Misterios De Un Cofre

Cerca de Isla del Tiburón, en la bahía del mar de Cortés, cuentan que hay un tesoro escondido entre un arrecife que se formó en los restos de un antiguo galeón español.

La avaricia de cientos de aventureros y cazadores de fortunas, los ha llevado a explorar las profundidades de este noble mar en busca del mentado botín sin conseguir encontrarlo.

Una tarde, Daniel caminaba canturreando madrigales mientras guardaba soles en sus bolsillos vacíos y rotos. Daniel se sentía más solo que nunca en este inmenso mundo que no podía entender. Sin saber como, había llegado hasta la bahía de Cortés, y ahí, frente al mar, decidió poner fin a su miserable existencia.

Se sentó en la arena tibia para ver morir los últimos rayos de luz en el horizonte. Sintió el pecho hinchado de dolor, y quiso llorar. Lloró.

Una sombra lo cubrió completo. Lentamente se acercó hasta su cara y le habló: - tú buscas algo, yo sé donde lo puedes encontrar. Sígueme.- Como autómata se levantó y siguió a la sombra que se sumergía en el agua salada. Al poco rato, Daniel desapareció entre el oleaje y la espuma.

Nadie lo vio hundirse, nadie lo esperaba ver salir. Daniel seguía nadando si darse cuenta que una burbuja transparente cubría su rostro y le permitía respirar. No supo cuanto nadó sin descanso, la sombra aun iba frente a él, deslizándose sigilosa en el agua. Paró frente a las ruinas de un viejo barco. –Ahí encontraras lo que buscas. – Dijo la sombra. Desapareció entre finos granos de sal.

Daniel temeroso de lo que podría encontrar dentro de la embarcación, dudó un instante. Recuperó el aliento y se introdujo entre tablones, peces de colores y gigantescas algas marinas.


Ahí dentro, en el fondo de una galería, encontró un cofre azul. De inmediato pensó en un gran baúl lleno de monedas de oro y joyas preciosas. Se apresuró a abrir el cofre. Al destapar la tapa, una intensa luz le pegó en la cara. De a poco pudo mirar el interior del cofre. Un carcaj arrugado dentro. Dentro del carcaj, un ruiseñor cantaba, mientras que el tiempo volátil danzaba a su alrededor.
Sonrió. Estalló en carcajadas. Y volvió a llorar. Despertó en la orilla del mar. Caminó llevando con él, un cofre lleno de ilusiones, sueños y fe. La vida es para vivirla con felicidad, decidió.

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