Los elementales. Capítulo veintisiete: Joan se sincera. De Monelle
Por monelle elJul 21, 2010 | EnMonelle, CONTEMOS CUENTOS 23
—Ávido de respuestas, me convertí en inaguantable. No soportaba que nadie guardara secretos y a su vez no tenía la intención de ocultar ninguno. Este comportamiento me trajinó muchos disgustos y la desconfianza de todos. Quedé huérfano y fui entregado a mis abuelos. La casona familiar, lo suficientemente grande como para respaldar mis ansias por fisgonear, se convirtió en cárcel. La disciplina de mi abuelo, militar retirado, fue crucial. Por otro lado, su calidez en las horas de asueto fue envidiable. La primera tarde que me pilló registrando la casa me tomó de la mano y en lugar de un castigo me contó una historia. Y así una y otra vez. Narraciones que hoy toman cuerpo y sentido. Solía mirarme fijamente a los ojos cuando intuía mis intenciones para decirme “Joan, ¿no sabes que la curiosidad mató al gato?”. Afirmaba la certeza de los relatos y me pedía la máxima discreción. Pero yo no podía mantenerme callado y esas narraciones fantásticas mermaron mi credibilidad. Acabaron viéndome como un fantasioso embustero. De nada servía que dijera que mi abuelo aseguraba que todo era real. “Un militar nunca miente” añadían mientras se alejaban mofándose de mi. Sin darme cuenta me convertí en reservado. Logré vencer la indiscreción.
Pese aquello, nunca perdí el interés por escuchar las historias que hablaban de un tiempo remoto en el que magos, inquisidores, fórmulas mágicas y libros secretos se conjuraron en un destino de muerte y desaparición. Al contrario, me ilusioné hasta tal punto que llegué a investigar los lugares y los hechos que mi abuelo nombraba corroborando su existencia y nuestros orígenes. Esperanzado, orienté mis estudios en esa dirección, por eso conozco su lengua.
Y así fue como supe sobre la existencia de un antepasado mío cuya desaparición en el medioevo desencadenó la fabulosa trama que me fue trasmitida.
Al fallecer mi abuelo, me entregaron un sobre con este libro y un mensaje que contenía la siguiente advertencia.
“No pierdas de vista este manuscrito puede que un día alguien venga a reclamarlo. Ese día descubrirás al culpable de la desaparición de un inocente. Ese día tendrás ante ti a un poderoso mago culpable de crímenes contra la humanidad y sabedor de secretos capaces de cambiar la faz de la tierra. Ese día serás el responsable de salvar el mundo.”
Monelle/CRSignes 22/12/06
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