Bloggers de La Gran Calabaza

Seguimos jugando 3. Ricardo Acevedo y CRSignes

  09.06.09 14:44, por , Categorías: Cosas que contarle a... Monelle, Poemas

Como todos nuestros juegos, nacían y continuaban enlazándose con el anterior y hace un tiempo que subí el segundo lo encontraréis en este enlace por si queréis leerlo, aunque os recuerdo que todas estas cosas, van a parar a la categoría denominada "Cosas que contarle a... Monelle":

http://www.servercronos.net/bloglgc/index.php/monelle/2009/04/05/seguimos-jugando-2-ricardo-acevedo-y-crs

Y así seguimos jugando…

Precioso, déjame ver como me pongo a tu altura...
comienzo por tu primer verso:
En un espacio callado y quieto,
nuestra pasión se extiende arrasadora
confunde al proyecto SETI,
crea el pánico en la bolsa de Tokio
eleva el precio de los tulipanes
borra a la Estrella de la Muerte (hasta hace poco
paraíso gay)
los planetas infestados claman
por una nueva dosis de amor
despiertan de su letargo nuevas criaturas
en un viejo planeta llamado Tierra
todas las botellas de todos los náufragos
llegan a sus destinos
ella le lee a él su poema del unicornio
el ultimo deseo de un niño "un helado que no se
derrita nunca"
el ultimo verano de los zombis
el primer beso en un taxi
la primera guayaba
un te amo y una risa telefónica
... Ellos (el bufón y la dragona) están juntos de
nuevo

©Ricardo Acevedo E. 2005

Dejaré escapar ese barquito que apartaste de mis manos,
urticante nave que enciende la risa
en el espacio perdido del reducido hueco que queda
bajo una cama rota, un preservativo reventado,
en el mínimo espacio que separan dos cuerpos por amor unidos,
zarandeados por la tormenta,
con la música suave de algún teclado,
perdidos en la contemplación del uno
en el cuerpo dormido del otro,
entregados a la lectura de poemas de amor,
descubriendo sabores, olores, formas,
encontrándose en cada rincón de sus sueños:
una torre repleta de libros,
una canción infantil,
un cuento de cuando eran niños.
Pasear de la mano, perderse entre calles oscuras,
parques escasamente iluminados en donde tocarse sin miedo,
abandonarse en caricias, respirar, susurrar, confesarse.
Reírse, mofarse de la extraña alquimia que los une,
de lo complicado que es todo,
de ese mago que juega con ellos, de la espera, de ella, de él... del, y
cambiando los términos, del dragón y la bufona.

©Carmen Rosa Signes 2005

A colorear...

  08.06.09 18:25, por , Categorías: Vistazos

quizás con amarillo primero un sol y un verde después para el pasto...y ¡azul!..el cielo siempre es azul...

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Beso lunar. De Crayola

  08.06.09 13:21, por , Categorías: Crayola, CONTEMOS CUENTOS 9

Una noche profunda ataviada de negro, adornada con arcos de estrellas. Una noche íntima que guardaba en un zulo los secretos de las hadas y los cuentos de príncipes. Una noche donde solo bastaba un cielo, una arboleda, un paraje, tú y yo. Protagonistas de una mágica entrega. Una invitación a mirar de cerca el firmamento. En silencio y con miradas de complicidad caminamos tomados de la mano hasta el lugar. Al llegar, un concierto nocturno fue el preámbulo para los nuevos abrazos y los conocidos besos. Ahí, despojados de las prendas que flameaban en nuestros cuerpos, dimos paso al deseo y una inmensa pasión que nos embriagó. No hizo falta una gran cama vestida de seda, si al mismo tiempo la brisa noctámbula nos arropaba. No hizo falta la luz de las velas, si cada lucero alumbraba nuestras sombras entrelazadas. Una cuadrilla de luciérnagas ofrecía sus faros de luz trémula. Hojarasca crujía con el vaivén del ritmo del amor. Gotas de rocío confundidas con el sudor de la piel. Ahí, surgíamos como lolailos danzarines del crepúsculo bailando alrededor una fogata imaginaria. No hubo guripas, ni entrometidos, ni celestinos, solo tu carnal deseo convirtiéndose en mas que amor. Solo mi inocencia alborotada, aprendiendo a amar y a vestirse de caricias. Esa noche tan especial, la luna también me besó.

Crayola 08/06/06

Serie "Primavera" nº 43

  08.06.09 09:22, por , Categorías: Mis imágenes

Las rubias tontas...

