25
Jul

Como sombras de la luna

Teresa ©CRSignes1989

Derramé sobre su piel casi todo el recipiente para espolvorearlo después. Pareció gratamente sorprendida. “Nunca me he puesto esto. ¿Qué es? –Me dijo intentando entablar una conversación.
Me había seducido aquella muchacha de cuerpo voluptuoso y tez morena. Su pelo negro, recogido en una trenza, reflejaba el azul del cielo. La ingenuidad de su rostro contrastaba con la firmeza de su voz. Era como estrenar algo maravilloso de belleza salvaje. Trabajaba para mis padres, yo jugaba con ventaja, me debía obediencia, pero ella no se resistió a la seducción, pareció complacida.
Aquella mañana la besé. Fue un impulso correspondido en el acto. Renací al ver que su respuesta fue más que complaciente. Una mano menuda y morena alcanzó mi sexo aliviando su tensión. Tuve que contenerla. “Paso por tu choza esta noche, mulata mía”
Al separarnos, quiso obsequiarme con algo suyo, tomó mi mano y la introdujo en su sexo impregnándola de esencias. Un mundo de aromas me despertó la imaginación y los sentidos, acelerando el deseo.
Arropado por la oscuridad, atravesé los cultivos por el camino pedestre para reunirme con ella. Me aguardaba sentada en la puerta cubierta apenas por una sábana; su mirada se perdía en el horizonte. La tomé con violencia, no se resistió. Al soltarla sobre el camastro quedó desnuda. Me pareció pobre aquel escenario. Así fue que, sin mediar palabra, la cargué hasta mi habitación. A la luz de las velas le hice el amor. Quedó adormecida.
Sin hacer ruido, salí del cuarto, para regresar al instante con unos cuantos obsequios. Un traje digno de una señora, que mi madre había desechado; un jabón perfumado; y una pequeña caja de latón, hermosamente decorada, que al abrirla dejó escapar su delicado perfume de jazmín. Precipité sobre su cuerpo los polvos de arroz, no pude resistir la tentación de ver aclarar su torso: ¡las damas deben resaltar su palidez! Pero no funcionó. Sin mediar palabra, la tomé de nuevo, aquella acción me había excitado. Disfrutamos toda la noche, pero me cuidé de conminarla para que regresara a su cubil antes de que el sol saliera, o peor aún, pudieran verla conmigo.
No he renunciado del todo a sus encantos. Ella, aún está agradecida por mis atenciones, y me lo demuestra cuando se lo pido; pero cada cual tiene su lugar. Nuestro destino está tan unido como las sombras de la luna.

CRSignes 110108

free b2evolution skin
24
Jul

Cuatro cartas para una declaración. 2ª Parte

Ciudad de La Habana, 9 de noviembre de 2002

Gracias (¿me permites llamarte L…?)... ¿como es posible que una adolescente (con esto no pongo en duda tu madurez) pueda educar a dos personas mayores?... Mucho tenemos que aprender de ti. Y ahora para ti (que L… no lo lea... ¡es broma!) POR SUPUESTO QUE YO TAMBIEN TE QUIERO... tanto que me asusta (es una sana paranoia, no te alarmes)... me asusta no estar a tu altura, no ser lo que esperas, no compensar todo lo que deseas (please by gentile). ¿que puedo decir? que increíblemente estoy aquí un sábado otra vez escapado del trabajo para escuchar algo, que deseaba oír. ¿Que soy demasiado feliz?... por supuesto que lo soy, dejemos toda eso bobería cultural y machista SI, SOY FELIZ... DE ENCONTRAR EN ESTE PUÑETERO PLANETA UNA PERSONA QUE LE DE NOMBRE A LAS COSAS, SOY FELIZ POR EL SOLO HECHO DE SABER, QUE HOY NO ESPERAS ESTA CARTA. QUE CUANDO ABRAS EL CORREO LA ENCUENTRES Y SIENTAS LO MISMO QUE YO CUANDO LEI LA TUYA... pero no seamos melodramáticos, estoy buscando un lugar lo más barato posible para ti, no tengo por cultura recibir a nadie que venga de otro país (aunque seas tu) y eso me pone en una posición muy divertida, ¿que desea ella flores, champagne (champú)?... Ordena y obedezco... si, deseo dominarte, hacerte mía, llevarte a donde lo desees (y hablo literalmente) jugar contigo el más perverso de los sueños... volar.
Recuerda que soy una persona que sólo dice lo necesario (como Skinner), que no soporta dar vueltas como un tonto... ya he hecho demasiado ese
papel…

… En "Ghost in the Shell" se dice: Tengo una voz ahora necesito un cuerpo. ¿ya tengo tu voz...?

Este es un beso para que lo guardes en lugar seguro (lejos del alcance de los niños) es algo radiactivo (y no precisamente de uranio empobrecido)... rima, ¡he escrito un verso!

PD: ¿Que haces, que todavía no has respondido a esta carta? El lunes estaré aquí pirateando unos segundos... estoy un poquitín nervioso, lo mismo incluyo letras que las omito.

Benicassim, 10 de noviembre de 2002

Hola Ricardo:

Scully sigue flotando, desde que he abierto el correo.
Ella que está tan acostumbrada a desmontar todos los hechos paranormales que
se cruzan en sus investigaciones, está a punto de formar parte de uno de ellos.
Sí, debemos agradecer a L…), por la gran ayuda que nos ha prestado…

…¿Nunca te has visto incapaz de ayudarte a ti mismo? Este tipo de cosas suele ocurrir, tendemos a ver en negativo lo que nos sucede, por la falta de claridad que nos provoca un exceso de interés, que nos impide ver la realidad, ofuscada por los miedos de no conseguir lo anhelado. La preocupación es mala compañera. Por eso ocurre que
encontrarás muy pocas personas capaces de arreglar cuestiones personales. Y
sobre todo si son muy introspectivos, rara vez serán objetivos para ver la verdad, pues no confían en nadie, y acabaran sin conseguir nunca nada. Pero claro, para que este tipo de cosas funcione, es importante quien está detrás de la objetividad que se nos ha escapa. Y eso solo puede darlo la confianza. L… ha hecho conmigo, lo que yo he hecho siempre que ha querido con ella, me ha ayudado tanto, que le estaré eternamente agradecida, y lo ha hecho desinteresadamente, por que realmente me quiere, me aprecia.
Otros acogen la ayuda, y después no están ahí cuando los necesitas, no son capaces ni tan siquiera de escuchar, tus pequeñas cosas cotidianas. Simplemente no te escuchan....

