Venus al desnudo
La música como fuente de inspiración, uno de los relatos que rescato de los fondos de este blog para ser redescubierto. Espero que guste. Tengo pensado subir todos los que han sido inspirados por canciones que me gustan y este es el primero.
VENUS AL DESNUDO
I am tired, I am weary
I could sleep for a thousand years
A thousand dreams that would awake me
Different colors made of tears
(Venus in furs- Velvet underground and Nico)
Camina sin perder detalle de la cuerda que le rodeaba las muñecas. Se arrodilla. El pene, en su apogeo, se muestra a la altura de su boca. Después deja que la sodomice. Gozó, para qué engañarse. Bérénice creía amarlo a cada instante, con cada humillación. Aflojó la cuerda y masajeó sus muñecas hasta recuperar la circulación sanguínea. “Estoy cansada, ¡harta!…” Salió, tenía una cita. Al otro extremo de la casa, Gilbert complacía sumiso a su esposa, mientras unos hijos reían por la falta de talento de un padre que no sabía imponerse.
Era mayo del 68 y París ardía bajo una irreverente anarquía.
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No acostumbro a avasallar pero quedé cautivado en la profundidad de tu mirada. Podría dormir durante mil años… y al abrir los ojos allí estarías tú. Irrumpiste en mi vida como un vendaval. Conquistaste mi confianza. Descubrirte fue encontrarme. Sin rumbo me dejé varar hasta tu puerto bajo el yugo de tu voluntad. Mientras arrastro mi cuerpo hasta relamer la suela de tus zapatos negros de charol, te miro. Luego, dejo que me pisotees con tus tacones altos. Un millón de sueños me despertarían… pero ninguno como observar tu rostro mientras balanceas el látigo dispuesta a fustigarme. Intercambiamos los papeles. ¡Oh Berenice!... ¿Cómo dejar que otros te infligieran daño, cuando lo que deseaba era darte mi dolor?
Líderes emblemáticos de la revolución estudiantil y manifestantes, son arrestado e interrogados después de una brutal carga policial. Sus protestas dan la vuelta al mundo.
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El local esconde, entre la penumbra y el humo del tabaco y la grifa, los intentos de Bérénice por hacerse oír. El clamor que llega desde la calle, de carreras, golpes y gritos, juegan en su contra. Ha decidido dejar a Gilbert, seguir su vida. Habla mientras le cae una lágrima. Lagrima gris del desconsuelo. Deja atrás los colores de otros llantos. Diferentes colores hechos de lágrimas... En la calle la soledad pinta de azul su rostro. No puede esquivar los golpes y la detienen. El negro de la rabia resbala por sus mejillas. No quiere nuevamente dejar salir de sus ojos el marrón de la sumisión y es el blanco el que la ampara; pura inocencia que migra en rojo sobre su cara perversa. Ha encontrado lo que buscaba. Ahora le toca a ella. Que otro marque en púrpura su cuerpo.
CRSignes 090508
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