El Casino de Suprunaman. De Mon
Por monelle elMay 4, 2009 | EnMon, CONTEMOS CUENTOS 8
El Endiablado Calamar, así llamaban a José Luís “El Hampón” entre su grupo de amigos de la infancia.
De pequeño, El Hampón, coleccionaba películas de súper 8 que guardaba celosamente entre bolas de naftalina y latas de galletas Marías. En sus mágicos celuloides se escondían sus sueños, sus aventuras, quizá los deseos que en la adolescencia quiso hacer realidad. Seguramente alguien habría oído sus preces, pronto se convertiría en un asesino vil y despiadado.
Las calles de Chicago estaban infestadas de mafiosos que controlaban el arte del trapicheo, no eran más que unos gobernantes desautorizados que recaudaban dinero para imponer su ley y engordar sus casinos y a sus queridas con joyas. José Luís tenía montado un negocio de papeletas o boletos (como los de la ONCE), comenzó ganando 1000 dólares al día y llenando de ilusión a los pobres desgraciados que creían en la suerte de una rápida fortuna solo a cambio de unos pocos dólares. Esta actividad estaba prohibida, claro, había una mafia superior que sin desdén no quería dejar escapar ni un centavo del minus pudiente.
No tardaron en llegar nuevas bandas para controlar el negocio, ya valía todo y lo mejor era prohibir para ganar, a más prohibiciones más negocio (¡mira, como ahora!) Así que la ley se imponía con ráfagas de plomo, cuajos de sangre resbalando sobre los carteles de los casinos y cientos de titulares en forma de esquela. Los robos, las palizas, los secuestros y las viudas alegres eran canción de actualidad, nadie se fiaba de nadie.
- “Juanjo, engrasa la pipa que hoy habrá festival”, vamos a reventar el garito de los Pierre Luigi.
El segundo de “Calamar” u hombre de confianza se sintió halagado por ese voto de confianza, así son las familias. Esta vez no murió nadie, apareció el gobernador como enviado por un maleficio y se llevo la totalidad del botín.
Cuenta la leyenda que el Endiablado Calamar se cambió de sexo y hoy es la madre superiora del Convento de las Hermanas Teresitas Descalzas de Sinsinatti y reparte estampitas a Euro la unidad. Así son las cosas del dinero.
Nota: En Sinsinatti hay Euros, son cosas de la mafia, oigan.
Mon 29/05/06
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