…Estimado Ricardo, me tranquiliza saberte poseedor de las mismas dudas que yo tengo. Por suerte para nosotros, sabemos de las dificultades que nos podemos encontrar, y no andaremos con tonterías. La sinceridad para con nosotros mismos, es nuestra mejor baza. No me creas poseedora de idealizaciones imposibles de alcanzar, sería estúpido que ha esta altura de mi vida, fantaseará sobre manera. Todas las dudas que tenemos al respecto se pueden contrarrestar, con el conocimiento mutuo, no creo que ni tu ni yo seamos poseedores de ninguna quimera. Pregunta y yo contesto. No temas mis aspiraciones, pues parto del desconocimiento total de este tipo de asuntos. Así pues, todo lo que me encuentre será nuevo para mi .
Creo que si Scully sigue flotando de ese modo, si se descuida, pronto se encontrará a tu lado. Voy a ayudarle a poner los pies en tierra, aún queda un tiempo para alcanzar el momento de nuestro encuentro.
No debes esforzarte en nada, simplemente la mejor manera de agasajarme es con tu amistad, con tu cordialidad, con la de los tuyos, la de tus amigos, compartiendo conmigo (durante el tiempo que esté en Cuba), un poquito de tu vida…

…Pero recuerda que aún no puedo concretar la fecha exacta, ni de mi llegada
ni la de mi vuelta a casa.
Me pongo enteramente en tus manos, y recuerda estoy a tu entera disposición.

Skinner también habla cuando lo necesita, no tiene problemas para hacerlo, deseo estar a tu lado para dialogar, comentar cosas. Para poder conocernos de la forma más directa. Me dijiste un día, que tu comportamiento era distinto con el habla, que preferías comunicarte de ese modo, pues espero que tengas tiempo para hacerlo.
Deseo estar a tu lado, que me hables, que me cuentes todo lo que se te ocurra, y me sonrojes si es necesario, pero creo que te será difícil conseguirlo (ahora me hago la dura). Que me hagas partícipe de tus deseos, dándome lo que te plazca. Y deseo también, tenerte aunque sea un momento pendiente y obediente de mis requerimientos y deseos…

…Es increíble siempre se me hace tarde, y luego me quejo que no descanso lo suficiente, pero creo que como me satisface lo que estoy haciendo, no me supone ningún esfuerzo.

TE QUIERO Ricardo, por eso y después de haber puesto tu beso en buen recaudo, me preparo a enviarte el mío.
Mi beso es pequeño, pero fuerte; suave pero intenso; puro pero descarado; amistoso pero desenfrenado; comedido pero apasionado. El beso perfecto para cumplir con todos los deseos, con todas las facetas, con todos los compromisos. El beso que llevo desde que he leído tú carta ensayando, que me ha enseñado Scully, que por cierto aún está por ahí flotando.

Carmen

free b2evolution skin
24
Jul

Chiquitines

free b2evolution skin
22
Jul

Cuatro cartas para una declaración. 1ª Parte

Llevábamos casi año y medio escribiéndonos, desde aquel primer mensaje en el que me contaba que había ojeado el boletín literario en el que participaba yo llamado “Soterrània (Quaderns de Literatura)”, y que deseaba que compartiéramos colaboraciones. Y un año desde que después de la rápida contestación, volviera a escribirme. De la literatura, tema principal de nuestras cartas en un principio, pasamos a nuestras aficiones y gustos personales, comprobando que no éramos muy distintos. La cantidad de cosas que teníamos en común se convirtieron en el mayor nexo de unión. Casi sin darnos cuenta las cartas fueron distanciándose menos. Pasamos de escribirnos una vez al mes, a una vez a la semana, hasta convertirse en una necesidad diaria, que terminó por dominarnos hasta el extremo de que no tener noticias, o no recibir ni tan siquiera una nota, se transformaba en una tortura. Es momento de hacer referencia a las dificultades que tienen los cubanos para este tipo de comunicación, al alcance, hoy aún, de muy pocos. No había día que no nos escribiéramos. En todo ese proceso, me di cuenta de que comenzaba a sentir algo más que la amistad que nos unió en un principio; pero no era sencillo reconocer que la persona que despertaba en una los sentimientos más profundos, viviera a miles de kilómetros. Soy una persona decidida, planifiqué visitarle, antes incluso de que los sentimientos quedaran al descubierto. No hacía mucho que una tía mía había fallecido, y con un poco de dinero que me correspondió por la venta de su casa, me planteé ese viaje, la primera travesía que realizaba a un lugar tan lejano. Siempre he sido una mujer bastante complicada y racional con las relaciones, por eso sabía que si quería descubrir hasta dónde podía llegar en esa creciente relación, debería adentrarme en su mundo, conocerlo, verle, sentirlo a mi lado. Confiaba en que sólo con mirarle a los ojos todas las dudas desaparecerían.
Antes de dejaros con la correspondencia previa, y la que siguió a su respuesta ante mi declaración, para la que tendréis que esperar al menos un día contaros, como anécdota para que no os extrañe, que entre Ricardo y yo existiera una conversación paralela, en la que nuestra verdadera personalidad se escondía tras dos personajes de ficción, que surgieron de casualidad (empujados por la pasión hacia la X-Files, la serie televisiva), y que durante un tiempo sirvieron para centrar las búsquedas de documentación para el miNatura, aunque a esas alturas de nuestra correspondencia, era la excusa perfecta para racionalizar lo que nos estaba sucediendo, una forma de terapia de descarga. Él, como Skinner, y yo, como Skully, aparecemos constantemente en este juego, que iba camino de convertirse en la gran historia de amor, que aún protagonizamos. Obviaré aquellos pasajes que quedan fuera del contexto principal y motivo de este proyecto.

