27
Mar
El rescate de la princesa
El caballero se detuvo. Su paso se vio interrumpido por un enorme muro de piedra. Algo sucedió, tuvo un impulso irreprimible y agarrando las riendas de su corcel, picó de espuelas y se abalanzó contra él. El choque era inevitable, pero en el instante mismo en el que su loca cabalgada alcanzó la sombra del muro, éste desapareció dejando al descubierto un abismo por el que se precipitaron jinete y corcel.
El mago se vanaglorió ante la agudeza de su ingenio; la princesa, en su cautiverio, lloró ante la ineptitud de sus rescatadores; y el rey se lamentó por la pérdida de otro de sus hombres.
CRSignes 2003
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