Los elementales. Capítulo cincuenta y cinco: Cambio de planes. De Monelle
Por monelle elEne 30, 2013 | EnMonelle, CONTEMOS CUENTOS 31
Duraba demasiado. Buscando el respaldo de Anna, me giré, pero no vi a nadie. Recordé cuando días atrás, Julien desapareció, y Anna, quedó como suspendida entre dos mundos, un cariz inesperado. Mientras tanto, la distorsión de mi entorno, me provocaba cierto mareo; todo se movía, el fuerte viento apagó las velas. Una luz surgía de la grieta en el suelo que extendía desde un extremo a otro del sótano, bajo mis pies. Algo comenzó a tirar de mí, hacia abajo, hasta que me tiró. Una veloz sombra saltó desde la grieta, hasta de perderse en la oscuridad circundante. Para mi sorpresa, la calma regresó de inmediato. No me había movido sitio, y estaba totalmente sólo, o eso creía.
−¡Anna! ¡Julien! –grité de forma inhóspita.
−No los busques –la voz sonó clara, profunda y con cierto tono nasal.
−¿Quién eres? ¿Qué habéis hecho con ellos? –Me alteré.
−¿De veras puedo fiarme de él?
−Con toda confianza –la melosa voz y los destellos de la ondina me tranquilizaron.
−¡Seren! ¿Qué ha sucedido?
−¿Te calmarás? Nos asustaste.
−Sólo si me aseguráis que no debo preocuparme, y Anna y Julien se encuentran bien.
−¡Por supuesto que sí! –afirmó aquella voz extraña.
Al momento su figura menuda y regordeta, asomó. No debía medir más de treinta centímetros. Caminaba con cierto balanceo y de forma un tanto torpe.
−Regresarán enseguida. Hemos tenido que actuar así, por seguridad.
−Explícate mejor, se suponía que el conjuro era protector, y que yo, como oficiante, debía viajar hasta vuestro mundo. ¿Por qué este pecaminoso cambio?
−Ya te lo he dicho, por seguridad.
−¡Quiero hablar con vuestro rey!
−Ya lo estás haciendo. Mi nombre es Rétur y es un placer conocer a unos humanos tan valientes.
−¿Cómo te hemos engañado? –dijo risueña Seren mientras tiraba de mi para indicarme que encendiera algún cirio.
−Pero majestad ¿qué sentido tiene esto?
−Simplemente el de proteger las instrucciones para el encuentro general. Seren, ya le dirá los pormenores, ha ella le hemos traspasado los datos errantes. Ni tan siquiera hemos querido comprometerles. Las larvas están saboreando nuestra cercanía, y además está el asunto Joan.
−¿Joan? –pregunté asombrado.
−Sí, deben andar con mucho cuidado. Ese humano, se ha propuesto entregarles a las larvas, le han convencido de que lo que van hacer no es bueno para nadie. No le hagan caso por favor, podría significar el fin de todo.
Monelle/CRSignes 13/04/2007
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