Benicassim, 7 de noviembre de 2002

Apreciado amigo.

Sé que entorpezco en tu vida con este insistente deseo mío de escribirte, de contarte, de referirte mis cosas.
He estado analizando, desde dentro, él por qué de este irrefrenable deseo que me empuja, que me obliga, desde el mismo instante en que comienza el día incluso antes de despertar: a escribir sin tener en cuenta tu tiempo; de hablar sin que me preguntes; de consumir horas de sueño por hablarte, por decirte, por contestarte. No es mi deseo agobiarte, ni saturar tu cabeza con mis ideas, con mis pensamientos, con mis pesares, mis miedos, mis esperanzas. Dentro de mi confusión por tantas cosas nuevas en mi vida, he descubierto que es tan grande la alegría de saberte a mi lado, era tanto el tiempo que, por lo visto y sin saberlo, buscaba una relación de esta forma (llamémosla como queramos, aunque siempre pondré por delante la amistad antes que otra cosa), que ahora tengo tanto miedo de perderte, que me entristece y deprime lo suficiente como para estar constantemente analizando, escaneando mi pasado, mi futuro y mi presente.
Por otro lado sigo dudando que realmente esto esté ocurriendo. Leo tus cartas y aún se me plantean dudas, y no comprendo por qué. Pienso que en cualquier momento despertaré de este sueño, con uno de tus simpáticos y agradables correos, en los que bromeando conmigo, me pides cosas del todo posibles para el miNatura, sin ninguna otra pretensión, salvo la de la cooperación que hasta ahora nos ha unido, aquella que nos ha ido acercando cada día más, y al finalizar de leerlo nada. Sigo como ves desconcertada. Ayúdame. Son tan cortos los momentos que conmigo compartes, tus
contestaciones tan escuetas; tus palabras y opiniones, tan importantes para mí, tan escasas, (perdona no quiero que parezca una recriminación, no lo tomes como eso pues no lo pretendo, es simplemente mi miedo, mi incertidumbre la que habla), que al final del día, cuando en la cama, intento conciliar el sueño, una idea se presenta frente a mí. Una idea que no me ayuda en absoluto. Un pensamiento que me habla de la posibilidad de que tu no veas las cosas como yo, no en cuanto a nuestra amistad, que creo que los dos tenemos muy asumida, sino a la intimidad, a las confidencias, a la confianza que te entrego, que deposito en ti todos los días. Vuelvo a repetir que si té molesta lo que estoy haciendo, si no tienes tiempo o simplemente te es indiferente lo que te cuente, me lo dices. No sé que me sucede, generalmente soy más segura, más decidida, y ahora me
encuentro indefensa, pues he descubierto en mi un punto flaco que creía superado….

…Por eso el hecho de pensar que por mi culpa, por mi atolondrado comportamiento, por mi pesadez, mis dudas, mi inseguridad, mis miedos, pueda de alguna forma, herirte, perderte, me quita el sueño.
Sí, llámame tonta, llámame como quieras, pero necesito, tal vez desearía leer algo más preciso, menos ambiguo, más concreto. Espero no estar pidiendo ningún imposible, deseo no meterte en compromisos no deseados.
Sigo pensando que ese alguien que supongo que tienes allá, te quiere tanto que defenderá su posesión con uñas y dientes. No me asustan los retos, no temo a los enfrentamientos pero si te planteas dudas con respecto a mí, pon a la otra persona por delante. No quiero que nuestra amistad, malogre una relación fructífera, con bases sólidas, hay muchas personas que no comprenden la pureza de intenciones que puede haber en una amistad bien llevada, nunca he comprendido por qué irremediablemente, se ha de mezclar el sexo en cualquier relación entre hombre y mujer…
…Quiero que comprendas que realmente esto te lo digo con toda la sinceridad del mundo, me dolería que sucediera alguna cosa que malograra tu vida irremediablemente por mi culpa, considero las relaciones como un bien escaso y muy apreciado como para dañarlas de algún modo.
Valoro nuestra amistad, tanto, tanto, TANTO, que antes la sacrifico para no hacerte daño estropeando, malogrando tu estabilidad emocional, por unos malentendidos fácilmente evitables. ¿De acuerdo?
No quiero ser pesada con ello, pero todo esto, que mientras lo escribía pensaba guardarlo para mí, y no enseñártelo, al final llegará a tus manos, pues como sabes me gusta dejar bien atados todos los cabos, no tener puertas abiertas, que me lleven a sitios inesperados o que dejen entrar sin saberlo, nuevas vías de confusión. Supongo que de esta forma, pues ahora que ya lo he escrito estoy más tranquila, consigo aunque parezca extraño e increíble, recuperar un poco la seguridad perdida.
Desaparece de este modo también de mi mente parte del temor que provocan los temas no zanjados, por lo inesperado de los acontecimientos que puedas encontrarte al no preverlos. Mis dudas o al menos aquellas que dependen de tu contestación a esta carta y las anteriores, ya son cosa tuya. Perdóname de nuevo, ya estoy obligándote, forzándote, a algo que a lo mejor no deseas, que además yo no soy quien para pedírtelo. Pero Ricardo, por favor hazlo por esta amiga que te quiere, como ya no imaginaba que podría querer a nadie…

…Difícil de superara un beso en los labios, tiene tantos matices, tantos sabores, tantas sensaciones imprevisibles y tantas consecuencias inesperadas.
Pero voy a intentarlo. Deseo enviarte un beso que llegue en el momento justo en el que abraces el sueño. Así, de esta particular manera, podrás además de presentirlo y de notarlo en tu cuerpo, percibirlo cuando acaricie tu espíritu, que se halla en ese momento despertando de su estado de letargo diurno. Un beso doble, para recordar de día en la mañana al retornar la conciencia al mundo, y para disfrutar de un descanso del que reclamará con esta acción, la dulzura, la ternura de unas experiencias oníricas, gratas y placenteras a la medida de tus deseos y de los míos.
Hasta pronto amigo mío.

