Seguimos jugando 4. Por Ricardo Acevedo y CRSignes
"Notas para un Storyboard"
En medio de toda la soledad
me hundo en tus recuerdos
que llegan a mi como “Deja Vù” en vivo
voces (como psicofonías) no aterradoras palabras
sino risa y pasión
ya que no te escondes en el éter
y no llegas a través de un médium
no eres ninguno de los Arcanos (mayores o menores)
y los caracoles están mudos
quizás siguiendo la línea (de tus senos)... no la de tus manos
llegaré a tu rincón de ensueños
"¡Pobre, Loco!”. Dicen brujos y chamanes
"Persigues una leyenda", me dijo el anciano de la montaña
mientras me hundía en el desierto de brillantes gemas
ahora que renuncio al oasis y su sombra
que el dátil me es amargo
hasta mí llega tu perfume (que puede diferenciar entre los que contaminan el mercado de especies)
"Sí, paso por aquí", dicen picaras las huríes del sultán
y no apareces ni en pasaportes, ni en los bajos fondos
la INTERPOL desconfía: "Es un hombre enamorado"
conciertos de rock, predicadores de TV (no hay huellas en las telenovelas)
busco entre viejas actrices del pasado
una de ellas (¿la Dietrish?)
me confía de una torre de libros... un refugio para sueños expatriados
ya estoy aquí...
... y voy a abrir la puerta.
A ti mi amor (aunque mereces mucho más)
©Ricardo Acevedo Esplugas 2005
En El Deseo (De Cómo Perderse Entre Murmullos, Sonidos E Imágenes De Las Cosas Que Nos Unen)
Una corriente de aire fresca,
un chirrido penetrante,
un encuentro entre las sombras
como en un viejo film de espionaje o de gansters,
besos silenciados por los disparos repetitivos
de algún reproche oculto,
palabras dulces para sanar la herida.
Luz y sombra, contraste extremo.
Sobre saturados matices,
un flash que no dispara,
sobrillas, carmín rouge,
grandes lazos negros, sobreros de ala ancha,
vuelven los disparos de la Thompsom.
Cambiando de canal
reaparece la sombra de los clásicos
que embelesa en imágenes
de la aventurada infancia,
de los patios del colegio,
de las tardes de temprana noche,
“…ven pronto a casa…”,
de los veranos de calles que no se acaban,
convertidas en escenarios
de todas las batallas.
Imágenes de ídolos perdidos,
selvas falsas, grandes monos amaestrados,
y héroes indiferentes y osados
convertidos en niños acelerados,
“cómete el bocadillo, antes de las diez en casa”.
El golpe seco en la pared desprotegida,
anchura desprovista de decoro,
invasión deseada.
A trompicones se abre camino y busca.
Encuentra su Marlene, su Rita, su Marilyn…,
a golpe de cinematógrafo,
escudriñando en el contraste,
en las bobinas perdidas,
en las escenas cortadas,
recupera escenas censuradas,
“¡Corten! Positiven”,
y a vueltas con la música
del correr de las cintas en la máquina,
se aferran el uno al otro y no paran,
es el juego mal entendido
de las películas de infancia,
subido de tono, agradable,
sensual, disparatado.
Mañana jugarán otro distinto,
la intensidad crece,
tal vez se pierdan entre peplums,
o esquiven a Godzila saliendo del agua,
quizás prefieran acariciarse en el circo de los monstruos
o sentir la angustia en blanco y negro
de una noche con los muertos.
Caricias en los pechos
“no apartes la vista de la pantalla”,
ella agradece como sabe,
sabe lo que es de agradecer,
besos, luego Calígula, La naranja mecánica,
el morbo está servido…
la pasión crece…
ya no aguantan más y allá mismo…
que más dará
no hay nada que les impida ser dueños de si mismos.
Pero se levanta.
Lo deja con la miel en los labios,
se aleja y cuando más desconcertado está él,
cierra esa puerta que aún permanecía abierta,
y regresa al juego…
olvida las instrucciones
no hay quién pueda normalizar el amor.
©CRSignes 2005