No fue bar de mujeres. De Mon
Por monelle elOct 30, 2012 | EnMon, CONTEMOS CUENTOS 30
Las olas golpeaban fuerte, engullían los pilares del muelle de madera, agitadamente, con la espuma enrabietada, queriendo abrazar para llevarse consigo, aquellos gigantes untados en brea. Entre las voces del océano se escuchaba una melodía que escapaba entre las cortinas de la taberna, allí, cansado y derrotado terminaba el empedrado de la calle mayor.
No fue bar de mujeres, solo los pescadores recalaban sus estómagos sedientos tras una larga y agotadora jornada de navegación. En las paredes colgaban algunos retratos enmohecidos de las mejores hazañas, casi convertidas en mitos, que los curtidos marineros enmarcaban en su tiempo libre, todas en color sepia, paralelismos de la vida.
Afuera se oía el taconear de Isabel, como cada media noche, se dirigía a hacer caja clavando sus largos tacones entre las grietas de los adoquines, hacia la bahía.
Allí acabaría su historia, la historia de una mujer entregada al volátil deseo de una necesidad efímera, de una obligación injusta. Con la noche llegó la traición, decididamente imparable, fundido entre los ardores de la sangre descansa en su cuerpo, vil metal, olvidado y miserable. ¡Cuan injusta es la vida y qué frágil su existencia!
Han cerrado pronto la cantina, calle abajo solo queda un quejido.
Mon 03/04/2007
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