Carta de una madre a otra. De Locomotoro
Por monelle elEne 20, 2009 | EnLocomotoro, CONTEMOS CUENTOS 4
Sra. Carmen:
Soy Pilar, la madre del soldado Manuel, que como su hijo y otros tantos como él, fue destinado a Kósobo y fue amigo íntimo de su hijo. Lamento mucho la pérdida de este. Mi hijo se recupera lentamente de las heridas de metralla que quedaron en su pecho, y hace pocos días salió del coma del que parecía no querer salir.
Abrió los ojos, y mirando hacia ambos lados, preguntó nervioso por Antonio; su hijo. Enloqueció al ver que este no estaba, y sus lágrimas empañaron su rostro, lleno de dolor.
Fue entonces cuando comprendí la historia que me había contado aquél oficial vestido de blanco, sobre otro soldado a quién no conocía, y fue en ese momento cuando decidí escribirle esta carta. Tuve un momento para pensar en todo lo que estaba pasando y una flecha atravesó mi alma en un segundo y me sentí muerta, acosada por todas las respuestas estériles del mundo que apuntaban como ballestas hacia mi sencillo y humilde porqué.
Ahora, sentada junto a mi hijo, trato de encontrar la manera de hacer que vuelva del todo a la vida, ya que la ilusión por esta, se fue con el suyo. Sobetea distraídamente las cartas que asoman por el borde del secreter, mientras contempla distraído unos niños jugando en el parque que se ve a través de las ventanas del mirador. Sus figuras asexuadas por la lejanía, proyectan colores pastel sobre los ojos de Manuel que no parpadea, y de vez en cuando, plantea también al infinito su propio porqué, esperando encontrar de nuevo a Antonio, lejos de esa guerra, en otro lugar.
A veces, entre la bruma de mis sueños, los veo jugando como esos niños en el parque, ajenos a las miradas de odio, ajenos al mundo, con el semblante inocente, cándido y distraido que tiene todo aquél que se sabe querido.
Sepa que tiene aquí una amiga que nunca la olvidará.
Pilar
Locomotoro 03/04/06
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