Nubes de sal. De Aquarella
Por monelle elAgo 22, 2009 | EnAquarella, CONTEMOS CUENTOS 11
Cuenta la leyenda que hace algunos eones, cuando el mundo estaba gobernado por dioses caprichosos que jugaban con la vida ajena a su antojo, surgió una hermosa historia que llegó a provocar la envidia de alguna de las deidades. Quiso el azar que se cruzaran los destinos de un ángel inconformista de carácter rebelde y una pequeña sirena de curiosidad insaciable. Cada noche, al repuntar la marea, el ángel se sentaba en un banco situado frente al mar... el murmullo de las olas le relajaba, le ayudaba a meditar. Absorto en sus pensamientos como estaba, tuvieron que pasar varios días para que se diera cuenta de que una figura le observaba desde el agua. Un saludo, una sonrisa, tal vez la magia de la luna, fueron acercando poco a poco a dos seres tan diferentes, tanto que parecía imposible que tuvieran algo en común. Con el transcurrir de los días, y a pesar de la extraña combinación que formaban, llegaron a hacerse inseparables; ahí precisamente empezaron sus males.
El dios Amaro, egoísta y envidioso, estalló en un ataque de celos el día que el ángel se atrevió a acercarse a la comisura de los labios de su amada. Decidió acabar con el sueño de la pareja y escogió para ello un castigo ejemplarizante. Ella perdió su cola de pez y el se quedó sin sus alas, fueron condenados a pasear por el mundo su insatisfacción como dos simples seres mortales. Pensaba el pérfido dios que su amor sería un capricho de la memoria diluido en el tiempo, y la distancia que puso entre ambos una excusa para el olvido, pero se equivocó...
CONTINUARÁ, pero eso será más adelante
Aquarella 05/07/06
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