La petición. De Naza
Por monelle elDic 14, 2008 | EnNaza, CONTEMOS CUENTOS 3
Hace diez años que abandoné esta ciudad con el propósito de no regresar nunca más. Diez años después me hallo en el interior de un autobús que, en otro tiempo tanto había utilizado para verla a ella.
Yo la conocí el último, pero me situé el primero en su corazón. Aquello fue un amor a primera vista, ella era muy enamoradiza, y el primer puesto era difícil de mantener. Pero ahí estábamos, polivalentes, pujando por ella tanto Fernando como yo
Los dos admitimos ser rivales dignos y luchar por ella en buena lid, lo que no aceptábamos era incursiones externas de terceras personas, o para ser más exactos de otros pretendientes.
La protegíamos y a ella le satisfacía y los años pasaron, dejamos la adolescencia y tuvo que decidir; tenía edad de elegir y como el lector es sabio enseguida sabrá la decisión de ella. Fue en un bar donde una pareja de enamorados firmaba una alianza de futuro con un beso que no me apeteció presenciar.
Recuerdo aquella tarde, Fernando no había llegado, los dos paseábamos por una calle encajonada entre paredes encaladas hasta el suelo, macetas con geranios reventones colgaban de los laterales y el suelo irregularmente embaldosado. Ella estaba silenciosa, caminamos hasta el estanque, allí los peces hacían lo que sabían hacer a la perfección; nadar. A mi me gustaba hacerla reír, siempre que acudíamos al estanque intentaba adivinar qué peces eran aquellos. Recuerdo que dije; -japutas, algo tan gracioso, al menos para mi, y no conseguí arrancar una sonrisa de su rostro. Me senté en el borde del pilón mientras ella se alejaba. No hablamos en lo que duró la tarde, pero me lo dijo todo con su mirada. Arranqué una rama hasta dejarla sólo con el pezón, la misma rama que hoy porto en la solapa de mi chaqueta.
A partir de ahí abandoné la ciudad. La versión oficial fue una oferta de empleo que no podía rechazar, la otra; un corazón roto por la mitad que necesitaba soldarse lejos de ella.
Estructuré mi vida para que no se notara que mi insomnio era perenne y que la necesitaba a pesar del tiempo transcurrido.
Hace una semana me llamó, me dijo –necesito verte, por favor.
Sólo tenía que pedirlo.
Naza 18/03/06
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