  06.06.09 10:37, por , Categorías: Mis textos, Fantásticos, Ciencia Ficción y Terror

"A través del cristal, podía verlo. No tardó en llegar su madre, agarrarlo fuertemente con el cinturón de seguridad, y evitar así que pudiera ser testigo de la desagradable escena del rescate del cuerpo sin vida. Al instante la caravana de coches avanzó.
En la orilla, la lúgubre belleza del cadáver se dejaba ver. Tendría diecisiete años. Ahora, debían confirmar su identidad y comunicar la terrible noticia a los familiares. La región se volvía a teñir de luto. En las dos últimas semanas habían aparecido los cuerpos de tres jovencitas. Sin aceptar que un loco caminara suelto, intentaron enmascarar los crímenes como accidentes, pero las víctimas seguían aumentando…”

A Juli le gustó Manu. Sus amigas le advirtieron de que no debía confiar en desconocidos, pero no les hizo caso y aquella tarde aceptó ir con él al auto-cine. A Manu no parecía importarle la película, no le quitaba los ojos de encima a la rubia que tenía al lado.

“…En el salón principal del cementerio se celebraba el sepelio, a últimas horas del día. Lisa, una de las mejores amigas de la fallecida, caminaba con rapidez por entre las tumbas del campo santo, hacía tarde. Una mano, surgida como por arte de magia, la hizo caer…”

De un salto, Juli se pegó a Manu, que con sutileza aprovechó para agarrarla por los hombros, mientras decía:

— ¡Las rubias tontas siempre mueren!

Ella aguantó la escena siguiente como pudo, le disgustaban ese tipo de películas, pero le agradaba Manu pues la consolaba con ternura.

“…Los crímenes no parecían tener fin, ni la llegada del FBI cortó los impulsos del asesino…”

La película estaba próxima a terminar, y Manu no se había atrevido aún a dar el primer paso. “Seguro que no es ningún canalla.”, pensó Juli. Manu, al contrario, cada vez aparentaba más intranquilo, se movía nervioso, y tirando mano tras su asiento rebuscó algo que al fin encontró. El brillo de la hoja afilada compitió con el de la luna cuando se abalanzó sobre Juli, que luchó con fuerza, cuando…
…Un corte de luz les privó del final. Los encargados del auto-cine, coche a coche entregaron cupones vigentes durante una semana, para que pudieran ver la película completa.
Encontraron a Juli sentada en tierra, sin poder explicar lo sucedido. Al entregarle el cupón lo rompió.

—Las rubias tontas… no siempre mueren. —Dijo.

Realmente no le apetecía saber cómo se terminaba la película.

CRSignes 150808

Una vida por doscientos dólares. De Mon

  06.06.09 09:33, por , Categorías: Mon, CONTEMOS CUENTOS 9

Dejó doscientos dólares sobre la mesilla de noche, apagó la última vela al tiempo que ajustaba la corbata de tela italiana sobre su cuello, dos vaivenes a izquierda y derecha y esa acción propia de un “pater” parecía perdonar la atrocidad que acababa de cometer.
Veruca era una puta más, pero no una puta cualquiera, solo se dejaba acompañar por los caballeros más selectos y solventes. Hoy ha sido una noche fatídica, ya la advirtió Juan el lolailo, “llegará el día en que la avaricia te ajustará las cuentas”. Eran jóvenes, formaban una cuadrilla multicolor de chicos de barrio, hasta que los altos vuelos los separaron, Veruca tomó su camino, su triste camino.

La policía la encontró con la espalda arqueada y la cabeza vuelta hacia atrás con sus largos cabellos acariciando la moqueta de la suite, ¡vaya mierda! exclamó el inspector.
Ni sus padres fueron a ver flamear el hermoso cuerpo de Veruca, ¡qué hermosa fue! Ya nadie llora por ella, donde estarán esos guripas que dejo atrás, pegados a un libro o vete tu a saber dónde…

Los mármoles del campo santo comenzaban a oscurecer como el manto de tierra que iba cubriendo el zulo donde reposará por siempre este cuerpo usado como mercancía, como moneda de placer.
Hoy por primera vez alguien ha cambiado un puñado de billetes por unas hermosísimas flores y un par de poemas que no tardarán en hacerse hueco entre la tierra suelta y volteada del cementerio.

Cae la noche y ya no queda nadie.

