Tres poemas para Carmen
Durante nuestra separación, tuvimos tiempo para todo: desde poemas surgidos del interior de nuestro desespero ante la separación; cuentos eróticos, con los que aliviar nuestras ansias y reírnos un rato; juegos literarios, poemas o pequeños textos en prosa; micro cuentos; relatos; y centenares de dedicatorias; a destacar también el envío de textos que para uno de los dos representaban algo especial y que deseábamos compartir. De ahí surgen estos poemas que me envía Ricardo en una de sus cartas, para mi goce. Un intercambio que también ayudaba, en cada entrega, a conocernos un poco más.
La Habana 27 de diciembre de 2002
Prologo Privado:
Poemas de amor, copiar poemas de amor... algo que no hice en mi adolescencia. ¿Estaré retrocediendo (o es todo esto parte de mi eterna inmadurez)? De todas maneras cuando estés aquí no podrás escapar a la poesía (o a mis poemas) Baudelaire, Martí y Nogueras son algunos de mis favoritos. Espero que el lunes habrá el ciber-café y así poder enviártelos.
Te amo gatita
27/12/02 10:25 a.m. (3:25 p.m. en España)
COMO UNA GATA BOCA ARRIBA
Te quiero como gata boca arriba,
Panza arriba te quiero,
Maullando a través de tu mirada,
De este amor-jaula
Violento,
Lleno de zarpazos
Como una noche de luna
Y dos gatos enamorados
Discutiendo su amor en los tejados,
Amándose a gritos y llantos,
A maldiciones, lagrimas y sonrisas
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría.
Te quiero como gata panza arriba
Y me defiendo de huir,
De dejar esta pelea
De callejones y noches sin hablarnos,
Este amor que me marea,
Que me llena de polen,
De fertilidad
Y me anda en el día por la espalda
Haciéndome cosquillas.
No me voy, no quiero irme, dejarte,
Te busco agazapada
Ronroneando,
Te busco saliendo detrás del sofá,
Brincando sobre tu cama,
Pasándote la cola por los ojos,
Te busco desperezándome en la alfombra,
Poniéndome los anteojos para leer
Libros de educación del hogar
Y no andar chiflada y saber manejar la casa,
Poner la comida,
Asear los cuartos,
Amarte sin polvo y sin desorden,
Amarte organizadamente,
Poniéndole orden a este alboroto
De revolución y trabajo y amor
A tiempo y destiempo,
De noche, de madrugada
En el baño,
Riéndonos como gatos mansos,
Lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados
A los pies del sofá de leer el periódico.
Te quiero como gata agradecida,
Gorda de estar mimada,
Te quiero como gata flaca
Perseguida y llorona,
Te quiero como gata, mi amor,
Como gata, gioconda,
Como mujer
TE QUIERO.
Gioconda Belli (Nicaragua, 1948)
AMOROSA ANTICIPACIÓN
Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
Ni la privanza de tu cuerpo, aun misterioso y tácito y de niña,
Ni la sucesión de tu vida situándose en palabras o acallamiento
Serán favor tan misterioso
Como mirar tu sueño implicado
En la vigilia de mis brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria
del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha en la selección
del recuerdo,
me darás esa orilla de tu vida que tu misma no tienes.
Arrojando a quietud,
Divisaré esa playa ultima de tu ser
Y te veré por primera vez, quizá,
Como Dios ha de verte,
Desbaratada la ficción del Tiempo,
Sin en amor, sin mí.
Jorge Luis Borges (Argetina, 1899-1986)
MUJERES
La mujer imposible
La mujer de dos metros de estatura,
la Señora de mármol de Carrara
que no fuma ni bebe,
La mujer que no quiere desnudarse
Por temor a quedar embarazada,
la vestal intocable
que no quiere ser madre de familia
la mujer que respira por la boca
la mujer que camina
virgen hacia la cámara nupcial
pero que reacciona como hombre,
la que se desnudó por simpatía
(que le encanta la música clásica)
La pelirroja que se fue de buceo,
la que solo se entrega por amor,
la doncella que mira con un ojo
la que solo se deja poseer
en el diván al borde del avión,
la que odia los órganos sexuales
la que se une solo con su pero
la mujer que se hace la dormida
(el marido la alumbra con un fósforo)
la mujer que se entrega por que si
por que la soledad, por que el olvido...
la que llegó doncella a la vejez,
la profesora miope
la secretaria de gafas oscuras,
la señorita pálida de lentes
(Ella no quiere nada con el falo)
todas estas Valquirias
todas estas matronas respetables
por sus labios mayores y menores
terminarán sacándome de quicio.
Nicanor Parra (Chile, 1914)
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