Malditos ciruelos. De Suprunaman
Por monelle elDic 14, 2009 | EnSuprunaman, CONTEMOS CUENTOS 14
Estaba un día de vacaciones, acostado en la cama, más feliz que el Guerra, cuando un terrible retortijón me hizo madrugar. Yo quería continuar en la cama pero entonces, otro terrible pellizco en los intestinos me dejó sin respiración. Me sentía morir, imaginé mi epitafio: “Cagado hasta las anginas, nos dejaste huella”. El colectivo familiar venía a recoger mi ataúd y me llevaban a hombros hasta el cementerio. El primo Manolo es más bajito que el resto, así que el ataúd estaba descompensado e iba cojeando, mientras yo allí dentro, más mareado que un ajoaceite.
¡No lo voy a permitir!, y como un relámpago me levanté y corrí sin descanso por el largo pasillo, ¡vamos Indurain! Me animaba yo mismo. ¡Fuera ropaaaaa! Y me senté en el retrete, un último jirón en el estomago, estertor, uuuuaaaaaagggggggg grité, sonó a caverna, parecía que estaba expulsando de mí un diablo malandrín; bonito día para un exorcismo. Uuuuaaaaaagggggggg, abandona este cuerpo demonio, abandona este cuerpo. Follatelo Carrac, follatelo. Al fin sonaron las trompetas, priiiiiiiiii-priiiiiiiiii, potlop, potlop, las almorranas me bailaban sevillanas y desde el zaguán se podía oler el pestilente olor a azufre.
Como pude me arrastré hasta la cama de nuevo, estaba orgulloso, era como si hubiese salvado al soldado Ryan.
Suprunaman 21/08/06
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