Mon 07/06/2006

Tomando un descanso

  05.06.09 04:55, por , Categorías: Vistazos
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Serie "Primavera" nº 42

  04.06.09 09:05, por , Categorías: Mis imágenes

El paciente

  03.06.09 12:15, por , Categorías: Mis textos, Micro cuentos

Salió de la casa con el convencimiento de haber hecho lo que había podido. Pensaba que le iban a recriminar su actuación, pero no fue así.
Descendió por la colina satisfecho de su trabajo. En el camino alguien le llamó a gritos. Giró su mirada y se quedó atónito. Frente a él se hallaba la persona a la que había atendido. Con una sonrisa y muy buen aspecto le dio las gracias.
La noticia de su muerte llegó al mismo tiempo que él al pueblo.

CRSignes 2003

El primero fue en el año 1974. De Monelle

  03.06.09 11:35, por , Categorías: Monelle, CONTEMOS CUENTOS 9

Por la mañana temprano, casi a la hora de entrar en clase, coincidí con Javier.
Tropezamos al girar por la Esquina de las Perdices. Por el suelo rodó el contenido de mi mochila que, de inmediato, recogí por vergüenza de que fuera descubierta mi caja de tampones. No llevaba bien aquello de la regla. Los cambios en mi cuerpo se habían acelerado y me molestaba ser la comidilla de los niños. Me intimidaba gastar talla de sujetador.
Fue tal la rapidez con la que lo recogí todo, que casi no veo a Javier que me tendía algo que parecía había dejado olvidado.
Alargué la mano y, sin detenerme, por el rabillo del ojo creí identificar la caja de tampones.
Con un movimiento rápido la arranqué de su mano.

¿No vas decirme nada?

Los colores encendieron mi rostro.

¡Ah! Sí... ¡Gracias!

Y aceleré el paso.

Detente niña.

Javier era tres años mayor que yo, de la cuadrilla de mi hermano, un chaval un tanto guripa.

Parece que no recuerdas lo que acordamos.

No entendía nada. Se acercó y, tomándome de la mano, me llevó hasta un banco de la Plaza del Arco, justo enfrente de la escuela. Ya el timbre de entrada sonaba y yo no quería hacer tarde.

¿No recuerdas cómo habíamos quedado?

Las pocas veces que intercambiamos palabras Javier y yo, fueron en la habitación de mi hermano, cuando venía con el resto de amigotes a escuchar música y jugar a las cartas, momento que aprovechaba siempre para colarme, aunque me echaran enseguida.

— Mira lo que te he dado y lo comprenderás. Creo que me lo merezco.

El rostro se me iluminó. ¡Vaya! Lo había conseguido, al fin tenía la cinta de casete de mi grupo preferido. Era cierto, Javier era tan lolailo como yo.
No pude reprimirme y le pagué con el gran beso acordado en la mejilla, que se convirtió por su pericia en mi primer beso en la boca, tan dulce y tierno que no lo olvidaré jamás.

Salí disparada hacia la entrada del colegio, que se me antojaba como la boca de un zulo horripilante después del beso, en donde ya el conserje, mientras izaba la bandera patria que flameaba al viento al son del himno nacional, me miraba disgustado.

Monelle/CRSignes 070606

Serie "Primavera" nº 41

  02.06.09 09:21, por , Categorías: Mis imágenes

GROAAARRRRR

  02.06.09 05:05, por , Categorías: Garabatos

Tigre
por Armando

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Decadencia. (3ª Parte de Un cambio de hábitos) De Locomotoro

  01.06.09 11:36, por , Categorías: Locomotoro, CONTEMOS CUENTOS 9

Una vez eliminado Mediometro, comprobé que no estaba tan acabado como yo creía. Todo había vuelto a una aparente normalidad. El Papi salía de nuevo a dar sus paseos, aunque se había vuelto un poco enmariconado. Todas las tardes se dedicaba a cuidar de unos rosales que tenía plantados en el jardín.
Medio pueblo abonaba aquellos enormes rosales... y no porque le ayudaban a ello... bueno, sí que lo hacían... pero ¿cómo decirlo? Desde abajo... como sin vida.
Aparte de los rosales del Papi, el barrio había caído en la decadencia absoluta. Los muchachos formaban ahora cuadrillas de lolailos inaguantables. Habían perdido respeto por los viejos valores, trabajaban de cualquier forma, por la espalda y a cuchillada trapera, sin tener ningún respeto por los clientes. Y no era de extrañar, el Papi era ahora un guripa acabado, enbebido todo el día por sus rosales, sin horizontes.
A los chicos les hacía falta un referente, y el Papi se había convertido en una mala influencia, así que me metí en su cuadrilla y comencé a enseñarles un poco de teoría. Inicialmente empecé con los pasos más sencillos. Disciplina y elegancia en el trabajo, cómo se hace el ala al sombrero... nada de ganchitos en las orejas ni tatuajes. Los chicos parecían muy atentos, ese cambio de vida parecía emocionarles. De esa manera, poco a poco fueron abandonando el zulo en el que estaban metidos.
Una tarde, decidí pasar a una clase práctica y me fui con los muchachos de visita jardinera al Papi.

