El ocaso de un sentimiento. De Belfas
Por monelle elMay 8, 2010 | EnBelfas, CONTEMOS CUENTOS 19
Ignoro el motivo de haber nacido y si tengo en esta vida alguna misión concreta que realizar. No sé por tanto si lo que hago en cada momento está bien o mal, ni conozco el rumbo hacia el cual dirigir mi barco, hoy carente de timón. Hace mucho tiempo que un ajar de inquietud se apoderó de mi espíritu, dejándolo a merced de un destino tardío en definición.
Mientras tanto, espero una luz iridiscente en el horizonte que me indique. En los templados días del otoño que ahora nos invade, es cuando por mi cabeza bullen sueños utópicos y por mi corazón navegan deseos incontrolados.
Noto como el cielo cada día es menos brillante, veo como el azul del mar reverdece con el paso de las lunas. Percibo una brisa perezosa y tibia pululando a mí alrededor, cargada con el perfume de la añoranza y vestida con el rocío de la desidia. No siento por mi cuerpo recorrer en armonía ese dulce y sutil fluido llamado sangre, aunque intuyo que la hecatombe se va alejando en busca de un nuevo prosaico a quien arruinar.
Flanqueo la otra orilla de la vida esperando un mañana donde la hostilidad y la calumnia deserten de la estancia de esta órbita, y cedan su territorio al amor sincero y sin remilgos.
Y va pasando mi vida; hoy como ayer, posiblemente un mañana semejante a hoy. Solamente en ocasiones concretas, mi casi inalterable serenidad se turba ligeramente como el agua de un lago en el cual arrojan una piedra formando esos círculos concéntricos que se van difuminando en la superficie, eclipsados por el viento y las corrientes.
Belfas 27/10/06
No hay opiniones, todavía
« Los elementales. Capítulo doce: Al acecho. De Monelle | Esperando el futuro. De Suprunaman » |