La inspiración del artista De Monelle
Por monelle elMar 13, 2009 | EnMonelle, CONTEMOS CUENTOS 6
— ¡Ahora si! ¡Excelente!
Contemplaba su obra con el valor añadido del trabajo bien hecho.
Meses atrás, cuando aquello era tan sólo una fantasía ambiciosa, había caído en una profunda depresión de la que no hubiera salido de no ser por su esposa.
Terminada su carrera, su nombre había sonado con fuerza gracias al proyecto con el que la culminó. La obra, en sí, no era gran cosa, pero por su originalidad fue considerada, por la crítica, como el hecho artístico más destacado del año.
— ¡Lo que hace el marketing!
Afirmó para sí, después de que una cadena local de supermercados comprara aquella escultura para la entrada de uno de sus establecimientos en expansión.
De aquello había pasado cinco años. Durante ese tiempo, Jorge se dedicó a la búsqueda de concursos con los que consolidar su denodada fama. Había restringido su trabajo, el algoritmo de posibilidades era nulo, hasta el punto de que, ante su negativa para preparar exposiciones, los galeristas se olvidaron de su nombre. Por ello fue que se ofuscó.
Horas de insomnio dando vueltas a un papel en blanco, recorriendo el espacio de su estudio: apilando fango, que endurecía al aire en espera de la idea que lo modelara; sufriendo lo indecible y haciendo sufrir a Clara que veía en aquello la gota que colmaría el vaso de su relación.
Convencerle, mejor aún, hacerle comprender lo dable del proyecto se convirtió en la misión más importante.
La convivencia no había sido un camino de rosas, es más, el matrimonio se sostenía gracias al trabajo remunerado de ella, pero si esto seguía así acabaría abandonándolo. Verdaderamente le quería. Por nada del mundo deseaba hacerle daño.
Una noche, después de observar a Jorge en su estudio, desde el alerón del porche, entró decidida para ofrecerle cualquier cosa con tal de verle satisfecho.
- ¡Es magnífica Jorge! Innovadora. Diría que extraña. Un día de estos tienes que explicarnos de qué material está hecha. Sinceramente te felicitamos. Ha valido la pena la espera, sólo deseamos que no demores tanto tu próximo proyecto.
Regresó a casa satisfecho. Nada podía ofuscar su triunfo.
Cerró la puerta de su dormitorio y se recostó. Miró a su lado lamentando la ausencia de Clara.
Convencido de haber obrado conforme a sus deseos cerró los ojos para descansar. A fin de cuentas, de ella surgió la idea de servir de instrumento para su triunfo.
Monelle/CRSignes 270406
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