El color rosa de Lola
Tercera Parte
El curandero no paraba de mirar con desconcierto a Lola, mientras esta seguía en un letargo. Kika, con actitud inquina, no perdía detalle de cada movimiento que hacía el curandero.
Lo vio extraer del interior de una concha, un relicario. Era un estuche de oro con chispeantes piedras preciosas en la tapa. Lo abrió lentamente y sacó entre sus manos un pedazo de seda roja que envolvía a su vez una baraja, era un tarot.
El curandero le dijo a Kika que se aproximara hacia él. Kika se acercó reticente y se estremeció al ver que las cartas del tarot, una a una, se elevaban y danzaban alrededor de Lola. Luces de todas las tonalidades de rosa, salían del remolino de burbujas que las barajas iban formando.
Entonces, el curandero con los ojos verdes y relucientes bajo la capucha empezó a hablar:
- Hace más de 30 mareas, cuando la luna estuvo a punto de tocar la tierra, se produjo un temblor en el firmamento. Esto dio lugar a que se desprendieran miles de estrellas y volaran por doquier. Una pequeña estrella, cayó en el mar.
Justo esa noche, Lola nacía. La estrellita, hija de la gran estrella Rosala encargada de cumplir los deseos de los niños de corazón virtuoso, se posó en la frente de la ballenita, y para no morir en las aguas del océano, se convirtió en ballena también. –
El curandero se volvió a mirar a Kika y le dijo que Lola no estaba enferma, que su color rosa era un regalo del cielo. El mismo, lo había soñado hace meses cuando Lola nació, pero no lo había podido entender entonces. En sus sueños veía siempre a una ballenita rosa saliendo del agua del mar y volando hacia la luz de la noche.
Ahí estaba frente a él. Lola, existe. Lola es una hermosa ballenita rosada, que tiene el mágico poder de volar, de brillar como una estrella, y también el don de cumplir deseos.
Kika sollozaba al escuchar las palabras del curandero al tiempo que Lola despertó feliz, ya comprendía todo lo que le había pasado todo este tiempo.
Lola sonrió al curandero y empezó a nadar fuera de Cristal Coral, diciendo adiós con su aleta y prometiendo regresar.
Tía Kika preguntó como podía pagar por la ayuda recibida. El curandero le dijo que cuidando que Lola estuviera bien, y que le ayudara a llevar acabo su misión de estrella que vive en el mar.
FIN