Hola Papi— saludé.
Siempre con respeto a la clientela.— iba apostillando a los chavales.
Buenas tardes, hijo— Me respondió. — ¿Me echas una mano?
Por supuesto Papi— repliqué.
Siempre hay que atender las peticiones del cliente.
Le ayudaré a abonar.

Al Papi se le fueron las cataratas de golpe... o de bala, no podría confirmarlo.
Me giré hacia los muchachos; alguno de ellos tomaba apuntes.

Y por supuesto... el cliente siempre tiene razón— Apostillé.

Finalmente, y, tratándose del Papi... nos pasamos las normas por el arco y lo pusimos a flamear en plan vikingo junto con sus jodidos rosales.
Mis chicos aprendían deprisa, y yo tenía que ir pensando en convertirlos en hombres con futuro. Nuevos aires soplaban desde el norte. Tomé mi Veretta y me dediqué a limpiarle el óxido al suave sol del atardecer.

Locomotoro 06/06/06

Promesa cumplida

  01.06.09 11:04, por , Categorías: Mis textos

Desde el otro lado de la línea telefónica, su voz sonaba lejana y débil.

¡Iremos al hogar de los gigantes!
Anda ya abuelo, no me engañes.

Si su abuelo hubiera podido verle los ojos abiertos como platos, se habría reído mucho.
Esperaba no decepcionarlo. En primavera, precisamente en las fechas en las que el niño nunca podía viajar hasta el pueblo, era el encargado de capitanear el desfile de los gigantes; estructuras de madera con forma humana, que bailaban salvajemente al son de la música popular, y que rivalizaban con los cabezudos.

¡Qué sí! Dentro de tres semanas estaremos juntos, y prometo que lo primero que haremos será visitar ese lugar.

Pero el tiempo corrió en su contra.
Pedro entraba despacio de la mano de su padre. Sebastián tenía miedo de no encontrar las palabras adecuadas, de no saber explicarle bien lo que había sucedido, y se sorprendió.

Hace tres meses a Lolo le pasó lo mismo.
¿A qué te refieres hijo?
Lolo vino llorando a clase por que su abuelo se había muerto, y la “seño” nos habló sobre la muerte.

En parte, Sebastián se sintió aliviado. Continuó avanzando aparentando tranquilidad.

Pedro, quiero que comprendas lo que vas a ver. Entraremos en ese cuarto, ¿vale? Ahí está tu abuelo. Lo verás como dormido, pero ya no puede contestarte. Será sólo un segundo, y nos iremos. Era muy mayor, sufrió una crisis cardiaca. Murió cuando dormía.
Papá, entonces… ¿ya no podré ver nunca el hogar de los gigantes?

Los niños, son capaces de disociarse rápidamente de los hechos incómodos. Sebastián estuvo a punto de enojarse, pero comprendió que con seis años, Pedro, no era consciente de lo que sucedía. Entonces recordó, volvió a su infancia. Cierta melancolía le hizo reaccionar, y tomando a su hijo en brazos, salió de la casa.
Un escalofrío recorría su cuerpo. Todas sus moléculas se estremecieron, y las lágrimas recorrieron su rostro.

No llores papá. Nos dijo la “seño”, que los que mueren, se quedan dentro del corazón de los que les quieren. Yo siento al abuelo. ¿Tú no?
Claro hijo mío, pero debo acostumbrarme…

Abrió la puerta de la fantasía en la mente de su hijo, como antaño hiciera su padre con él. Y contemplando aquellos magníficos seres, comprendió la importancia de mantener la ilusión que tantas veces le quiso hacer comprender su padre.

CRSignes 041105

"Anaranjado" -haiku

  31.05.09 15:37, por , Categorías: Sin categorí­as
"Anaranjado" -haiku



Anaranjado
fondo de escritura,
verdad en versos


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