6
Mar

Deconstruyendo a Caperucita

Las hojas de prensa dibujan el sendero recorrido con pasos ligeros, mientras canturrea una inocente tonadilla. Esquivando charcos, pinta en sus bordes las huellas que le acercan a su destino. El tropiezo casual, bella y bestia cara a cara, no lo hubiera sido tanto, si retrocediendo en el tiempo, se hubieran percatado de un primer encuentro fortuito, e inoportuno.

— ¡Ridículo!
— ¿Me habla a mi?
—No preciosa, sigue tu camino y no molestes. —Le dice mientras guarda el móvil en su bolsillo.

Los nudillos desnudos han golpeado mil veces la puerta que no se abre.
Nuestra Caperucita, menos inocente que la del cuento, insinúa una sonrisa al avispado lobo que aguarda la llegada de la ingenua. El temporizador se para, la luz pronto se apagará.
El teléfono suena:

— ¿Aló!... Otra vez tú. Que me dejes te he dicho.

Apenas si susurra en la escalera, parece que no quiere que le oigan.

—Me necesitas.
—Es pronto aún, márchate. —Le contesta, pero él no reacciona ante la adversa respuesta. En cambio, la niña curiosa no aguanta más, y estirándole de la chaqueta le interroga:

— ¿Viene a ver a mi abuela?
—Ella no quiere verme. Puede que tú tengas más suerte. Toma, dale esto. —Contesta sereno.

Introduce un objeto por el lateral del canastillo.

— ¿Puede golpear la puerta por mi? Usted es más fuerte.

La luz se apaga al tiempo que suenan los primeros golpes.

—Abuela, soy yo. Ábreme.

La luminosidad que se cuela por la rendija de la puerta deja ver la cesta que la niña le entrega.

—No puedo dejarte pasar pequeña. —Dice mientras se inyecta.

La asistenta aprieta el botón. Antes de retirar el cubo y la fregona, se percata de los rastros que ensucian su trabajo, una hora de faena desperdiciada por la ennegrecida huella de los pasos ocultos. Retorna a humedecer el suelo embaldosado, dibujando nuevamente la senda de prensa escrita. El temporizador de la luz comienza la cuenta atrás, pero ese ir y venir durará poco. Posiblemente hasta que Caperucita se encuentre con el lobo, o el lobo invada la casa de su abuelita.

CRSignes 141208

Fuente imagen: Caperucita roja. Acrílico 2006 ©Marcelo Bordese (Argentina) Extraído de: http://www.artebus.com.ar/bordese/

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