Carmen

Benicassim, 9 de noviembre de 2002

Hola estimado Ricardo.

Espero que aunque sea por un momento, mañana, bueno según la hora española, hoy, puedas leer los mensajes que te he enviado, en especial este…

…Espero que me perdones los mensajes anteriores, tan obstinadamente, inseguros y pesados.
Muchas veces necesitamos que alguien nos abra los ojos ante las cosas que a pesar de afectarnos plenamente, no somos capaces de darnos cuenta de que existen.
Ricardo es difícil para mí decir lo que tengo que decirte, pues nunca he tenido ni la oportunidad ni el convencimiento de decírselo a nadie. Aún falta un tiempo para que te lleguen, si es que llegan, mis dos últimas cartas incluidas en los paquetes que te he mandado, en las que te narro parte de mi vida. Cuando las leas, comprenderás el por que de todo esto, o al menos eso creo.
L..., mi adorada niña, de la que ya te he hablado, ha estado todo el rato regañándome por lo que , según ella, injusta y cruelmente te estaba haciendo. Y estaba en lo cierto, pero no me daba cuenta. Me ha costado mucho explicarle el por qué de mi inseguridad, de mi miedo con respecto a ti, hasta que al final lo ha comprendido. No obstante me ha hecho prometerle, que esta misma noche te escribiría y te diría lo que realmente siento por ti, y que aún ahora y por los motivos que dentro de un momento te comentaré, me producen un temblor de dedos, una paralización de la respiración, y provocan que mi pulso se acelere. Es muy difícil decir lo que quiero decirte, no por que tenga dudas al respecto, pues estoy segura de mis sentimientos, sino por que no lo he dicho antes, jamás he tenido oportunidad de hacerlo, quizás por que nunca me he encontrado con la seguridad, con la certeza con la que ahora me encuentro.

Te quiero Ricardo.

Ya está, ya lo he dicho. ¿Qué sucederá ahora? Te preguntarás (y si no lo haces tu, yo si que lo hago, posiblemente todo esto que voy a escribir ahora, necesito escribirlo para aclararme yo misma, pero realmente espero que te sirva de algo), si lo tenía todo tan claro con respecto a ti ¿por qué no lo había hecho todavía?
Muchos de los motivos están incluidos en las otras cartas. Pero el primordial es ese al que ya he hecho mención. Solemos temer lo que desconocemos, y te puedo asegurar, aún a riesgo de que no me creas, que todavía no había amado a nadie. Tengo muchas facetas olvidadas o más bien reservadas en mi vida, por que mi forma de ser, me ha impedido o me han influido de manera, que no he sido capaz de aceptarlas o asumirlas.
El amor es una de esas partes que más he dejado de lado, los motivos, no estoy segura del todo, ¿o si?, quizá debería decir precisamente ese, la seguridad. No había nunca estado segura de nada a este respecto, eso lo podrás ver en lo que te cuento por escrito. Si bien las oportunidades que he tenido (todos los detalles están manuscritos) han sido más que escasas, tampoco yo he ayudado nunca para favorecer las oportunidades, no por que no haya querido (dejando a parte que no he tenido ni oportunidad ni suerte),
sino por que posiblemente he sido muy cobarde, como ahora, y no he sabido enfrentarme a mi misma. Por eso los últimos diez años he centrado mi vida por otro camino.
Es algo extraño de explicar, lo que busco, y por lo que tengo más miedos y me produce más incertidumbre y angustia. Vale que no nos conocemos lo suficiente, ¿y qué? tenemos tiempo, siempre que quieras…
Vale que nuestra amistad, tiene base suficiente para durar toda una vida, siempre que continuemos como hasta ahora, confiando el uno en el otro. Me siento extraña, confusa, asustada, por no encontrar algo concreto. Siempre, bueno siempre no, desde mi inexperiencia, que posiblemente muchos dirían que me incapacita para opinar (a pesar de ello siempre soy yo a la que buscan para dar consejos), he llegado a unas cuantas conclusiones, idealizadas tal vez, pero que para mi significan mucho en lo que yo espero y deseo de una relación. No espero ni florituras, ni gallardetes, ni violines. Simplemente busco para compartir mi vida, una vida que todo sea dicho no esperaba llenar ya de ninguna forma (el tiempo va cerrándote puertas insalvables por que se han
quedado anticuadas las llaves), alguien que no solo sea un compañero de alcoba, necesito un amigo, un cómplice, un amante que lo sea también de pensamiento, de ideas, de ilusiones, alguien en quién confiar y que a la vez confíe, alguien dispuesto a dialogar como lo hacen los amigos. Me he dado cuenta que las parejas mueren, cuando se rompe ese vínculo, supongo que está dentro de lo probable, pero muchas veces no hacen nada para evitarlo, y otras ni tan siquiera lo han probado, las afinidades que comparten suelen ser mínimas y casi nunca coinciden.
Y lo que es peor, esa confianza que quizá tuvieron en algún momento, al desaparecer, provoca el peor de los conflictos. Claro está, que si no lo pruebo no sabré nunca si habría podido ser o no, pero....
A pesar de todo sigo aún un tanto en la duda, puede que Scully lo tenga más claro, por que seguramente haya tenido muchas más experiencias, pero te puedo asegurar que Carmen, no.
Una cosa si que puedo ahora, después de todo esto decirte con toda la seguridad que me ha aportado esta confesión, ¡L… gracias cariño mío! (si no llega a ser por ella no lo hubiera hecho, y aunque esto salga mal, o no llegue a comenzar o al final algo falle, sé que me servirá para madurar sobre todo en este complicado mundo de los sentimientos que he dejado durante toda mi vida de lado).
Eres el primer hombre del que tengo claros mis sentimientos. Nunca antes, te lo aseguro, nunca, de ahí mis miedos, había estado yo convencida del cariño, del aprecio, del amor que siento.
Si Ricardo, lo digo otra vez, no puedo callarlo. TE QUIERO.

