El debut. De espantapájaros
Por monelle elMay 20, 2013 | EnEspantapájaros, CONTEMOS CUENTOS 32
Habían pasado casi diez años desde que no la veía. En aquél entonces era una pequeña y flacuchenta nenita de ojos verdes y dorados rizos. Pero ahora era una joven muy bella, sus cabellos caían como una cascada de dorados trigales sobre sus hombros, su blusa ajustada al igual los jeans se deslizaban lascivamente en cada curva de su talle.
Era mi prima, y pasaría unos días de vacaciones en casa de mi mamá. Esa noche y llevando en mi mente su imagen la invité a pasar una noche bajo mis sábanas. La pensé tanto que el deseo y las ganas esa noche estallaron una y otra vez entre mis manos.
Durante los días siguientes buscaba mil formas de acercarme, de olerla, de sentirla; el más ligero roce de sus manos provocaba que la sangre hirviera en mi cuerpo.
Hasta que la perseverancia cumplió su objetivo. Una tarde la invité a caminar al parque, al poco andar nos tendimos en el prado. Nuestros cuerpos estaban tan apegados que casi oía el latido de su corazón. Pasado unos minutos no aguante más y en un arrebato de si se deja bien o de lo contrario me llevo una bofetada, me atreví. Así como que no quiere la cosa deslice una mano sobre su vientre, sin dificultad y rápidamente la encaminé hacia abajo. Digo, –en una de esas no se a dado cuenta de lo que hago y antes que llegue, ¡ZAZ! que me llevo un golpe –. Pero justo cuando mis manos sentían el calor de su entre pierna, me detiene, –aquí viene el golpe – pensé; ¡pero no! Todo lo contrario, con dejo de empatía me dice al oído –vamos a otro lugar –.
En casa no había nadie y mi habitación era perfecta. Por fin todos mis sueños y deseos nocturnos se cumplirían, por fin debutaría en sociedad como un nuevo hombre. Imaginaba su cuerpo sudando y gimiendo con mis embestidas, la sangre humeaba bajo mi cremallera. Cuando estábamos en el cuarto me pide que me tienda en la cama, y luego de cerrar la cortina de la ventana se comienza a desvestir hasta quedar completamente desnuda, se acerca y suavemente me toma el miembro que ya no daba más y… y no dio más. Cuando cerró la puerta tras de sí, me sentía pésimo, me sentía el hazmerreír de mi mismo.
Pero bueno, sería para otra oportunidad mi debut.
Espantapájaros 27/04/2007
No hay opiniones, todavía
« Lluvias. De Monelle | Antinanco. De Espantapájaros » |