Los primeros juegos
Hoy he querido rescatar los dos primeros juegos que hicimos juntos. Realmente no fueron muchos, y si tengo que ser sincera, el primero tenía como elemento común los besos con los que nos despedíamos en las cartas (una primera entrega la colgaré pronto).
El primero de ellos, dicho como tal, fue casi inesperado, y por mi parte totalmente cortante. No supe que hacer, e intenté salir del paso como pude —no debí hacerlo muy bien, pues Ricardo no continuó insistiendo jeje—. El segundo fue iniciativa mía, cargado de prosa poética, y en el que prácticamente sólo jugué yo, pero igualmente he decidido subirlo, pues encierra mis sentimientos e incertidumbre, y todo el amor que albergaba mi alma antes de que nos viéramos por vez primera. Una única respuesta, por su parte, tan tímida como la que yo pronunciara en su primer juego poético y que os copio a continuación.
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PRIMER JUEGO
24/07/2002 Ricardo
Eres poeta y comprendes...
que todos los girasoles no son de Van Gogh
que el mejor poema eres tu misma
que el copyright es mierda
Eres poeta y comprendes...
que todos los besos son para ti
que no caeras en la trampa de las telenovelas
que la ultima en olvidar seras tu
Eres poeta y comprendes
que llevas ventaja
Este es sólo un poema-juego... ¿te atrevez a continuar? En caso contrario
seguirá siendo tu poema.
Besos (el mismo de siempre) en su honorable dedo gordo.
ACBDo
27/07/2002 Carmen
Eres poeta y comprendes...
que la única ventaja que tengo es la de tenerte
que prefiero seguir escuchando
que seguiré tus versos por siempre
Eres poeta y comprendes...
que la huella de los dedos tan solo se queda cuando duele
que el corazón sigue la estela de tus palabras
que ahora ya me siento cómplice de tus versos
Eres poeta y comprendes...
que este juego debe continuar su camino
Carmen
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Unos meses más tarde, aparecería yo con este primer texto, que dio lugar a la serie que le continúa, entre la que encontraréis esa contestación que Ricardo hace y que me aclaró sentimientos y aunque breve, me dejó satisfecha, muy satisfecha. ¿Era lo que pretendía? ¿Lo que buscaba? Quizás no, esperaba más, pero creo que no es reprochable, las circunstancias siempre han jugado en nuestra contra, y los medios de los que él disponía, se convirtieron en la excusa más sólida para comprender las lagunas que se iban formando.
Os incluyo trozos de la carta que acompaña ese primer texto, y otros fragmentos que complementan un poco, lo que quiero llegar a trasmitir con todo esto, que a fin de cuentas, es la historia que nos unió a Ricardo y a mi.
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SEGUNDO JUEGO
26/11/02 Carmen
Es curioso, a veces, en los momentos más inesperados, cuando realizamos las tareas más dispares, surgen y aparecen las historias. Ese inoportuno (en algunas ocasiones) y agradable suceso, que es mejor cuanto más inesperadamente acontece, que es la escritura, y que de alguna forma nos une, pues lo compartimos, aunque cada uno a su estilo.
Hoy, después de un largo periodo en el que las musas parecían haberme abandonado, han acudido a mí de nuevo. Ha sido agradable y quizás pudiese haber sido previsible, pues estaba en contacto con la materia que lo ha inspirado. Materia que inconscientemente se ha aliado con mi pensamiento constantemente pendiente de ti.
De esta mezcla improvisada, del amor que por ti siento y el trabajo que realizaba, ha surgido este breve cuento. Un cuento que, en el fondo, te pertenece. Nos pertenece a ambos.
Una mágica fórmula surgida de los laberintos de mi mente, por la certeza de un elixir que existe no sólo en el cuento. Un dulce brebaje que todos los años realizo con el fruto que los griegos atribuían como portador de la esencia de Afrodita: la granada. Mágica pócima que compartiré contigo cuando este a tu lado.
Espero que te guste, aquí lo tienes Ricardo…
……
El rojo hechizo de Afrodita por Carmen
Recogió los frutos lentamente, sin prisa. Los colocó despacio por miedo a que se dañaran en una cesta, y los llevó a su casa.
Allí los preparó. Les quitó la piel para poder desgranar su purpúreo contenido. Sacó de sus entrañas la sabrosa sustancia sabedora del poder que obra con los hombres, y colocando aquellas rojas y dulces gemas en copas de plata, bañadas con su
jugo coralino, esperó pacientemente la llegada de su amante, para obsequiarle con el elixir que lleva su nombre.
Esa noche, la roja tonalidad de la luna presagió la pasión encendida en la casa de Afrodita, incansable y mágicamente prolongada hasta la llegada de la encarnada aparición del alba.
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…PD: La historia que hoy ha surgido, ha salido de mi mente con ganas, las musas me tientan constantemente para que siga escribiendo. Se agolpan en mi mente muchas ideas para continuarla de esta breve forma. Espero que ante los ojos de un experto en la materia no lo haya echo demasiado mal. Corrígeme si quieres y tienes tiempo.
¿Te atreves a dar de ella la réplica del amante? Sería divertido.
