PARÉNTESIS. De Aquarella
Por monelle elAbr 5, 2012 | EnAquarella, CONTEMOS CUENTOS 28
El día amanece gris desesperanza, como el estado de ánimo que pasea cabizbajo por la habitación. Tu mirada se dedica a otear más allá de las cuatro paredes en las que se ha convertido nuestro mundo, más allá de la ventana, incluso más allá de la vida. Salgo de la habitación para escuchar una frase que no quiero oír
-Su situación parece estable, pero no se confíe, las próximas 48 horas son críticas. - Vuelvo con una sonrisa fingida y me acerco a la cama
-¿No estás harto de esa postura? ¿Quieres otra almohada? Estarías más cómodo...
-Te quiero a ti, y quiero que seas feliz... aunque yo no esté.
-No digas tonterías. ¿Es que piensas irte a algún sitio sin mí? Ni se te ocurra, no pienso consentirlo, prohibido escaquearse -el teléfono interrumpe la conversación y la cobardía agradece la llamada que me permitirá huir, que me prestará unos minutos para llorar.
-Toma, es tu madre... voy a por un café a la máquina -antes de salir por la puerta las lágrimas ya corren a sus anchas, la debilidad que oculto frente a ti se hace ahora palpable.
Me siento en la sala de espera para tomar ese asqueroso café al que ya me voy acostumbrando y me dejo envolver por la soledad para iniciar una charla con mis pensamientos. El primero acude a los ojos de la memoria para hablarme del pasado, de nuestra forma de cultivar ilusiones, de mi necesidad de ti, y de pronto me asalta una pregunta que no quiero admitir ¿Se nos está muriendo el tiempo? Me invade ese dolor que sólo puede ser fruto del egoísmo, porque me niego a saber lo que sería echarte de menos.
Me visto nuevamente de aparente alegría para mostrarme serena y jugar contigo a que no pasa nada, a que sólo estamos en un paréntesis
-¿Qué? ¿Ya te ha dado mimitos tu mamá? Pues ahora me toca a mí… - y vuelvo a ser la jardinera que cultiva con ternura los brotes de esperanza, arrancando las malas hierbas de tristeza que no tienen cabida aquí. No me atrevo a pensar en el desenlace, le daría alas a un miedo que no puedo permitirme porque soy incapaz de imaginar lo cotidiano sin ti. No niego la realidad, no necesito consultar ningún oráculo, sé positivamente que esto no puede terminar así.
Aquarella 28/02/2007
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