Scully al fin se ha armado de valor. No le importan los comentarios negativos; las burlas ante una situación del todo exenta de burla; los peros que le puedan comentar, por que no los ve, no existen; las imágenes distorsionadas de una realidad, que se palpa, y que intentan meterle en la cabeza de que la soledad a la que se ha sometido, le hace cometer locuras, que no se fíe.
Tiene muy claros sus sentimientos, sus deseos. Cree que lleva sola, esperando, buscando el suficiente tiempo, como para saber lo que quiere, lo que busca, lo que necesita. Nadie va a interponerse ahora en su camino. Ha comprendido que la vida es algo más que normas de conducta, que lo único que hacen es cohibirte el alma; disciplina, que tan sólo consigue agriarte el espíritu; que lo racional no está reñido con los anhelos; que la vida con un poco de magia, desarrollada en su caso en forma de amor, funciona mejor.
Se dejará por primera vez arrastrar por sus instintos, sin medida, sin recelos, sin prejuicios, pero con la conciencia tranquila, sabedora de la certeza, de la seguridad con la que cuenta ahora, de sus sentimientos, de ese "te quiero" que repite ahora, y que desearía repetir siempre.

Si amigo mío, lo digo otra vez te quiero.

Mis besos en esta ocasión no desean ocultar nada. Hace tanto que no beso que espero no haberlo olvidado. Aunque te lo envío por correo urgente, debo calmar mi ansia, desearía que tomaras la iniciativa, cuando puedas, deseo por unos momentos, no muchos no te hagas ilusiones (para mi en las relaciones todo es recíproco), sentirme
dominada, que seas mi dueño.

Estimado, adorado, apreciado Ricardo, amigo mío.
Hasta pronto.

Carmen

free b2evolution skin
18
Jul

La pudenta roja y negra

free b2evolution skin
13
Jul

Dos poemas para una separación

Trémulos

Por los trémulos movimientos
de tus manos
acariciando mi rostro,
me quedé prendida
por siempre de ti.
De tu aroma,
de tu risa,
de tu mirada,
de tu voz también trémula
en ese primer instante
que me hizo comprender
que yo era para ti.
¡Que tú eras para mi!

En ese primer encuentro,
vibramos los dos
al mismo acompasado tiempo,
desconocedores
quizás aún,
de la intensidad de nuestro amor.
Vibramos entonces
al igual que ahora mismo
al recordar lo vivido,
por saberte
tan alejado en la distancia,
pero tan próximo
en mis adentros,
tanto,
que provoca constantemente
que todo mi cuerpo arda,
que todo mi ser tiemble a un tiempo
como aquel primer momento,
mágico e inolvidable,
de nuestro primer beso de amor.

Manos

Manos fuertes.
Manos trémulas.
Manos firmes.
Manos que acarician tenazmente.
Manos suaves.
Manos expertas
conocedoras de los roces del placer.
Manos que hablan.
Manos siempre dispuestas a complacerme.
Manos calladas.
Manos discretas.
Manos que entiendo.
Manos que busco
constantemente entre las mías.
Manos hábiles
entre mi entregado cuerpo.
Manos sinceras
que recorren sinuosamente mis senos.
Manos despiertas
que me saben proteger.
Manos impregnadas
del aroma de mi sexo.
Manos que quiero,
que necesito,
que deseo...
... tus manos,
manos que adoro,
manos que imploro,
manos que añoro,
manos que espero
volver algún día,
entre las mías tener.

Vuelo La Habana-Paris-Madrid madrugada del 2 al 3 de febrero de 2003

free b2evolution skin
12
Jul

Cosas que contarle a... Monelle. Presentación.

Presentación

¿Quién mejor que mi "Alter ego": Monelle para que sirva de nexo de unión con vosotros los lectores?

Como quiera que los principios de mi relación con el que es mi esposo Ricardo Acevedo, no fueron sencillos; como es conocido por muchos que en los comienzos de la misma, la distancia fue nuestra principal dificultad, seguida del tiempo (el poco que podíamos compartir y el mucho que nos alejaba); en este recorrido —una carrera de fondo con obstáculos que hicieron aún más complicada nuestra unión definitiva—, hubo tiempo para el conocimiento y las muestras de cariño escritas, que han dejado en nuestras vidas —ya de por sí marcadas por la literatura—, una huella imborrable y llena de matices que van del apasionamiento, a la melancolía; de la tristeza al absurdo, aunque siempre impregnadas de amor.
Quiero estrenar esta sección —la más personal e íntima de todas—, para volcar allí todos esos sentimientos (de uno y otro lado), que han fortalecido los cimientos de lo que hoy sigue siendo la más bella historia de amor que jamás habíamos conocido. Puede que suene cursi, pero sigo sintiéndolo así.

Todos los textos que aquí aparezcan se han resistido a salir en público (si bien algunos han sido publicados ya), por el pudor que ambos hemos sentido en todo lo nuestro, esa comunicación que se lleva más allá de los límites establecidos, y que en muchos casos, tan sólo los amantes que han experimentado una vivencia similar, pueden comprender. He de suplicar vuestro buen criterio, a la hora de valorar estos escritos, realizados más con el corazón que con las premisas literarias. Son textos surgidos en el desespero de un instante perdido, o la emoción del ya vivido, por lo que la calidad es y será siempre, más humana que de otra forma.
Espero que os gusten.

Comenzaré, no por el principio de la misma, sino que me adentro un poco más allá, con la impresión que causó en mi, esa primera separación. El duro momento que ya en el avión de vuelta a España, me provocó la incertidumbre del cuándo volveríamos a vernos, que deseaba que fuera ya, y de la impresión más que confirmada de que había hallado a la persona con la que deseaba compartir el resto de mi vida.