Temo meterme dónde no me llaman con lo que te pido.....
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Las artes naturales De Carmen
Se retrasa la llegada del amante. Todo está como de costumbre aguardando el encuentro.
Afrodita, sentada en la ventana que hacia el mar se asoma, espera preocupada.
Cree haber obrado mal con aquel hombre. No haber confiado como debía en sus verdaderas artes, en su natural atractivo. Se arrepiente de haber empleado, en demasiadas ocasiones, el hechizo. Cree, que aquel retraso, significa la desaparición del influjo mágico que le proporcionaba el placer que con tanta insistencia ansía.
Sentada frente a la ventana, se mira en el espejo de la luna. Y confiando en lo que sus ojos contemplan, se entrega a su destino.
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Los brazos de Afrodita (tercera entrega) De Carmen
El sol surge en el horizonte y refleja sus rayos en los cabellos lacios. Los destellos que provoca, distraen a las aves canoras que deambulan por el cercano cielo despejado. Los ojos los abre al sentir el abrazo cálido del astro.
Tristemente se percata de la ausencia de su amado, y maldice al sol por haberla engañado.
Recuerda la cita perdida. Añora el contacto de los brazos del amante en su cuerpo que, encendido aún por el deseo, sufre su ausencia. Lo imagina durmiendo todavía ignorante del deseo que ha despertado —fantasea de sus labios, mil y una excusas que le alivien por la velada perdida—. Sueña ardorosas disculpas que la liberen del tiempo desperdiciado sin su presencia, entre sus brazos.
Los brazos de Afrodita.
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El verdadero hechizo de Afrodita (cuarta entrega) De Carmen
Las horas han devuelto la alegría a los ojos de Afrodita. La fruta bañada por el mágico brebaje ha perdido el color. Su inconfundible pócima no le servirá. Es consciente de que no la necesita.
En la habitación le aguarda su amante preparado ya. Se presentó ante ella avergonzado, humillado por el desaire de la noche anterior. Regresó dispuesto a presentarle las excusas más sinceras, pero no las necesitó.
Apenas si apareció por la puerta, ella lo tomo entre sus brazos cómo quien encuentra algo que creía perdido para siempre. El choque inevitable de ambos cuerpos encendidos, acompaña en su recorrido al seguir de la vida a través del tiempo. La pócima que creía indispensable para conseguir de su amante el placer ansiado, aquel mágico y sensual hechizo, no era otro, y ella no lo sabía, que el amor.
Ambos disfrutan ahora de la magistral fórmula, cuando, entre encuentro y encuentro, desean refrescar su pasión.
El verdadero hechizo de Afrodita, permanecerá por siempre en el único fruto maduro que ella controla, oculto, a ojos ajenos, en su interior.
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071202 Ricardo sigue este juego…
El amante (siempre despistado) cree que luchando contra quimeras y cíclopes ganará su amor, cree que una espada bañada en sangre y las terribles cicatrices que le cruzan el rostro serán la prueba final y ella caerá finalmente en sus brazos.
Afrodita sólo espera a la sombra que esta cruzando el umbral.
Ricardo 7 de diciembre de 2002
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081202 Carmen…Sí, tu escrito es un poco oscuro ... y triste ¿Por qué? ¿Te pasa algo?
A pesar de ello me ha gustado. Todo es comenzar, pero ya te digo no me tienes que demostrar nada. Pero si quieres...
Podemos aprender mucho de nosotros mismos con esto. Estoy convencida.
Ambiciono hacer tantas cosas contigo, que no creo disponer del suficiente tiempo en esta vida.
Mi réplica ya está escrita, no podía aguantar más. Detener a la musa culpable de que todo esto haya comenzado, me ha sido imposible. Pues empezó ya esta noche, después de haber leído en el BN tu relato, y tu mensaje, a gritarme que por qué estaba demorando mi respuesta.
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081202El desafío de Afrodita De Carmen
Ella acepta el reto. No desea la sombra de lo que podía llegar a ser. Espera poder sanarlo. Ayudarle en la comprensión de unas artes, siempre dispuestas, nunca obligadas, jamás impuestas, que son las únicas que de él desea.
Exhausto aparece el amante. Exhausto y herido. Yerra su camino, confiando conseguir por la fuerza lo que tan solo se conquista por la comprensión sincera y el cariño renovado de lo desconocido, sin demostraciones, sin miedos, sin recelos, sin delirios.
De nada le servirán sus cuitas para la conquista del ser que le idolatra apenas sin conocerlo. ¡Inútil esfuerzo! Vano propósito, que lo único que ha conseguido es levantar barreras.
Retira de sus manos las marcas del enfrentamiento, y las deposita sobre el lugar consagrado, que no entiende de pruebas de amor ni de promesas.
La sombra que Afrodita ve en el umbral de su puerta, pronto se materializará, pues la acepta tal y como se le entrega.
¿Conseguirá sanarle de las heridas no visibles que tanto le cuesta mostrar?
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Y aquí terminaba. Digo terminaba, pues a la vuelta de mi viaje, escribí un último fragmento, pero ese lo subiré en otro momento…
CRSignes070808
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