Una vez me dijeron que la luna era de queso, con hoyos por dondequiera y que corren ratones através de ella.
Después me dijeron que la luna era de pan, que estaba rellena de miguitas que la hacían esponjada y blandita.
Pero también me dijo alguien más que la luna es de vainilla; que corren ríos de leche amarilla, dejando un aroma dulce alrededor de su redonda figura.
Yo creo que puede ser de queso, de pan y de vainilla, o tal vez no tenga ningún sabor, pero lo que es totalmente cierto, es que es hermosamente enorme y es nuestro nocturno farol.
Los sabores de la luna
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