27
Feb

El “más difícil todavía”

A Alexander Poliakov por esa amistad que rompe las distancias

Los pies se deslizan por la tensionada cuerda. De un extremo a otro del poste, traspasa una y otra vez dejando que el miedo crezca entre los espectadores con su temerario comportamiento que desafía a la suerte, por que Alexander Poliakov rechazó la red.
El “más difícil todavía” es parodiado en la pista por los hermanos Flanetti, que intentan contrarrestar la tensión del momento, con sus cómicos trucos al tiempo que cruzan los dedos para que todo salga bien.
La actuación concluye con éxito; la función finaliza; el lacónico jefe de pista despide a la concurrencia; todos desfilan al compás de la marcha circense que no cesa hasta que el último de los espectadores abandona la carpa.

Has perdido el respeto por la vida… ¿por qué?

Poliakov entra en su roulot y pone a calentar agua. Katrina insiste. El fantasma de la fallecida relación, resurge dentro del habitáculo que fue testigo de ella y viceversa.

No piensas contestarme. Todos dependemos del espectáculo. Pero ¿quién te has creído?

El agua entra en ebullición y la derrama en el samovar para macerar la sutil mezcla de tés orientales. Sobre la bandeja deposita el recipiente caliente junto a las tazas y los azucarillos. Con portentoso equilibrio la sujeta sobre uno de sus dedos, mientras con la otra mano toma a Katrina que le sigue hasta la carpa. Ya no hay luz en escena, en la oscuridad le sirve una taza, ella no habla, él la mira mientras suspira.

¿Dónde nos lleva todo esto? —pregunta ella.
¿Qué más esperas de mi? —Katrina no medita la respuesta.
De ti, ya nada.
Desafío a la muerte para saber que estoy vivo. No hay existencia sin ti. La soledad asusta.

Alexander salta sobre la improvisada mesa. Sus compañeros le miran sin osar acercarse. Rápido ha trepado en el poste de la luz. El versado funanbulista ahora tiene un pie en el cable y otro en el poste. La mira y aguarda una reacción por su parte, pero no llega. Pisa en falso y cae. Todos los esfuerzos de sus compañeros resultan infructuosos, su pulso se debilita. Los hermanos Flanetti aguantan las lágrimas, intentan desdramatizar el momento, pero la sonrisa sale forzada.
La música suena; la voz del jefe de pista da comienzo al espectáculo, la función debe continuar. Los payasos, con sus trucos, desafían “el más difícil todavía”.

CRSignes 180209

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