Envidia. De Crayola
Por monelle elJun 12, 2011 | EnCrayola, CONTEMOS CUENTOS 27
Ahí están ellos, los amantes perfectos. No conformes con ese amor que se tuvieron mientras vivían, al morir juraron permanecer por siempre juntos y el destino se los concedió haciéndolos inmortales. Los dejó como un estigma perenne, indelebles. Ahí están impregnados en la misma tierra de la que surgieron alguna vez. Tan perfectamente enlazados en un abrazo. Tan eternos. Formando una sola unidad indivisible a través del tiempo. ¿Cuántos amaneceres vieron juntos? ¿Cuántas lunas contaron en su sepulcral silencio? Se les ve felices aún. Los años que han pasado no han hecho mella en ninguno de los dos. Cuántas especulaciones han surgido desde su aparición. Dos esqueletos abrazados. Al desenterrarlos se descubrió toda una historia, pero también se despertó el diablo de la ambición y el del saber más. La primicia de estudiarlos, de indagar de donde vienen, quienes eran, cuales eran sus nombres. Y así, intermitentemente seguirán violando su íntima unión hasta que se cansen, o encuentren otra cosa mejor que hacer. Pero a ellos dos pareciera no importar cada flash, cada mirada atónita, cada exclamación de asombro y sorna, cada minuto que se invierte en verlos. Están tan enamorados que no tienen cabida para nada que no sea su amor. Se han ensimismado el uno con le otro a tal grado que se han convertido en un solo ser. Fundieron su amor en ese abrazo tan viejo como la vida misma. Sus cuerpos jóvenes y con olor a hierba, ahora están marchitos guardando el polvo de las décadas, con olor gastado. Que envidia da ver esa muestra de amor. Que envidia yacer abrazado a tu amado. Morir mirando sus ojos, morir tocando sus manos. Y volverse antiguos, y volverse siempre.
Crayola 13/02/2007
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