De nuevo. De Aquarella
Por monelle elOct 23, 2010 | EnAquarella, CONTEMOS CUENTOS 24
¿Qué es la esperanza? Nada, salvo el colorete en el rostro de la existencia.
— Deprimente, sí, pero que razón tenía Lord Byron... y eso que a él no le tocó vivir en la sociedad del desencanto. Me gustaría ver como se apañaría en el papel de Dulcinea del siglo XXI, intentando sobrevivir en esta época en la que ya no quedan Quijotes.
La conversación de Adriana consigo misma, mejor dicho con la imagen del espejo, se desarrolla en el cuarto de baño. Se maquilla para la fiesta de nochevieja que celebra su empresa, una cita ineludible a la que no puede faltar a pesar de las pocas ganas. Más de veinte años trabajando juntos, compartiendo el día a día con la misma gente, pero en realidad sólo son desconocidos de los que no espera gran cosa, desde luego nada fuera del ámbito laboral.
Hoy ha cambiado el habitual traje de chaqueta y pantalón por un vestido largo con escote de vértigo del tipo “quiero pasar desapercibida” lo que ha provocado que su entrada resulte espectacular
—¿Habéis visto a la directora comercial? Viene totalmente despechugada — Ante tal comentario todas las miradas se centran en Adriana, las masculinas para admirarla, las de sus compañeras buscando algún defecto para poder criticar.
Ejerce a la perfección la labor de relaciones públicas que exige su cargo y observa los gestos de las personas reunidas allí. Veinte años escuchando los deseos de buena suerte y prosperidad exactamente a la misma hora. Sonríen, alzan las copas y brindan con entusiasmo por el recién llegado, como si fuese a traer bajo el brazo la panacea para resolver todos los problemas. Alguien le besa al grito de ¡Feliz Año! Pero el nacimiento de este nuevo año no le provoca alegría, al contrario, la decepción anidó hace algún tiempo en su alma. La idea de que pasen otros doces meses sin luchar por sus sueños consigue estremecerla.
—No, ya no más... se acabó lo de vivir por costumbre, de este año no pasa — se dice a sí misma mientras acepta la invitación de un compañero para bailar.
—¿Qué tal Adriana, preparando la lista de buenos propósitos para este año?
—¿Y quién ha dicho que tengan que ser buenos? ¡Ay! Si yo te contara lo que estoy pensando... —Ambos se echan a reír mientras sus pies se deslizan por el suelo de mármol.
Aquarella 12/01/07
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