El indio Pero-tet. De elgringo
Por monelle elOct 28, 2008 | Enelgringo, CONTEMOS CUENTOS 1
Era temprano, y como casi siempre, en primavera amanecía radiante, y el campo se llenaba de vida, las aves revoloteaban como locas y por todas partes se veían animales de un lado a otro, llamaba la atención la cantidad de mariposas que habían esa mañana, muy cerca corría un manantial, el agua era tan limpia y pura que parecía que el reflejo de los árboles formasen parte de ella y fuese imposible disociarlos.
Haciendo un balance de su vida, el indio Pero-tet se enfadaba consigo mismo por haber llegado a este extremo; tenía todo lo que un joven indio podía soñar a su edad, su padre –agachatyplega- estaba orgulloso por haber superado la prueba y haberse convertido en guerrero, era popular en el poblado y se había ganado el respeto de los ancianos al haber dado muerte al oso que les tenía atemorizados, su madre –arasiaraoiga- le daba todo su amor, todo parecía perfecto, su pueblo, su familia, la tierra en la que vivía, pero no era plenamente feliz, había algo que le embargaba el corazón, se había enamorado de la mujer blanca que vivía en la colina, justo detrás del manantial donde se encontraba esta mañana, como todas la mañanas.
Todas las mañanas, la mujer blanca iba al manantial a lavar la ropa, solía soltarse el pelo y el indio Pero-tet se emocionaba, jamás había visto una cabellera rubia, sabía que si lo descubrían lo iba a pasar mal debido a la idiosincrasia de su gente, pero valía la pena, ataviado con su pantalón de piel de puma y con una cinta añil sujetándole el cabello se acercó todo lo que pudo, la mujer estaba sentada apoyada en un árbol y movía las manos de una forma extraña, de pronto, a lo lejos se escuchó el galopar de un caballo, y la mujer blanca se levantó deprisa y se marchó, fue entonces cuando el indio Pero-tet se dio cuenta de que la mujer blanca se había dejado algo en el árbol, salió corriendo de su escondite y se apresuró a recogerlo, era un trozo de papel verjurado, y en el había un dibujo, el dibujo de un bebé , levantó la mirada hacia el cielo y comprendió que su tótem le había dado una lección, no se podía tener todo aquello que se deseaba, y que debía conformarse con lo que su pueblo le daba, ahora si era feliz.
Elgringo 15/02/2006
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