La chica de mi vida. De Suprunaman
Por monelle elJul 3, 2009 | EnSuprunaman, CONTEMOS CUENTOS 10
Después de la diatriba en el casino, Rick salió de la sala de juegos escoltado por dos vigilantes que lo cogían por los brazos.
En el aparcamiento restaba su Mustang de color rojo fuego. No estaba demasiado sobrio, pero de igual modo se dirigió a casa de Mad.
Mad vivía en las afueras, en una casa rodeada de navas, un lugar donde sus matones eran jueces y verdugos.
Ya estaba cerca, así que apagó las luces del flamante Mustang y se acercó algunos metros más. Palpó bajo del asiento y sacó su revolver.
Uno hacía guardia en la entrada. Rick se abalanzó sobre él, un golpe con la culata dejó al vigilante sin sentido.
El chirriar de la puerta alertó a Mad que salió al pasillo. Fue entonces que se encontró con el cañón de Rick en la frente. Lentamente empezó a retroceder hasta la estancia.
— Tranquilo Rick, dime, ¿que es lo que quieres, dinero?— y metiéndose la mano en el bolsillo sacó un buen fajo de billetes.
— No quiero tu asqueroso dinero, he venido a por Wonderly.
— ¿Wonderly?, no está aquí.
— Dile que salga, se que está detrás de la cortina, desde aquí le puedo ver sus zapatos.
— Wonderly, sal.
Wonderly salió de su escondite metiéndose la mano en el sujetador, sacó una pequeña pistola y apuntó a Rick.
— No lo harás Wonderly, tira el arma— dijo Rick — Déjame en paz. Eres un fracasado. — Rick prosiguió —¿No te acuerdas de nuestros sueños?, París, abandonar este asqueroso país...
Aprovechando su estado melancólico, Mad se echó encima de Rick, ambos forcejearon con el arma hasta que se les escapó de las manos; frente a frente empezaron una pelea. Rick mareado por su estado etílico lanzaba los puños al aire. Como si de un alfiler se tratara, Rick notó un pinchazo en la nuca y cayó al suelo.
— Bien hecho Calatraba, borracho como estaba y casi no puedo con él, menuda mole. Deshazte de él.
— No Mad, por favor, ya me tienes a mi que es lo que querías, —dijo Wonderly, —haré lo que tu quieras, pero no lo mates.
Al despertar, Rick estaba atado de pies y manos, Wonderly lloriqueaba frente a él.
— ¿Por qué lloras preciosa? ¿No tienes lo que querías?
— No —dijo ella. —Lo que quiero es a ti.
— Pues desátame y seamos felices para siempre.
Suprunaman 20/06/06
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