Esta primera entrega podría titularse:

Dos poemas para una separación.

free b2evolution skin
11
Jul

La higuera

free b2evolution skin
11
Jul

Los higos pintados (Mimos) de Marcel Schwob

“Esta jarra llena de leche será ofrecida a la dulce diosa de mi higuera. Todas las mañanas verteré leche nueva, y, si complace a la diosa, llenaré la jarra de miel o de vino puro. Así la veneraré desde la primavera hasta el otoño, y si una tormenta rompe la jarra, compraré otra en el mercado de los alfareros, aunque la arcilla esté muy cara este año.

A cambio, ruego a la dulce diosa que preserva la higuera de mi jardín que cambie el color de los higos. Eran blancos, sabrosos y azucarados, pero Iolé se ha cansado de ellos. Ahora desea higos rojos y jura que serán mucho mejores.

No es natural que una higuera de higos blancos, dé higos rojos en otoño, sin embargo Iolé lo quiere así. Si he sido devoto con los dioses de mi jardín, si les he trenzado coronas de violetas y les he ofrecido aguamaniles llenos de vino y leche, si he agitado amapolas para ellos a la hora en que el sol besa la crestería de mis murallas entre las nubes de moscas que se apoderan del aire de la noche, si soy digno de su amistad por mi religión, haz, oh, diosa, que florezca tu higuera con higos rojos.

Si no me escuchas, no dejaré de venerarte con jarras frescas pero me veré obligado a levantarme al alba, en la estación de los frutos, para abrir sutilmente todos los higos nuevos y pintar su interior con la bella púrpura de Tiro.”

Marcel Schwob (Chaville, Hauts-de-Seine, 1867 – París, 1905)

free b2evolution skin
10
Jul

Michael Parkes

free b2evolution skin
10
Jul

La madre dormida

La tierra húmeda dejaba escapar sus aromas, al tiempo que el sol se abría camino hasta el suelo.
En las manos de Kirke, pendía un mechón de los cabellos de su hija. Las lágrimas se acumulaban a sus pies.
Los árboles orquestaban su música, que por momentos sonaba con violentos choques, para pasar después al calmado susurro de las hojas. Desconcertados sones en el oído de una madre, que no comprendía nada. Las gotas al caer, vacilantes en los árboles, aumentaban más en Kirke el desasosiego. Retornaba a su memoria, el galopar de las caballerías que acompañó al momento en el que Siisike fue arrebatada de su lado.
Un torbellino perturbó la paz.
Mientras el sol, dejaba sentir sobre su piel el tímido calor de la primavera, un escalofrío parecía contradecirlo, el mismo que notó la primera vez, que Tarmo le puso la mano encima.
¡Tarmo! El hijo genuino de su hermana, tan difícil de domar que lo dieron por perdido en su niñez. Se lanzó al mundo, recién cumplidos los diez años de edad; guardó en su mente el suficiente rencor, como para pedir cuentas a aquellos que habían intentado lo imposible por amarlo, removiendo en su memoria, todas las barrabasadas e incontables suplicios, que por lo visto no consideró suficientes.

Kirke, acababa de cumplir 35 años, se encontraba bañando a su hija en el riachuelo helado, que marcaba el linde de su casa, cuando Tarmo, la sorprendió; veinte años de desbocado carácter, alevosía de hormonas, mezcladas con una total falta de decencia. Intentó introducirse en el cuerpo desprevenido de su tía, que logró escapar de sus garras y le conminó para que no regresara jamás. Pero Tarmo, herido en su orgullo, sin dejar de mirar a la inocente Siisike, desnuda sobre las aguas, juró que regresaría al tiempo que aquella niña se convirtiera en mujer, y nada ni nadie podrían impedir que se la llevara.

Tarmo desapareció galopando, y Siisike con él. Debieron salir del planeta, pues nunca se supo nada más de ellos.
Kirke miró el rostro del operario pero sin verlo, había tomado una decisión. El mundo no era nada sin su hija, y dejó escrito que la devolvieran a la vida si regresaba.
Se acercó el mechón de Siisike al rostro, y el aroma del azahar se la devolvió por un momento. Esa fue la última vez que la tuvo presente antes de ser criogenizada.
CRSignes 310106

free b2evolution skin
8
Jul

El juglar de Marc Chagall

free b2evolution skin
7
Jul

Laura

Cuando salía a escena, Laura acaparaba la atención de todos. Pero su belleza no era la única particularidad que la hacía destacar. Poseía un magnetismo mágico que era capaz de desviar la atención sobre el defecto que la eclipsaba. Por que Laura, no era perfecta. Podría haber encauzado su vida alejada de los escenarios, pero un gran secreto la perseguía. De haber sucumbido a las ofensas y prejuicios, se habría dejado guiar por la desesperación. Vivió de limosnas y pequeños hurtos, hasta que la suerte la sacó del arroyo. No debía tener más de quince años, cuando cierto caballero reparó en ella; la vio en uno de esos momentos especiales, en los que Laura empezaba a sentirse mujer resaltando sus encantos. Sabía peinarse y sus ropas, aunque humildes, la ayudaban. Temió el rechazo del caballero, que intentaba ayudarla. Durante el almuerzo supo persuadirla; le habló de bambalinas, aplausos, admiradores, luces y trajes brillantes. Laura, fascinada, descuidó su pose, y entonces él la vio.
-Disculpe, debí decírselo.
-Esto cambia las cosas. Sígueme. -La guió hasta las afueras de la ciudad. -No temas, para hacerte algo debería acostumbrarme a “eso”.
Se refería a su deformidad; la perfección se perdía en la otra mitad de su cuerpo: gestos dulces y boca voluptuosa dejaban paso al más desagradable de los rictus. Era como si le hubieran golpeado con saña.
-No quiero ser cruel contigo, pero con ese rostro -entonces ella le mostró su brazo, que semejaba la zarpa de un felino -Difícilmente podrás triunfar en mi teatro. Pero mira, allí tienes futuro.
El charlatán de la entrada llenaba la caseta. Aparecía en penumbra, mostrando su lado bueno, para cambiar, cuando más confiados estaban los presentes, al aspecto bestial que la identificaba como “La mujer pantera”. Durante diez minutos, dejaba que la observaran, que se asombraran y asustaran de la fiereza fingida que el espectáculo le obligaba a simular; diez minutos, siete veces al día. El resto del tiempo lo dedicaba a arreglarse, intentando el acercamiento con todos los hombres con los que se cruzaba. Un arma de doble filo. La mayoría de las veces, salían espantados de su dualidad; rara vez conseguía una amable sonrisa; en otras se debatía por esquivar los ataques de individuos obscenos, y era entonces, en su defensa cuando no recordaba nada.

