SAROS : El hombre pájaro. De Espantapájaros
Por monelle elEne 10, 2014 | EnEspantapájaros, CONTEMOS CUENTOS 34
En medio de una densa floresta y atado a un árbol, Ariki cumple su tercera jornada de cautiverio. Tan solo faltan horas para el comienzo del solsticio de primavera y para el inicio del Manutara. Él era el único representante de su pueblo capaz de derrotar al hijo del rey y así evitar un nuevo año de continua tiranía. Pero el rey se había asegurado su triunfo tomando prisionero a Ariki.
No muy lejos de allí, frente al mar donde se elevan las majestuosas figuras de roca llamadas Moai, se había abierto el portal de SAROS. En ese lugar Izel y Anti contemplaban extasiados la vastedad de sus aguas; maravillas de las cuales solo habían oído hablar en ocasiones a los sabios.
—¿Dónde estaremos Izel? —pregunta Anti aun pasmado por la extraordinaria belleza del entorno.
—No lo sé, pero he oído hablar tanto del mar que lo único que deseo es hundir mis pies en la arena y nadar —sí, tomando la mano de Anti corren hacia la playa.
Luego de jugar sobre las mullidas arenas y nadar en sus aguas deciden retomar el camino internándose en el bosque.
Al poco andar encuentran a un joven moreno de larga cabellera azabache atado a un árbol y custodiado por un centinela que lo atormenta a golpes.
Anti se aproxima en sigiloso susurrando palabras en su dialecto original.
En ese momento desde el árbol comienzan a descender ramas que terminan atrapando al guardia, el que desesperado trata de zafarse; mientras, Izel rápidamente libera al joven.
Más tarde, Ariki les cuenta que ellos están en una isla llamada Rapa Nui. También les comenta el motivo de su cautiverio y la necesidad de participar en la competencia para conseguir el primer huevo del ave Manutara. Si lograba derrotar al hijo del rey lo nombrarían Tangata Manu, o representante del dios Make Make, de esa forma guiaría a su gente con justicia y verdad
Al amanecer Ariki ingresa junto a sus dos amigos al pueblo frente a los sorprendidos ojos del tirano rey y su hijo, ya nada podría evitar que él compitiese. Pero Izel y Anti no acudirían a la competencia, tenían que seguir su camino. Entre abrazos de agradecimientos y buenos deseos se despiden de su nuevo amigo.
Poco antes de iniciar el viaje a través de SAROS, nuevamente se dirigen a la playa, a jugar entre las arenas y el mar.
Espantapájaros 24/06/2007
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