El secreto de la luna. De Espantapájaros
Por monelle elJun 10, 2012 | EnEspantapájaros, CONTEMOS CUENTOS 28
La luna, redondota en toda su extensión, brilla con su carita llenita de luz alargando las sombras de los abetos y esparciendo por todos los rincones su claridad, iluminando las lechugas, las mazorcas y las calabazas que estables y tranquilas duermen dentro del huerto. En un pequeño riachuelo proveedor de cristalinas aguas para la granja, hay unos sapos que muy afinados, a la luna sus mejores tonadas le cantan, junto a los grillos que con mucho esmero hacen chirriar hermosas melodías de sus violonchelos. Desde lo alto de un pino un búho no deja de otear y los sigue muy despierto tarareando en susurros sus uuh uuh, que para él es un canto de alegría aunque se le escuche como un lamento. En el huerto se respira armonía y felicidad, sin egoísmos, llenando a todos sus habitantes de un gran contento.
Pero la luna que no se cansa de brillar radiante, en su corazón de queso guarda un enorme pesar. Pues conoce un secreto, un triste secreto que les voy a desenlazar. En el centro del huerto una silueta alargada y opaca contra la luz de la luna se recorta. De un largo abrigo color azabache azafrán que se mece suave al compás de la brisa nocturna. Un sombrero de ala ancha igual de negro que su gabán le cubre su cabizbajo rostro desdentado, de sonrisa obligada y de tristeza escondida bajo una profunda y oscura mirada. Los brazos extendidos de par en par esperando, tal vez, quizás, un abrazo que nunca a de llegar
Este extraño ser que en medio del huerto se levanta tiene una misión y este es cuidar de las aves a todos los frutos que la tierra ha de germinar. Impávido aguanta día y noche en la misma postura, ni el intenso calor, ni las torrenciales lluvias significan para él una tortura La naturaleza no pudo elegir a mejor protector. Y es eso lo que tiene a la luna acongojada, ya que sabe el secreto de ese solitario señor, ella sabe que debajo de ese oscuro aspecto de valiente guerrero y misteriosa mirada, el espantapájaros sufre porque no tiene alma, ni tiene un corazón para regalar. Pero yo sé otro secreto; y es que ella, la luna, jamás va a confesar que de él está enamorada.
Espantapájaros 09/03/2007
No hay opiniones, todavía
« Palabras para el "contemos cuentos 29" | Desde una “óptica” especial. De Edurne » |