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May
Prosa 20 de diciembre de 2008
Ves mi piel, es blanca, tanto como las flores depositadas a mis pies. Derramada como la nieve sobre la lápida fría observo el inmenso cielo, velo del abismo que me absorberá de un suspiro.
Así tan desnuda y pálida, me arrebatará cada gota de rocío de los ojos. Mis párpados desaparecerán para que no deje de ver nunca cada día agotado entre sábanas de espejismos.
Ya no soy dueña de las horas, desprovista de toda tela me cobijo sin miedo en las garras del infierno.
Chajaira.
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