El circo permanente situado a la salida de la ciudad, era de fácil acceso, todos lo conocían. En una senda no muy alejada de él apareció la primera de las víctimas.
Las alarmas se dispararon, aquel hombre había sido atacado por una fiera. Todas las miradas se volvieron hacia el circo, pero a criterio de la policía, con una primera inspección despejaron todas las dudas. De sobras era sabido, que el ambiente circense no tiene buena fama, pero bajo aquellas carpas y casetas todo era transparente, ni tan siquiera tenían animales salvajes; unos cuantos caballos y perros domados hacían las delicias de los niños y en cuanto a su gente, los diez años de convivencia en el mismo lugar los avalaba. Fuera quién fuese el causante del asesinato, desapareció. Pasados varios meses, casi nadie se acordaba del asunto.
Laura era feliz, por vez primera tenía un amigo.
-No te fíes pequeña, -le dijo el director del circo -los hombres son traicioneros.
-Don Luís, esté tranquilo. Confío tanto en él, como en usted.
-¿Y sabe ya lo tuyo?
-Hoy se lo cuento.
Dos horas más tarde regresaba llorando y desaliñada. Sus ropas raídas daban cuenta de haber sufrido algún tipo de ataque.
-Laura, ¿qué sucedió?
-No quiero hablar de ello.
-A mi me lo puedes contar.
-Ha sido terrible, -habló entre sollozos -el muy lascivo, me dijo que le daba asco, luego intentó agredirme. Yo no comprendía nada, me defendí y salí corriendo.
Aquella noche casi no descansó. Por la mañana, una patrulla de la policía irrumpió en su carreta sacándola a la fuerza al tiempo que la interrogaban.
-Pero ¿qué significa este atropello? -Don Luís se interpuso entre Laura y los oficiales de policía.
-Hemos venido a detener a su chica. “La mujer pantera” es el asesino que andamos buscando.
Don Luís, tomó los débiles brazos de su pupila y se los mostró a los agentes.
-Puede que el aspecto les asuste, el maquillaje ayuda, pero esta niña, no tiene fuerzas. Miren este brazo está muerto, totalmente atrofiado.
Pero igual se la llevaron. De camino a la comisaría preguntó:
-Exijo que me digan por qué me detienen.
-Por que en aquel camino encontraron anoche totalmente destrozado, como el hombre que apareció hace unos meses, el cuerpo sin vida del joven con el que te vieron ayer. Vas a tener que darnos muchas explicaciones.
-Nos dijeron que ayer regresaste al circo como si te hubieras peleado. Confiesa, dinos cómo lo hiciste.
No le salían las palabras, realmente no recordaba nada de lo sucedido. Tuvo miedo de que no la creyeran y calló.
-Seguro que encontramos pruebas en tu contra.
Pero por más análisis que realizaron tanto a ella como al joven asesinado, nada encontraron que la incriminara, y no tuvieron más remedio que soltarla.
Al salir la esperaba una masa de gente que la recibió con frases ofensivas. El comportamiento agresivo de alguno de los presentes la aterrorizó.
Ni los suyos la respaldaron, se dio cuenta de que sólo podía confiar en Don Luís. Se abrazó a él llorando.
-Debo confesarle que no recuerdo nada. ¿Y si fui yo? Cerca de dónde lo encontraron sucedió todo.
-Ahora comprenderás lo que te dije. No te fíes de nadie.
Nuevamente el tiempo borró las huellas del asesinato, pero en esta ocasión nadie parecía querer olvidar, y Laura, se sintió acosada. Cuando salía a la función, los rostros que la observaban, parecían buscar entre sus gestos, alguno de culpabilidad, pero cierto día se cansaron. El público dejó de asistir al circo y fueron sus propios compañeros, quieres exigieron su partida. Pese a la negativa de su protector, no tuvo más remedio que marcharse.
Fue entonces que el terror se apoderó de la región. No había día que no apareciera un cuerpo desmembrado, y todos mantenían la misma similitud: una fiera les había arrancado la vida.
La policía, buscó a Laura sin éxito, parecía que se le hubiera tragado la tierra. Hasta que un día se la vio vagar desorientada, como ida.
Se lanzaron contra ella, que no ofreció resistencia, y sin que nadie lo impidiera, la ajusticiaron. Su cuerpo pendía de una soga, cuando apareció Don Luís.
-¿Qué habéis hecho? No fuisteis capaces de ver su belleza, su encanto. Ella nunca le hizo mal a nadie.
-Pero mírela, tiene la culpabilidad marcada en el rostro, en su cuerpo.
-¡Fui yo! La amaba. Pero no llegó a comprenderme. Quiso delatarme y mirad lo que le habéis hecho. Pagaréis con vuestra vida.
Pero antes de que pudiera saltar, sobre una nueva víctima, la policía lo detuvo de un certero disparo.
Entre sus pertenencias, encontraron una cuchilla con la que simulaba unas garras, y entre sus ropas, las pocas pertenencias que Laura portaba cuando la encontró.

