruzó con la mía. Mi mohíno rostro se transformó, y me sonreíste.
¡Qué rápido sucedió todo! Algo se interpuso en el espacio que compartimos por un instante. Otra mirada, otro reflejo, otra expresión, algunos gritos, tacos malsonantes y amenazas, un zarandeo violento de imprevisibles consecuencias..., y tus ojos implorando clemencia. La mano homicida se introdujo en la carne rompiendo la vida.
Escudriñé el rostro de aquel hombre. Le empujé, pero el daño ya estaba hecho.
Creí ver en sus ojos la mirada perdida que provoca la sangre recorriendo desde el prepucio hasta la nuca, la fijeza del orgasmo, la de la entrega cuando se consiguen conquistar los sentidos, antes de caer a sus pies. Creí ver en mis manos, impregnadas en rojo, el color de tus cabellos. ¡Sonreí!
Mi propia sangre me confundió, pero tu mirada no me la inventé. Aún la siento. Mientras te alejabas de la mano de mi asesino, tus ojos repletos de lágrimas me llenaron de amor.
CRSignes/Monelle 12/05/06
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