Partida. De Suprunaman
Por monelle elJun 21, 2010 | EnSuprunaman, CONTEMOS CUENTOS 21
Los dos ajedrecistas estaban sentados el uno frente al otro. Tenían una postura semejante, los pies cruzados, el cuerpo torcido y la mano sujetando fuertemente la barbilla. Esperaban impacientemente a que su rival cometiera el error fatal.
Las piezas estaban esparcidas por el tablero. El desbarajuste era tal que Mihail tuvo la tentación de mover la dama, sin caer en la cuenta de que la torre de Korchnoi aguardaba como una zorra para hacerle el jaque. Pero advirtió cierto brillo en los ojos de Korchnoi y desistió de realizar la jugada.
Habían pasado varias horas de partida, Mihail tuvo antojo de un yogur; después de tomar una cucharada hizo una jugada que rompía los esquemas del aspirante. Korchnoi se quejó, presentando un sofisma. Argumentó que Mihail había recibido información codificada en el envase del yogur. El juez desestimó el comentario.
La partida tomó entonces otro cariz, empezó una guerra de guerrilla. Mihail, propinó una fuerte patada a Korchnoi por debajo de la mesa, éste perdió momentáneamente la concentración.
—Por favor, —dijo esta vez —ahora toca patadas.
La partida se vio interrumpida de nuevo, los jueces decidieron colocar un badén que impidiera el contacto de ambos jugadores.
Hizo su aparición entonces un grupo de parapsicólogos, empezaron a hacer movimientos con las manos, a rezar en voz baja. Korchnoi no lo pudo evitar, se vino abajo. Agarró el rey, lo tumbó sobre el tablero, se levantó y se marchó sin felicitar si quiera a Mihail por su victoria. Su silueta se difuminaba a medida que se apartaba de las luces.
Mihail quedó allí, delante de las cámaras, con un gesto sonriente.
En la entrevista dijo, en una guerra, no sólo cuenta lo que está en el campo de batalla, también influyen los servicios secretos.
Suprunaman 29/11/06
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