Aunque también pudo suceder de esta forma. Que cada cuál seleccione su final. La fantasía nos permite esto y más.

La policía, buscó a Laura sin éxito, parecía que se le hubiera tragado la tierra. Hasta que un día la vieron vagar desorientada, como ida.
Se lanzaron contra ella, que no ofreció resistencia, y sin que nadie lo impidiera la ajusticiaron. Su cuerpo pendía de una soga, cuando apareció Don Luís, que agazapado detrás de unas rocas, observó horrorizado la escena sin ser capaz de actuar. Más tarde, cuando le trajeron el cuerpo de su pequeña para que se hiciera cargo del sepelio, tuvo que contener su rabia.
-¿Qué habéis hecho? No fuisteis capaces de ver su belleza, su encanto. Ella nunca le hizo mal a nadie.
-Pero mírela, tiene la culpabilidad marcada en el rostro, en su cuerpo.
Muy amablemente lo recogió entre sus brazos y se despidió de todos. El circo, según les dijo, iba a trasladarse muy lejos de allí.
Un año más tarde, faltando pocos días para el aniversario de la muerte de Laura, unos jóvenes encontraron, medio oculto tras un árbol, un cuerpo destrozado, irreconocible.
La policía no quiso alarmar a la población pues parecía que la bestia, inexplicablemente, había regresado. Cuando la investigación llegó a oídos de los vecinos, ésta se había alimentado ya de los rumores, temores irracionales y supersticiones de unas gentes que comenzaban a sospechar, que quizás se habían equivocado, que aquella muchacha era inocente. La investigación fue abandonada varios meses más tarde por falta de pistas que les llevaran a la solución del caso, pero tuvo que reabrirse cuando nuevamente, a pocos días del segundo aniversario del asesinato de Laura, un cuerpo desmembrado fue encontrado cerca del antiguo emplazamiento del circo. Y se alimentó la leyenda.
Dicen, ahora que van por la quinta de las víctimas, que ya nadie se atreve a salir a la calle cuando se acerca el 30 de julio. Hay quienes afirman haber visto un enorme felino, merodeando por el bosque; y los que aseguran haberse cruzado con la muchacha; pero nadie se ha percatado de un simple detalle, un gran ramo de flores pendido de la misma soga y en el mismo lugar en el que fue asesinada “La mujer Pantera”.

CRSignes 300907

free b2evolution skin
7
Jul

Columbretes, unas islas para soñar 2

free b2evolution skin
3
Jul

Entonces de José Antonio Ramos Sucre

Sueño que sopla una violenta ráfaga de invierno sobre tus cabellos descubiertos, oh niña, que transitas por la nevada urbe monstruosa, a donde todavía joven espero llegar, para verte pasar. Te reconoceré al punto, no me sorprenderán tu alma atormentada y exquisita, tu cuerpo endeble ni tu azul mirada; he presentido tus manos delicadas y exangües, he adivinado tu voz que canta y tu gentil andar. El día de nuestro encuentro será igual a cualquiera de tu vida: te veré buscando paso entre la muchedumbre de transeúntes y carruajes que llena con su tumulto la calle y con su ruido el aire frío. La calle ha de ser larga, acabará donde se junten lejanas neblinas; la formará una doble hilera de casas sin ningún intervalo para viva arboleda; la harán más tediosa enorme edificios que niegan a la vista el acceso al cielo. Lejos de la ciudad nórdica estarán para entonces los pájaros que la alegraban con su canto y olvidado estará el sol; para que reine la luz artificial con su lívido brillo, la habrán sepultado las nubes, cuyo horror aumenta la industria con el negro aliento de sus fauces.

Entonces y allí será la última hora de esta mi juventud transcurrida sin goces. Habré ido a experimentar en la ciudad extraña y septentrional la amargura de su despedida y el desconsuelo de su eterno abandono. Para sufrir el ocaso de la juventud ya estaré preparado por la partida de muchas ilusiones y el desvanecimiento de muchas esperanzas. En mi memoria dolerá el recuerdo de imposibles afectos y en mi espíritu pesará el cansancio de vencidos anhelos. Y ya no aspiraré a más: habré adaptado mis ojos al feo mundo, y cerrado mi puerta a la humanidad enemiga. Mi mansión será para otros impenetrable roca y para mí firme cárcel. Estoico orgullo, horrenda soledad habré alcanzado. En torno de mi frente flotarán los cabellos grises, cual la ceniza de huérfanos hogares.

De lejos habré llegado con el eterno, hondo pesar, el que nació conmigo en el trópico ardiente y que me acompaña como conciencia de vivir. Un pesar no calmado con la maravilla de los cielos y de los mares nativos perpetuamente luminosos, ni con el ardor ecuatorial de la vida, que me ha rodeado exuberante y que sólo en mí languidece. Los años habrán pasado sin amortiguar esta sensibilidad enfermiza y doliente, tolerable a quien pueda tener la única ocupación de soñar, y que desgraciadamente, por el áspero ataque de la vida, es dentro de mí como cuerda a punto de romperse en dolorosa tensión. La sensibilidad que del adverso mundo me hace huir al solitario ensueño, se habrá hecho más aguda y frágil al alejarse gravemente mi juventud con la pausada melancolía de la nave en el horizonte vespertino.

Al encontrarte, quedaremos unidos por el convencimiento de nuestro destierro en la ciudad moderna que se atormenta con el afán del oro. Ese día, demasiado tarde, el último de mi juventud, en que despertarán, como fantasmas, recuerdos semimuertos al formar el invierno la mortaja de la tierra, será el primero de nuestro amor infinito y estéril. Unidos en un mismo ensueño, huiremos del mundo, cada día más bárbaro y avaro. Huiremos en un vuelo, porque nuestras vidas terminarán sin huellas, de tal modo que éste será el epitafio de nuestro idilio y de nuestra existencia: pasaron como sonámbulos sobre la tierra maldita.

José Antonio Ramos Sucre (1890-1930)

free b2evolution skin