Es una estrella rosada. Esta pegada en la pared y por las noches,
brilla fosforescente en la oscuridad.
No ha visto a ninguna otra como ella.
A veces se siente sola. Pero todo sus penas se olvidan, cuando
su tenue luz ilumina los sueños del pequeño que duerme en la camita
muy cerquita de su presencia.
No es estrella del cielo; ni tampoco estrella de mar, es solo una estrella rosada que adorna la habitación y brilla sin parar.